Arquitectos Gastón Michel y Alejandro Micieli


Entrevistador: Arquitecto Juan Molina y Vedia
Lugar y fecha: Buenos Aires, 09 de agosto de 2005

Fecha de ingreso a la FADU: Gastón Michel: 1967. Alejandro Micieli: 1971.
Fecha de Egreso de la FADU: Gastón Michel: 1972. Alejandro Micieli:1977


Yo alumno - Yo arquitecto


Gastón Michel (GM): yo viviendo lejos de Buenos Aires en un contexto poco elevado en lo cultural, como era Merlo en ese momento, tal vez lo es hoy también, no conocía demasiado de arquitectos y de arquitectura, sin embargo no se por qué, esto vos me lo hiciste recordar en un curso que hicimos porque sino no lo tendría tan fresco, yo tengo recuerdos desde muy chico, desde la escuela primaria que tenía alguna intencionalidad con respecto de la construcción e incluso mi primer recuerdo al respecto es el juego de los mil ladrillos, que no se por qué me apasionaba ese juego y mis amigos no le daban mucha importancia. Yo no tenía ese juego, lo tenía otro, pero yo iba especialmente a la casa para jugar, creo que nunca pensé en otra profesión, en realidad lo que yo pensaba al principio era que yo iba ha estar relacionado a la construcción. Ingeniero era más popular en aquel momento para mí, pero en la secundaria conversando descubro que existe el Arquitecto y no me pregunté mucho más, ingresé a la Facultad en el CP’67, por eso tuve de compañero a los Kliczkowski, a Minond, a Pablo Sztulwark, éramos compañeros en Visión 1, ese primer año tuve visión con Sabanti, que fue muy lindo taller, creo que es uno de los que más recuerdo, ahí estaba este grupo, tuve Introducción a la Arquitectura con Trabucco, que eran muy interesantes sus teóricas eran muy malos sus ayudantes, yo estuve en el grupo da Marcela Moia, era hija de aquel Moia que escribía los manuales, en el año ’67 nosotros percibíamos cierta resistencia al alumno de arquitectura, trataban de disuadirnos y eran bastante eliminatorias todas las actitudes de los docentes. En el caso de Sabanti no, era muy buena Cátedra, en el caso de Marcela Moia creo que empezamos veintiuno o veintidós y terminamos aprobando siete nada más, después había ayudantes más o menos piolas, pero otros, tipo Ignacio Prat, que algunos amigos lo tenían, era muy agresivo, y en matemáticas con la doctora Espinadel, que daba clases en Perú en la sala del Consejo Deliberante, era de esas profesoras de llenar y llenar pizarrones, ponerse guantes para las tizas, nos llamaba mucho la atención la personalidad de ella. El gran recuerdo de ese primer año eran los galpones e Libertador y Schiaffino, realmente ese espacio era interesante, nosotros estábamos en el entrepiso y me acuerdo que mirábamos, no mirábamos para arriba a los cursos superiores, mirábamos para abajo y de mirar,tenía un amigo allí pero no sé por qué, me gustó, tal vez visualmente, porque mucho no podía opinar en ese momento, me gustaba lo que se hacía en el taller de Elis y al año siguiente, ya no estábamos en los galpones, me inscribí en diseño arquitectónico 1 en el taller de Elis, había ocho talleres en esa época porque tenía un amigo que era mayor que yo, que apenas lo conocía, y será que por eso fui a ver, de arriba miraba, me gustó algo visualmente nada más; curse todos los años allí, turno mañana, Elis tenía tres secciones Gazaneo, Bustillo y Bushon a la noche, todos hacíamos el mismo tema, Elis aparecía no mucho pero daba su par de clases por año y me quede los cinco años en la sección Gazaneo. Los ayudantes que recuerdo son Julián Gil, yo trabaje con él, le hacía documentaciones, me acuerdo muy bien de Pupi Cortizas y de un arquitecto creo que era Caratini que tuvimos en 4, que hacíamos edificios en altura y la imagen que teníamos de él que era muy solvente técnicamente, en el tema de los edificios en altura, que era el tema de diseño 4 y el último curso directamente con Gazaneo que trabajábamos sobre la parte mas urbana referido siempre al patrimonio histórico. Fue una facultad que acercándose a los ’70, comenzaron a crecer los reclamos, las acciones de protesta, tomas de la facultad, yo en los cinco años que estuve en la facultad, porque yo termine de cursar en el ’72, el grupo político que centralizaba el reclamo era la izquierda, no tenían presencia los partidos tradicionales del exterior de la facultad, aunque luego primero el peronismo y luego el radicalismo a través de franja morada, en la época que estuve yo no sentí eso, sentí que era la izquierda, el PC por un lado, PCR muy fuerte por el otro, me acuerdo que siempre identificábamos a Javier Martínez, que era el cantante de Manal, que era muy virulento.

Juan Molina y Vedia (JMV): otra cosa, que la vas a encontrar en los relatos de Schere y Moscato, de Soria y Norberto Chávez, una revuelta dentro del taller de Elis, y que coincide con un congreso internacional de arquitectura y hubo un concurso que lo ganó Alejo López, lo tenemos donado en el archivo, está en una caja de madera porque lo mandó a Europa, ganó en concurso mundial para alumnos, era un proyecto de un hiperconjunto en Villa Lugano, con una villa y los condensadores sociales del PCR o de Winograd, una teoría de los constuctivistas rusos puesto en Villa Lugano se ganó el primer premio y lo tenemos allá.

