Arquitecto Jaime Sorín


Entrevistador: Arquitecto Juan Molina y Vedia 

Entrevista realizada el 16 de junio de 2005

                                                    
Fecha de ingreso FADU: 1964
Fecha de egreso FADU: 1970 



         
Yo alumno, yo arquitecto



Jaime Sorin (JS) - Entré a la facultad en el año 64, terminé en el 70, junto con Carlos Viarenghi, Miguel Lecman, porque veníamos del Buenos Aires[1].

Juan Molina y Vedia (JMV) - Ah, entraban directo.

JS - Si, nosotros no hicimos el curso de ingreso, entramos directo en los galpones, no sé si era el primer año que funcionaban o el segundo, y venir del Buenos Aires, era una experiencia distinta porque el Buenos Aires no te prepara para Arquitectura, en general , fíjate que éramos tres, Chaneton que se fue a vivir a Neuquén, y un solo compañero mío que después se dedicó a publicidad, pero en general la gente del Buenos Aires, casi no tenia contacto con Arquitectura, había una materia que era Historia del Arte en el último año. Yo empecé el secundario en el 58, el  Buenos Aires fue siempre un colegio con mucha movilidad política y me tocó toda una época en la cual había enfrentamientos muy fuertes entre lo que era el nacionalismo y la izquierda, digamos el nacionalismo católico que después fue Abal Medina, estaban todos ahí toda la familia Abal Medina, Firmenich, y entonces ahí veníamos con una cierta relación con la universidad distinta porque ya el Buenos Aires te metía de entrada en el tema universitario. En el último año hacías orientación vocacional, y no me había dado nada a mí en realidad, era un resultado muy abierto, pero yo había empezado cuando estaba en 5° año con el cine. Iba casi todos los días al Lorrein, llegué a fin de año con el máximo de faltas posibles porque me iba mucho al cine y cuando estaba en 6° di un ingreso a algo que se llamaba la Asociación de Cine Experimental (ACE) que era una escuela de cine que funcionaba por la calle José María Moreno, era un galpón y yo era muy chico, la verdad que era el más chico de todos, tenia 17 años, había aprobado el ingreso, era de noche,  y la verdad que me había entusiasmado con eso. Pero tenía mucha contra de mi viejo, él era un tipo muy científico, a pesar de que pintaba, tocaba el piano y todo lo demás pero él me veía a mi como Ingeniero electrónico. Yo decidí, finalmente, que quería estudiar cine en  Santa Fe, con Birri, y la otra escuela posible era la de La Plata, que no me gustaba mucho. Era todo una pelea y el último día que se cerraba la inscripción decidí ir a averiguar a la Universidad y ahí entré en contacto con un curso que daba Breyer[2] de escenografía. Averigüé un poco y no me convenció demasiado pero me hizo empezar a conocer la existencia de la carrera de Arquitectura, y el último día decidí anotarme medio por descarte, siempre pensando con la posibilidad de seguir en el cine. Igual me anoté también en Sociología, en primer año hice las dos carreras juntas y después la dejé. Cuando entré a la facultad era un mundo muy distinto porque la mayoría había hecho el curso de ingreso, nosotros llegábamos medio desprovistos, el que sabía dibujar, bárbaro, yo nunca me había dedicado al dibujo y tenia una complicación inicial. Pero igual cuando entré me anoté con la cátedra de Ibarlucía[3] porque yo era muy amigo del hermano de Tony Díaz[4], Alberto, que había sido del Buenos Aires también y él me presentó a Tony, que era más grande que yo, y me dijo: “Mirá, yo tengo un hermano que se esta recibiendo...”, cuando yo entré Tony terminaba, y bueno ahí me fui a su casa y me mostró los trabajos del último año, me contó como era la cosa y ahí me pude ir orientando un poquito más. Fue un primer año muy complicado porque nos hacían trabajar muchísimo, especialmente en las materias como Visión. La verdad es que eran unos trabajos enormes de dibujo. Además era muy distinto el programa, en primer año veías Matemática, Introducción a la Construcción... y se iba por la tarde, te llevaba muchas más horas y los sábados a la mañana se daba Matemática Moderna, que fue el primer año que se veía en la facultad, era interesante. La cátedra de Ibarlucía fue una cátedra muy grande, tenia más de mil alumnos en ese momento, estaba en todo el entrepiso. Era muy distinta la facultad porque la veías toda desde los entrepisos, y había bastante actividad política. Ya en esa época estaba el Centro de Estudiantes, y había dos listas, los del LU, que era la Católica y la Reformista, con Juan Carlos López y toda esa gente, era una línea del PC. Como a mi me habían echado del PC cuando estaba en la secundaria, en el Buenos Aires, estábamos armando otra cosa guiada por Juan Carlos Portantiero, leíamos Pasado y Presente, era toda una línea distinta en la Universidad y mucho no nos metíamos en el tema del Centro de Estudiantes, estábamos más preocupados en otros problemas, fue la época en que vino el Che Guevara, empezaban los primeros acercamientos al peronismo que en la facultad era absolutamente de derecha y un grupo anarquista llamado El Elefante que fue muy famoso y que también tenia relación con esos grupos del peronismo. Eran anarquistas y peronistas, una cosa extraña. Nosotros estábamos más ocupados con las cosas de afuera  que con cosas realmente del Centro de Estudiantes. Ahí cursé el primer año bastante a los tumbos hasta que pude entender de que se trataba el tema, fue un año forzado y la cátedra de Ibarlucía era buena en el sentido que te introducía realmente a los temas de arquitectura, pero era muy esquemática. Se trabajaba con Gropius, te daban a leer (por lo menos se leía, ¿no?) Gropius y Tedeschi. Ellos tenían una imagen que era que para hacer una obra había que buscarle la punta al ovillo. “Es como un ovillo de lana” -te decían- Era una cosa un poco esquemática, pero de todos modos te daban una introducción interesante al tema de la arquitectura. Después, al año siguiente, en el 65, ya entré al taller de Rivarola[5], que funcionaba a la mañana, también en los galpones.