GM: eso pasaba en la sección noche, nosotros lo descubrimos, por un lado un poco tarde, por el otro como una cosa ajena por un tema del turno, porque era bastante diferente la cosa, yo había terminado tercer año, Roli Schere en ese momento era ayudante en el taller Gazaneo, un año, pero estuvo en un curso anterior al mío. Yo no lo tuve nunca de ayudante, me vinculé con los del taller Bushon porque me ofrecí para ayudarlos en la entrega de diseño 5, en ese momento era todo un logro que a uno lo reciban para ayudar en la entrega, buscábamos esa oportunidad y yo fui a ayudar a un grupo que era amigo… había un grupo que era Hampton y Marcos Pasinato y un tercero que no me acuerdo quién es y había otro grupo que era Jorge la Plaza, que era hijo de un juez, que eran muy amigos entre ellos, yo fui a ayudar al grupo de Jorge la Plaza pero como iban mucho al estudio, no que me hice amigo pero me conocieron Hampton y Pasinato y fue ese mi primer trabajo rentado a raíz de esa colaboración en la entrega de diseño 5 y a través de ese vínculo yo trabajé con Hampton y Pasinato como mi primer trabajo rentado y ahí empecé a conocer algo del taller Bushon pero como que a la mañana todo eso no lo habíamos registrados; registrábamos otras cosas no tan particulares como las tomas y algunas escapadas entre bayonetas. Hay un episodio en el que Guillermo de Almeida en una noche salió disfrazado con gorrito, birrete como un empleado del bar, yo esa noche no entré directamente, llegué tarde y no entré, me quede afuera. El episodio más significativo fue el corte de clases en el ’71, la imagen que yo tengo es que los líos empezaron en legal, una serie de reclamos en la cátedra de la Meoli, siempre en las cátedras de legal era el momento elegido porque no eran cátedras muy respetadas, esa es la imagen que yo tengo, me muevo mas por imágenes que por conocimientos exactos y ahí se cerró la Facultad, nos  dieron por cortado los trabajos prácticos, no nos dieron por aprobados los trabajos  prácticos, cuando nos tomaron final, que es uno de los que yo deje para después de cursar, nos tomaron en dos etapas una etapa los trabajos prácticos y si la aprobábamos nos tomaban el final, no aprobaba casi nadie yo a  ese lo zafé, la cátedra de legal nos odiaba. Nosotros éramos los castigados, yo estaba en diseño 4, que ahí no teníamos ningún inconveniente, además la cátedra donde estaba yo era pequeña, no éramos mas de 12 por grupo, era más masivo a la noche y habíamos terminado la primera parte del año, habíamos hecho un edificio en altura, en lo personal tuvimos una ayuda muy buena del gordo Ramos, del estudio de Álvarez y habíamos hecho un buen trabajo, habíamos sacado 8 y resulta que luego como las clases se cortaron y no terminamos el segundo, como castigo parejo a todos nos pusieron 6, yo tengo un 6 en diseño arquitectónico como castigo por formar parte de la generación que paralizo la facultad en el año ’71, fui reprimido con la nota, así que saque un 6 ese año y en las demás no nos aprobaron los prácticos tuvimos que aprobarlos con el examen. Estaba Lanusse de presidente, estaba el famoso G.A.N. “Gran Acuerdo Nacional” y te acordás que los afiches eran, Lanusse con el pantalón bajo y uno pegándole patadas “rómpale el GAN”; y ya se empezaba con el tema del retorno de Perón. En el ’72 tuvimos una particularidad, nosotros teníamos que cursar diseño 5 y Gazaneo como era director del Instituto de Arte Americano nos hizo cursar en Perú, en el año ’72 yo no fui a la facultad en Nuñez porque ya tenía todos los prácticos de las materias hechas, la única que me quedaba cursar era diseño 5, del ’72 no tengo ningún recuerdo.

Juan Molina y Vedia (JMV): decime, influencias exteriores a la facultad, personajes, líneas de arquitectura, alguna cosa que vos veías…

GM: estando en el taller de Gazaneo la influencia era Inglaterra, Stirling porque Gazaneo había vivido en Inglaterra de chico, en aquel momento no teníamos la facilidad de documentaciones que hay ahora, me acuerdo que ni fotocopias había, nosotros para obtener documentación media vida me la pase en la hemeroteca, por lo que hablo con muchos de mi generación, casi todos hacíamos lo mismo. Íbamos con un calquito, calcábamos fundamentalmente plantas, las fotos de las revistas eran en blanco y negro, veíamos muchas revistas japonesas, pero evidentemente estando en el taller Gazaneo la influencia fuerte era el neobrutalismo y él que había estado en Inglaterra y tenía mucho vínculo con eso. Gazaneo tenía muy buena documentación en fotos, en diapositivas, porque él era profesor de historia y las fotos eran de él, porque aparentemente había viajado mucho y tenía fotos propias, creo que había hecho un viaje durante el transcurso de mi carrera y trajo fotos nuevísimas de las obras de Stirling, yo me acuerdo lo impactante que fueron las obras de Stirling, eso nos fascino, yo tengo hecho un proyecto de escuela que habíamos hecho en la fábrica Ford, una escuela técnica donde prácticamente el techo de los galpones era el techo de Stirling y todo ladrillo a la vista, hormigón visto, y desde luego muy corbusierano también, en realidad yo la influencia que siento es, solamente del taller de arquitectura, las demás materias realmente, no se si es natural que así sea y si hoy también lo es, si yo tengo una imagen de la facultad es del taller de arquitectura, no tengo otra imagen en lo académico me refiero que pueda decir que haya aportado a mi formación; más estando en una cátedra, bien o mal, que tenía mucha fuerza teórica.


Alejandro Micieli (AM): bueno lo mío es un poco distinto, empecé en el ’71, vengo de una escuela técnica, de una familia sencilla y me había ido muy bien en la escuela técnica, era… parece que un muy buen alumno pero resulta que me gustaba la historia, me había recibido de electro técnico y me había impactado mucho un docente de Historia que se llamaba Grinberg, , si bien había sido mejor promedio en mi promoción en el colegio industrial me gustaba la historia, en un momento en casa plantee que… por ganar la beca podía elegir la carrera que quisiera  seguir y yo elegí historia, conté en casa que iba a seguir el profesorado y lo tomaron como algo menor, algo con lo que no me iba a ganar la vida. Además mi padre tenía toda su ilusión, como la mayoría de los inmigrantes, que siguiera una carrera vinculada a lo que había sido su propio oficio que era la electricidad.  Llevo el nombre Alejandro por el físico Alejandro Volta, a pesar de ello, a mi no me conmovía demasiado la electricidad como oficio (que hoy valoro enormemente), también mi hermano llevaba su nombre Guillermo por Marconi. La cuestión que ninguno de los dos seguimos ese camino pero siempre que nos acordábamos (en tiempo pasado porque por que lamentablemente mi hermano Guillermo falleció en el año 2006 y se dedicó a la gerencia de industrias y la docencia fue su gran pasión) del viejo recordábamos eso. Yo percibía que la electricidad no era mi camino y  la historia no era bien vista en mi ambiente. Recuerdo que en mi grupo de parroquia todos estábamos definiendo nuestras vocaciones y un día me acerqué al cura que estaba tejiendo en su telar y le conté  mis dudas y me  sugirió visitar a un amigo suyo arquitecto y  me dijo , por ahí podes  ver otra posibilidad. Recuerdo que fui a la casa de  Eduardo Galeazzi (su estudio por esa época estaba al lado de su casa), para ver como era  un estudio de arquitectura y a mí me gustó ver gente joven trabajando, ese clima de estudio, ellos venían del movimiento de las casas blancas  junto a Claudio Caveri. Eduardo Galeazzi y su familia habían vivido en la Comunidad Tierra desde su fundación. Se percibía un ambiente lindo y entonces me entusiasmó pero se ve que mi valentía no daba para tanto, así que me anote en las dos carreras en ingeniería y en arquitectura, durante casi seis meses, lentamente podría decir que así lentamente  fui decidiéndome por la carrera de arquitectura.
Después empecé a ver otros arquitectos y me imaginaba que podía ser mi profesión, lo veía bastante a Claudio Caveri, él estaba haciendo la iglesia Santa María por esa época, me parecía que me iba a gustar ser arquitecto, así es que empecé a estudiar. Me gustaba el dibujo y sobre todo imaginar los espacios para cada lugar, como un ejercicio mental que hacía naturalmente.
En mí época de estudiante, a diferencia de lo que contaba Gastón de esa cosa doméstica de 20 alumnos, o cuando Eduardo me contaba de un grupo de amigos que todavía siguen viéndose  de esa época, yo recuerdo a miles de alumnos que ingresábamos por aquella escalera que daba acceso a una ventana de la facultad que en ese año comenzaba a funcionar en la Ciudad Universitaria. Entrar por la ventana era “absolutamente real”, así lo hicimos durante toda la carrera y varias promociones posteriores,  era una especie de metáfora de la época que expresaba lo que estaba sucediendo con el acceso a la universidad de sectores medios y provenientes del mundo del trabajo. En el ’71 ya en la facultad se vivía un conflicto severo. En razón que comenzaron las clases  por el mes de Agosto eso me permitió hacer las dos carreras. Todavía recuerdo la incomodidad y la confusión que tenía cursando dos carreras.
Cursé mi carrera de arquitecto entre el ’71 y el ’77 creo que mi última materia la di en el ’77 y la matrícula me la deben haber dado en el ’78.
Estudiar o leer siempre fue para mí un verdadero placer que aún lo vivo con la misma intensidad.
Ir a la Facultad a pesar de los problemas para llegar desde mi casa era una posibilidad de acceder al conocimiento y encontrarme con otras visiones.
En ese momento fue muy complicado estudiar y trabajar entre tanto,  iba tomando conciencia de los problemas sociales. Tenía muchos amigos  en la parroquia y en la facultad, mi vida social estaba impregnada de lo que iba sucediendo, tal vez tenga de esos siete años los mejores recuerdos de mi vida y parte de lo peor; los mejores porque esas amistades que aún hoy, gracias a Dios, puedo conservar y los peores, no hace falta que yo te cuente…

JMV: no, no, sí hace falta.

AM: en la Facultad prácticamente… concentrarte en estudiar una materia en medio de la vorágine que se vivía fue bastante complicado.  Creo que hay una crítica a todos los que nos hemos recibido en esa década, porque seguramente no pudimos tener una formación tan disciplinada como en otras décadas, y eso es muy probable, pero también es cierto que los que nos formamos en esa década se nos metió el país dentro del cuello.  No tuvimos posibilidades de no entender, a pesar que alguno pudo distraerse un poco, se percibía  que la facultad era una parte de un país que estaba en problemas serios y de ahí todos los episodios violentos que se fueron viviendo; recuerdo que muchos días no se podía entrar, otros días había que irse. Las reivindicaciones las percibía como razonables…yo estoy tratando de pensar como en aquel momento, nunca podía imaginarme que alguien podía estar pensando tu mal, o que alguien podía estar buscándote para hacerte daño ya que se vivía un ambiente de libertad y alegría por el regreso de la democracia. Yo tenía 18 años cuando entré a la facultad de manera que no imaginaba que las cosas podían ser tan crueles, de hecho hoy a pesar de no desconocer ninguna de las crueldades que ocurrieron, inclusive haberlas tenido que padecer, aún hoy resultan difícil de entender, a uno le cuesta entender que algo pueda ser así. A pesar de todo eso, para mi la Facultad era un lugar de encuentro, de búsqueda de conocimiento. En lo académico debo decir que he tenido una formación bastante ecléctica, (leía todos los debates de los “archigram” “team X” y otros. Por suerte Peter Cook y otros materializaron algunas de sus obras para comprender algunas de sus premisas), en ese momento ya había escuchado fuertes criticas al movimiento moderno, entre otras recuerdo una teórica tuya, en la que era imposible entrar al aula por la cantidad de alumnos que la estaba escuchando, creo que era sobre las patologías de la arquitectura de Le Corbusier…

JMV: era muy crítico con respecto a Le Corbusier en ese momento, después vino Mamfredo Tafuri, mostró algunas cosas, Mamfredo Tafuri mostró que Le Corbusier no era como nosotros creímos, que era más complicado, que los sucesores de Le Corbusier lo habían simplificado exageradamente, pero me parece que es un tipo genial y de grandes contrastes, con ideas peligrosísimas, que escribía en forma de refrán y con imágenes extraordinarias, por otro lado un tipo con una complejidad como la de Dalí, son tipos que no se pueden explicar en dos palabras. Di una sobre Mies Van der Rohe, una clase larga, la tengo desgravada, esta completa porque era sobre Casasco, que es un alumno de Mies con el que yo trabaje de dibujante, sí trabaje dos años con él y con Sasaki, que era un japonés

AM: Eduardo Galeazzi, trabajo con Sasaki, creo que fue uno de sus primeros asociados.
Coincido plenamente en la visión de “gran maestro” de  Le Corbusier y Mies pero también pienso que son personajes controversiales, como controversial es el hombre y la sociedad y también coincido en cuanto a que muchos de sus sucesores los interpretaron inapropiadamente y extrapolaron sus pensamientos. Al menos yo fui observando a éstos personajes con distintas miradas en cada etapa de mi vida. También fui comprendiendo tal vez el tema que más me ha apasionado que es el de la escala,  la localización y la infraestructura y en eso ambos han expresado más que en nada su carácter controversial.

JMV: Sasaki después se fue a Japón, volvió, Sasaki venía con una comida, que le hacía la hermana, en una cajita, la destapaba y tenía una comida japonesa extraordinaria y dibujábamos para Casasco y en las planeras estaban los planos de Mies, los sacábamos y los copiábamos, Sasaki, yo y Mario Pozo éramos tres y tenía los elementos para hacer maquetas, con los perfiles, con el ángulo, era como un mecano, lo ponías.

AM: con mucha gente de ese estudio se formó otro estudio del que en su última etapa he participado, ya te contaré… ya sabía que por ahí no iba y bueno a mi tampoco me movilizaba mucho eso y así que me puse a ver a Archigram, Team X, London Council, Renzo Piano, y toda la movida de ese momento.  En realidad me estaba yendo bastante bien en la Facultad con eso, es decir que podía evolucionar mucho en  las materias que iba cursando, pero no pude hacer ninguna de las obras que hice con esas lógicas, y cada vez que me acuerdo pienso que por suerte no se han materializado… me tocó en San Telmo hacer un ejercicio para la facultad en el que nuestro equipo sacó un 9, obviamente con los principios de archigram, y cada vez que veo San Telmo digo gracias a Dios que fue solo un ejercicio.  Peor fue lo que escuché de alguien que me dijo que en la plaza Dorrego había diseñado una torre.

JMV: Bonet, era el principio del plan de Bonet, la primera etapa, en mi libro de Buenos Aires esta muy contado todo el plan, porque en ese plan trabajo Baliero, de dibujante, entonces Bonet tomo de Constitución hasta el centro un cuadrado y puso medio millón de habitantes, hizo el proyecto en el Automóvil Club Argentino, en un piso entero. Hizo unas macro manzanas con algunas cosas interesantes, porque tenía una idea que los monobloques solos no podían sostenerse, había un corte donde había un bloque, otro mas chico y otro mas chico y la calle estaba… quería mejorar los pilotis medios desarmados, eso fue un aporte. Bonet para iniciar ese plan tomaba la plaza Dorrego y hacia el primer conjunto de Marsella y enseguida te dibujaba seis manzanas barridas que las pasaba, los habitantes de seis manzanas cabían todos en ese bloque y ya ahí empezó, después se tiraba este se seguía y la arquitectura era miesiana, eran las torres de Lake Shore Drive dibujadas por unos equipos enormes, en el libro sobre Buenos Aires yo cuento eso. Hoy Beitia también habló de ese tema, cierto momento en que el movimiento moderno se había transformado en una especie de cosa que corría sola y que había algunos de nosotros que estábamos dando gritos de alarma o que nos parecía que había que detener eso, que había que pensarlo un poco, que no era cuestión de hacer dibujos muy lindos. En Inglaterra había dos revistas, la “Architectural Design” y la “Architectural Review” y la que se usaba acá era la Design, que eran los jóvenes, Los Beattles, la nueva Inglaterra, que además se la daban de muy progresistas, el Design sacaba la cara de Mao, eran maoístas, Goldemberg citaba a Mao para contar sus barrios, citaba a Mao y hacía el barrio de Villa Soldati, era extraordinario, era una cosa rarísima.

AM: Con esa línea fui trabajando… Cohen-Berdichevsky, también cursé con vos Historia, después di las últimas con Felito. Me gustaba mucho el cine, iba mucho al cine. Como Historia era la materia que yo quería la dimos con películas, así que fue muy divertida la cursada esa, no me acuerdo si fue Historia 2 ó 3, con otros dos que les gustaba mucho el cine. También estaba muy influenciado con Jorge Prelorán que hacía documentales y a quien conocí y con nuestro grupo de amigos frecuentamos y admiramos. Entre  el cine y también la influencia de Claudio Caveri y todo su casablanquismo. Una tensión que aún hoy vivo entre lo telúrico y los nuevos desafíos. Recuerdo que Mario Linder quien fue ayudante mío en la Cátedra de Le Pera en diseño V me hizo por primera vez esa observación (me decía: animate, largá lo telúrico). Siempre lamenté no haber profundizado mis ideas archigram en ese diseño porque mi entrega que tenía un muy buen partido quedó en un híbrido que resultó mi peor nota de diseño (aún conservo mi herida). Conservo   en mi pensamiento cada vez que paso por allí, las contradicciones que tenía acerca de ese tema (un centro cultural frente a la Facultad de Derecho). Por lo que veo es un lugar en el que nadie se ha atrevido a intervenirlo.

GM: Caveri estaba geográficamente muy vinculado a Moreno.

JMV: yo estuve un día entero en la comunidad con “Primera Plana”, el periodista de “Primera Plana” me invito a mi, estuvimos un día entero con Caveri, la mujer y toda la comunidad, el articulo de “Primera Plana” debe estar por ahí y el periodista es desaparecido, lo mataron, Enrique Raps se llamaba; la mujer de Caveri hablaba más que Caveri, me parecía que la que dominaba esa comunidad era la mujer y Caveri me pareció un tipo mas conectado con el mundo exterior y ella con una actitud conventual, que cuando le preguntamos en un momento de el mundo exterior, la comunidad… la mujer me dice no, no estamos conectados, tenemos radio y me señaló una radio; la conexión con el mundo exterior era que tenían radio… Y decime una cosa, me interesa también el paso de toda esta formación a la actividad que vos me mostraste el otro día, por qué no la contás un poco.

GM: Galeazzi que influyó tanto para que vos seas Arquitecto influyó mucho sobre nosotros también, porque yo tenía una compañera que era de Moreno, y en realidad el gran referente de la zona en ese momento como arquitecto era Galeazzi.

JMV: ¿Galeazzi vive?

GM: sí, sí, pero se radicó en Trenque Lauquen donde aún hoy sigue contribuyendo a la arquitectura y el desarrollo urbano y humano del lugar.

JMV: bueno hay tipos que vamos a ir buscando, porque Beitia habló de Xul Solar, está haciendo la casa de Xul Solar.

AM: Eduardo está viviendo en Trenque Lauquen siempre conectado con su medio.

GM: el era el gran referente en la zona.

JMV: Allá hay una casa de Vladimiro Acosta que hace años que la quiero ir a visitar.

AM: Sí, hay un pequeño barrio, que cuando viajo a Trenque Lauquen suelo ir a visitarlo, un amanzanamiento muy singular por sus dimensiones, inserción con la trama y concepción de la vivienda y los espacios comunes,  junto a un Club Tradicional de Trenque Lauquen.

Después de su paso por el estudio de Sasaki, Eduardo arma junto con otro grupo y alguna parte que trabajaba con Sasaki su propio estudio, con Guillermo D´Amore Brown, Marichella Eguidy, Andrés Rodríguez, Rául Maceratini y otros…,  bueno era un grupo grande, arman otro estudio en el que una de las obras principales que hacen es la Catedral de Avellaneda, que fue a concurso, (alguna vez escuché a MRA que le hubiera gustado dejar su visión de la arquitectura en una obra religiosa) creo que tiene sus orígenes en Avellaneda y allí frente a la Catedral hay un edificio realizado por él. Fue mi primer publicación como colaborador en una obra en la que participé activamente en su documentación y algunos pequeños bocados de diseño.

GM: Yo gracias a Galeazzi lo conozco a él, porque estábamos con el tema del Colegio de Arquitectos, año ’83, ‘84, a nosotros como éramos de Merlo difundimos la idea; habíamos creado el Centro de Arquitectos de Merlo, y difundimos la idea hacia el Oeste, entonces nos tocó Moreno, y claro el referente que teníamos era Galeazzi, y averiguamos donde tenía el estudio, era ese estudio, hacía poco que lo habían hecho, frente a las vías, y en ese momento estaba Galeazzi, habíamos llegado a través de alguna intermediación y nos recibió muy bien, y estaban los dos Galeazzi y vos.

AM: en esa época ya éramos socios.

JMV: y decime una cosa, me interesa también esto, el paso de toda esta formación que me estas contando a la actividad que vos me mostraste el otro día, conta “yo Arquitecto”.

AM: los últimos años de la Facultad, para poner un cierre a esta época, fueron muy difíciles. Hasta el hecho de entrar te generaba mucho temor, el año ’76…, Asocio esa época, también con una gran necesidad de ir a la Facultad porque estaba todo dado para que uno no fuera, pero terminé.
Me acuerdo que cursé mi último Diseño con Le Pera y mi ayudante era Mario Linder, Le Pera era titular, Mario era ayudante y se notaba que era un tipo que se iba a destacar. Me contaba los otros días Fernández Meijide que era ayudante en esa cátedra… yo no corregía con él.
Tomaron un esquicio el primer día, quería corregir con Fernández Meljide pero nunca supe por qué, después del esquicio fui a corregir con Mario; y Fernández Meijide me comentó (en una visita que hizo al Instituto hace poco) que Mario tomaba ese esquicio para decir quienes iban a corregir con él  y quién no, parece que era como una decisión personal de él me contaba el propio Fernández Meijide: “deberías estar contento” me dice “porque te tocó” corregir con Mario. La cuestión que el proyecto era en Recoleta, ahí frente a la Biblioteca, y me acuerdo….. no me olvido más, que el proyecto mío no me entraba en todo ese largo, era una tira interminable y no entraba en ese enorme predio.., y en un momento Mario me apoyó en esas cosas tipo Peter Cook que yo venía haciendo, cuando se acercó Le Pera me dice: y bueno como remata ésta espina?, cual es el remate de este proyecto?” y le digo yo voy a necesitar el lugar del monumento de Alvear. Creo que Le Pera no me dijo una barbaridad porque era una persona educada y no era su estilo, yo le estaba proponiendo sacar el monumento a Alvear porque necesitaba el lugar para desarrollar “mi” proyecto!?, creo que por todos es reconocido como uno de los grupos escultóricos más importantes de la Argentina, por suerte encontré la solución y para bien de la ciudad de Buenos Aires se conservó el grupo escultórico.  Fue mi peor nota en diseño y una gran herida, todavía recuerdo a Mario diciéndome tenías que seguir con las ideas de tu partido e hiciste demasiadas concesiones. El partido finalmente fue uno de los partidos generales de la cátedra como solía suceder cuando había mucho contenido teórico pero al mío le faltó compromiso con los postulados que leía, como si la materialidad me hubiera limitado…en fin cosas de estudiantes…
Recuerdo… que la vida fuera de la Facultad tampoco era tan fácil como para que la Facultad fuera tanto problema, digamos que cualquier persona acercada a lo social padecía problemas muy serios, estuviera o no en la Facultad, en el caso mío pertenecía a un grupo de jóvenes de una parroquia.
Después empecé a trabajar de Arquitecto en esos satélites a fines de los años ´70, cuando creo que por el año ´78 se modificó el código, y los estudios grandes tenían que presentar planos en la municipalidad. Creo que mi generación debe haber dibujado planos de cuanto grupo de Arquitectos había dando vueltas por esa época. En algún momento dibujábamos para MRA, recuerdo que un Arquitecto que falleció lamentablemente  por esa época del grupo de MRA que fue uno de los que diseñó, si mal no recuerdo, en el teatro San Martín la planta baja que da sobre Sarmiento de quien  no recuerdo su nombre pero tenía la referencia que era un excelente profesional y buena persona. También recuerdo algunas obras de Roca que se venían a documentar, no se porque caían ahí (creo que alguno para quien trabajabamos conseguía esas documentaciones), hasta habíamos alquilado un departamento en el que vivíamos varios porque nos turnábamos entre los que iban a hacer cola para presentar los planos y los que dibujaban.
En realidad solía cambiar una hora de cola por dos horas de trabajo porque no me gustaba quedarme parado, prefería trabajar doble. Las horas de cola cotizaban doble porque tengo el peor recuerdo de ello.
El tema era hacer cola para entregar planos, antes de que se cambiara el código. De manera que ahí empecé a trabajar en esta profesión y con el tiempo fui construyendo muchas de mis ideas a partir de hacer mi propia lectura de esa modificación en Capital federal y de la ley 8912 de la Provincia de Buenos Aires.
Ya había trabajado como dibujante en el estudio de Eduardo un tiempo, después se hace un pequeño concurso privado de vivienda, que gané, por ahí por el barrio Santa Rosa en Ituzaingó. Una anécdota de ese primer trabajo propio,  fue que si bien tuve la posibilidad de proyectar y ejecutar la obra, no tenía cómo llegar, era muy incomodo llegar a ese lugar, ahora es un barrio muy lindo de Ituzaingó, entonces el propietario (de quien guardo el mejor y agradecido recuerdo de él y su esposa) me anticipó honorarios con la compra de una pequeña moto y con esa moto dirigí esa obra que tengo entendido fue modificada y la compró un grupo de cantantes.
Por esa época me puse de novio y luego me casé con María con quien recorrimos juntos las aventuras y desventuras de la vida quien es la inspiración y la razón junto a mis hijos de todo lo que he podido hacer tanto en mi profesión como en todo lo que he emprendido en la vida, el mayor de de mis hijos hoy es arquitecto.
Después trabajé en el estudio como arquitecto, creo que mi mejor cualidad en aquella época era mi dedicación a los detalles técnicos de la obras, en el proceso de diseño, es decir tuve mucho trabajo dentro del estudio. Prácticamente durante diez años me dediqué a la Arquitectura absolutamente en lo que es la práctica concreta, en el estudio de Eduardo, al final hicimos una sociedad, y bueno esa fue toda una etapa, hasta que en un momento yo me fui a vivir a Buenos Aires e ingresé al Curso Superior de Planeamiento Urbano y Regional (CUSPUR) que armó Mario Robirosa. Mientras estaba en el CUSPUR me invitaron a trabajar en un Municipio en General Sarmiento, ahí intenté hacer algún trabajo de ciudad. Entre tanto  mientras mantenía el estudio, siempre tuve mi oficina propia; al poco tiempo me invitan a trabajar en Moreno en la Secretaria de Planeamiento.
Claudio Caveri ya estaba en la Municipalidad, me nombraron Secretario de Planeamiento y Claudio colaboraba conmigo, lo que fue un enorme aprendizaje y desafío intentar comprender su manera controversial de concebir la arquitectura. Fue una gran experiencia para mí verlo trabajar, si bien yo conocía su obra, no lo había visto trabajar. Al año y medio hubo un cambio de gobierno, y nosotros nos fuimos. Seguí trabajando en mi oficina e hicimos muchos trabajos, viviendas, fábricas, algunos concursos.  Al cabo de unos años fue Intendente un amigo y me invitó a que trabajara en su gabinete. Yo me había prometido no volver a trabajar más en la función pública.
Recuerdo haber entregado 18 carpetas con todo nuestros planes, proyectos y diagnósticos que llamamos “30 meses de gestión planificada” que habíamos producido y el que lo recibió dijo “a mi no me gusta leer” así que toda la documentación y una enorme maqueta de la cuenca alta (realizada de modo artesanal por todo el equipo, especialmente por el Arquitecto Alberto Sánchez) fue guardada en algún desván por empleados que quedaron y lamentaban que se perdiera tanto trabajo.  Me costó bastante decidirme pero me decidí y dejé con ello una parte de mi vida , en esta oportunidad pude conectarme más con la ciudad, yo siempre tenía esta deuda en el sentido que nunca había podido trabajar temas que afectaran problemas sociales y urbanos de gran escala y alta complejidad y que de alguna manera pudiera impactar con esa magnitud, si bien tenía una sensibilidad por lo social siempre las obras que había hecho eran más bien de otra escala y para otro sector o para otro segmento social. Cualquier tarea realizada con pasión y dedicación tiene costos y ésta la tendría para mí.

GM: Galeazzi fue Concejal ¿eso te influenció en algo? Parece que yo te estoy haciendo el reportaje.

AM: No en un sentido y si en otro, en realidad yo siento que valoro la política enormemente y creo que cuanto mas calificada sea la política y el compromiso y honestidad de quienes la ejercen, es la única posibilidad de poder hacer Arquitectura, Medicina, Arte…todo en una sociedad democrática. Pero en mi caso no me produce ningún estímulo  la construcción de poder o la lucha por el poder aún procurando los mejores objetivos. Siempre me quedó claro que todos tenemos algo para aportar teniendo tan alto respeto por la política, en mi caso era la posibilidad de poner, modestamente, cierta racionalidad desde mi disciplina.
En ese sentido en el ’91 presentamos un trabajo que había hecho yo y que con mucha generosidad lo presentó Juan Luis Mérega (a quien siempre le agradeceré su gesto), y ganamos un auspicio de una agencia Canadiense en el año ’93 gracias a que Juan Luis mandó ese trabajo viajé a Canadá y pude ver la presentación de  Pascal Maragall y Jordi Borja de lo que habían hecho en Barcelona por el tema de las Olimpiadas. Ese momento  creo fue bastante impactante para mí en el sentido de ver que desde lo público que yo había desechado había gente que había podido hacer cosas importantes superando las adversidades lógicas de esa tarea. Allí pude conocer al Arquitecto Lerner y su obra paradigmática en Curitiba.
Como resultado de la beca del Canadian Institute Development Agency guardo el trabajo que presenté que se titulaba “caos u otredad, el dilema de las grandes metrópolis latinoamericanas” un simple papel que me permitió luego hacer algunas sistematizaciones acerca de ese pensamiento.

JMV: ¿y cuando estuviste con Mario Robirosa cuánto tiempo estuviste?

AM: No yo no estuve, él hizo ese curso, él armó ese curso yo cuando fui ya no estaba más Mario, entiendo que no estaba. Yo no terminé el CUSPUR, cursé no se cuantas materias, entre otros con Federico; con Borello quien me acercó a la epistemología (que por esa época me produjo un gran estímulo intelectual),  Freddy ya empezaba a dar historia del urbanismo, en fin la experiencia del CUSPUR y esa ida a Canadá me permitió ver que desde lo público se podían hacer cosas, había visto experiencias en distintos lugares y bueno pensé que nunca iba llegar el momento.
Entre el año ’93 al ’96 trabajé exclusivamente en forma  independiente.
Con Mario Robirosa fuimos contactados para hacer una tarea en conjunto en un pueblo de media escala de la provincia de Buenos Aires (Trenque lauquen), y si bien no concretamos el proyecto tuvimos varias reuniones con autoridades, profesionales y con la comunidad y guardo como un gran patrimonio cultural propio, escucharlo a Mario en el tiempo que duraba el viaje en ómnibus o en auto (que demoraba ex profeso para escucharlo) acerca de cuanto tema abordaba, especialmente lo relacionado con el arte. De él tomé su concepto de plan, “cualidad del futuro, racionalidad del proceso y adecuado factor de corrección” que utilicé y utilizo en toda mi práctica profesional.

En el año ´96 no sin dudarlo mucho, acepto la propuesta del Intendente para trabajar en la Secretaria de Planeamiento en la que ya había trabajado en un momento Claudio, en otro momento Freddy también. Hubo una cierta tradición en ese lugar y terminado esos cuatro años, de la Secretaria de Planeamiento, yo sentía que ese modo de gestión  no era un espacio en el que yo podía seguir produciendo y el Intendente de ese momento me dice  “bueno mirá, yo tengo la idea de armar un Instituto descentralizado, pensalo”. Lo acepté y creo con el tiempo modestamente que fue un aporte y le agradezco a Mariano su visión política, generosidad y compromiso con el desafío.

JMV: Si me interesaría que eso cuando hagamos la exposición que le des un lugar a ese remate por que yo vi cuando me lo mostraste allá y me parece que es muy significativo como punta de lanza porque hay un montón de lugares donde hay gente que quisiera hacer eso, pero que ha conseguido avanzar como avanzaste vos yo no conozco otros. Y mira que yo hable en La Plata y en otros lugares ya te conocen, ya tienen idea de eso.

AM: sí se fue convirtiendo en una experiencia

GM: se sorprendieron mucho por el trabajo que hay en Moreno, es más ayer en reunión de consejo no lo entienden, no lo interpretan, no pueden creer que haya hecho este trabajo Alejandro.

JMV: Va ser una cosa muy interesante que aparezca entre la gente de ustedes eso junto con cosas de Pschepiurca suponete que está haciendo rascacielos como que hay una cantidad de variantes que me gustaría que aparezcan ahí, lo mismo que cuando apareció lo de Sorondo y Frangella por un lado y Tito Varas por otro en la generación anterior, claro como los distintos caminos, la idea es que la Arquitectura da mucho trabajo tiene muchas posibilidades y en la facultad lo que si se consigue es que salgan tipos capaces de hacer líneas que son distintas, pero las hacen, hacen esta, hacen la otra, como que hay una variedad de oficios dentro de un oficio, es un oficio, es el mismo, pero no es el mismo.

AM: la cuestión es que se arma el Instituto y realmente se abre una posibilidad muy grande que es empezar a pensar la ciudad, bueno con toda la complejidad que ello implica, dejar de lado esto que ya para mí entiendo un paradigma de gestión pública caducó absolutamente y que esto abría una puerta.
A mi entender el modelo de gestión que surgió del contrato entre los gobiernos locales y la sociedad que dieron origen a los municipios como se los conoce hoy han perdido toda vigencia. Ni las demandas son las mismas ni la cobertura es la misma. De un modelo piramidal con escasa participación se presenta el desafío de un modelo dinámico, transversal, proactivo, con múltiples canales de participación, con actores múltiples y problemas complejos, en fin, un formato que se parezca más a una película que a una foto. Como verás sin no hay un concepto general y todos los astros alineados es muy difícil generar los cambios necesarios para que la ciudad se acerque a la dignidad de sus habitantes.
Yo te diría tenemos más batallas perdidas que ganadas, pero los otros días leía que de ganar se aprende poco, aunque uno no lo debiera hacer un habito….

JMV: y Borges decía que una cosa peligrosísima es el éxito y trataba de eludirlo, lo consiguió eludir casi toda su vida.

AM: en ese sentido nos fuimos metiendo y armando este instituto, tan bien fue muy importante para mí un viaje a Italia a la Universidad Santa Veridiana,  no podía entender porqué si todo evolucionaba, lo que más nos gustaba de las ciudades  había sido hecho hace trescientos, cuatrocientos o más años antes…
La vivencia en Florencia y en otros lugares me hizo ver esas cosas desde otra lógica tanto que hoy prácticamente el patrimonio dentro de lo que es el Instituto es un componente, así como lo son algunos otros elementos. En éste sentido me siento modestamente reivindicado (por lo que imaginé hacer en San Telmo en mis épocas de estudiante) con el segundo premio nacional que nos entregó el Colegio de Arquitectos y la Sociedad Central de Arquitectos a la mejor intervención al patrimonio construido a escala urbana. Aunque no dejo percibir las mismas  tensiones entre el patrimonio construido y los desafíos contemporáneos.

Ciudad y Arquitectura, Patrimonio y Modernidad son los temas que hoy me sensibilizan. También fue un hito  cuando incorporamos todos los temas de tierra, pobreza y vivienda social así como la nueva legislación urbana,  la legitimidad y lo legal.  Fuimos observando cómo en la Argentina, lo legitimo llega siempre antes que lo legal, y en definitiva los reclamos quedan siempre fuera de la ley y en definitiva o se acomoda el marco jurídico a estas cosas que permanentemente interprete y procure resolver las tensiones y conflictividad social.
También fuimos comprendiendo el fenómeno de la consolidación urbana y ofreciendo nuestra forma de interpretarlo. Descubrimos que  hay distintas instituciones intermedias de la sociedad que son como los capilares de las raíces que van formando el tejido social y su forma urbana.
Siempre estaré agradecido a Juan Manuel Borthagaray del Instituto Superior de Urbanismo que se interesó en lo que hacíamos y me propuso escribir la experiencia que hicimos en el IDUAR en el libro “Hacia la gestión de un Hábitat Sostenible”, experiencia  que fue declarada “best practice” por el grupo de estudio del ISU que desarrollaron la investigación de UBACYT. 

JMV: ¿a ver eso te fue apareciendo desde que fuiste alumno en adelante de una manera muy paulatina o como que se fue juntando una presión o qué?

AM: bueno para mí hay dos cosas que de alguna manera me fueron moldeando, primero mi vocación y mi oficio, no se si podría ganarme la vida de otra cosa…, en segundo lugar yo creo que mi formación en mi grupo de parroquia, son dos cosas que me marcaron fuertemente y no se si pude hacer síntesis o no pero al cabo del tiempo fui siempre buscando..… creí que nunca lo iba a poder plasmar en algo concreto porque bueno cuando uno hace una obra de alguna manera es un objeto, pierde distancia de ello queda como un recuerdo de ese objeto, cuando uno se mete con la ciudad y esta cosa de la Arquitectura de la ciudad donde se rozan que es donde mas cómodo me siento, y donde siento que se me juntan por lo menos mis vocaciones fue lo que me me permitió  ir encontrando este espacio. Estoy convencido que la experiencia no es exportable, sería imposible armar un instituto igual en otro lugar, pero sí me parece que sería posible transmitir la manera que hemos tenido de abordar la ciudad.  Eso si tal vez, puede ser algo que pueda resultarle útil a otros.
Entiendo que ya no hay más problemas, sencillos, la sociedad contemporánea nos presenta  problemas complejos con actores diversos, donde la integralidad, la simultaneidad y la oportunidad  son componentes  claves.  
Si en el preciso momento no se toma  la decisión adecuada por mas integralidad y simultaneidad que tenga el plan que uno quiera aplicar, sea para una casa o para una ciudad de nada sirve porque suele pasar la oportunidad de concretarlo y ocurre que los proyectos envejecen de la peor manera, sin realizarse….
Otra gran experiencia fue no preocuparme tanto por perder o no lograr algunos objetivos, tal vez allí encontré el sustento de lo que he podido hacer y estoy haciendo.

En mi primera etapa en la función pública, cuando me propuse no reincidir, me dolía muchísimo ver cuánto se podría hacer si no existieran tantos obstáculos, en la mayoría de los casos decidimos abandonarlos, me afectaba muchísimo, inclusive me afectaba mi salud. Finalmente me convencí que con objetivos claros, férrea voluntad, trabajo sostenido y una masa crítica formada y capacitada es posible alcanzar objetivos.
No sé si es tiempo de sacar conclusiones pero creo que valió la pena intentarlo nuevamente y dejar una experiencia esperanzadora a las nuevas generaciones, creo que cada vez que enfrentamos un problema complejo, el centro de trasbordo, los planes de vivienda, los problemas de algunos proyectos urbanos de gran escala, las metodologías de abordaje y formulación de las normas urbanas, damos por sentado que muchas batallas se van a perder y que tenemos que aprender del camino andado, reflexionando, estudiando y produciendo y sobre todo que el equipo salga fortalecido de cada emprendimiento, y aprendiendo en el andar….

JMV: si quizá lo que vos sabes es tu intervención seguro que va a ser positiva, sufrirá todas las heridas que quiera pero lo que vos pones es un punto a favor de lo que va a pasar, una cierta confianza en que uno sabe hacer cosas o que lo que uno diga puede servir y conversarlo con los demás, y saber que uno no es un Arquitecto vedette que hace todo lo que quiere y todos se callan; eso cuando vos hablas de la parroquia me parece que lo que hay es un compartir las ideas, y cruzarlas, bueno lo distinto de la competencia de uno contra uno, al individualismo, el individualismo también de los edificios que hacen algunos tipos son individualistas ellos y lo que hacen muestra que son individualistas, etc, etc.

AM: siempre me han provocado una enorme, no sé si llamarlo envidia, ver a parte de mi equipo concentrado en un tema yo siempre les digo que lo que más extraño es estar allí, la posibilidad de estar concentrado en un tema. Lamentablemente cuando uno asume alguna tarea de mayor responsabilidad,
Hemos tenido un reconocimiento a lo hecho en el IDUAR que también será efímero como todas las cosas ¿no? esta es una etapa de mucho reconocimiento; yo verdaderamente lo voy a entender así cuando vea esto plasmado en otros lugares. Mientras sea un esfuerzo singular de un grupo, yo siento que es una cosa heroica, y me parece que hacer Arquitectura para la ciudad y para la gente donde el hombre sea sujeto, tiene que ser algo que haga feliz a cada uno no tiene que ser un acto de heroísmo tiene que ser algo donde uno se sienta contento de hacerlo cada día con simpleza.  Disfrutar de esto que a uno le toca hacer y por ahora siento que todavía hay mucho por andar… tal vez por eso creo conveniente cultivar un perfil lo más bajo posible, creo que los Argentinos somos muy expertos en demoler cualquier inquietud o singularidad, somos fantásticos para diagnosticar para encontrar las falencias de lo que alguien pueda producir, de manera que ya llegara el tiempo que aparezcan todos esos cuestionamientos, todavía es un momento que es valorado lo tomamos sabiendo que ya llegaran las criticas, pero nos quedará la alegría del esfuerzo compartido, la entrega y el compromiso y la esperanza de construir ciudades y arquitecturas que alberguen al hombre como individuo y junto a otros  como sujetos de la historia con la escala de la dignidad humana. Aprendimos que construir desde el bien tiene un enorme costo y requiere un umbral alto a las frustraciones.
La vida en la profundidad de su significado es lo que importa, el drama de la vida como decía Lewis Mumford y la ciudad su escenario.

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