JMV - Yo estuve en el taller de Rivarola, en 3º año, con Tony Díaz.

JS - Yo estuve con Tony...

JMV - Un año estuve con Tony y después nos separamos y Dante Shulman estaba también.

JS - Creo que en Composición 1 había dos ayudantes, me parece que estaban Livingston[6] y Tony. Por supuesto como lo conocía a Tony y me gustaba más lo que pensaba estuve con él. Y ahí la verdad que me fue muy bien, incluso Rivarola todavía se acuerda de mi proyecto, estuvimos hablando, alguna vez nos encontramos, y tiene las fotos del proyecto. Era un proyecto en Palermo muy interesante y con Tony se aprendía, la verdad que él era muy didáctico y además era distinto a como fue después, mucho más abierto. Y me llevaron a trabajar. Tony y Jorge Erbin empezaron a trabajar juntos y a mi me invitaban a dibujar en los concursos. Ahí eran todos más grandes: Lestard, Baudizzone, Varas, Silvetti, Machado, que ya estaban terminando la carrera también. Eso fue una experiencia interesante, el taller era bastante bueno. El taller de Rivarola era bueno aunque era bastante profesionalista, fue una buena experiencia además porque me permitió también trabajar afuera. Le habían alquilado una parte al Estudio de Ferrari Hardoy[7], que era un Petit Hotel que estaba a la vuelta de la facultad, en una de las calles que suben creo que es Ayacucho, y aparte Ferrari era amigo de mis viejos, pero tenia poca relación con él, era un tipo muy difícil. Lo interesante en el Estudio era que a las cinco de la tarde se paraba todo y había una mesa para tomar el té. Entonces a Ferrari, que era muy particular, no se le podía tocar el dulce, porque te cortaba los dedos (risas). Yo era muy chico tenía 19 años. Después comíamos en Angiola, ahí enfrente, que tenia manteles de papel y podías dibujar en ellos. Había un conventillo atrás donde alquilaban algunos estudios. Era mucho más chica la facultad y había otra relación también. Bueno ahí aprendí bastante con Tony porque además después me dieron alguna obra para dibujar, empecé en la profesión de bastante chico, que era una de las posibilidades que teníamos en esa época que no la tienen ahora... Después ese año lo terminé también ahí en los galpones y después hubo un año más, que fue el año 66, y me pasé a la noche con Borthagaray[8].  Funcionaba bien el taller de Rivarola pero me parecía mejor el de Borthagaray.

JMV-  Ahí abrimos ese taller con Mario Soto, Winograd, y Gracia Vázquez que duró tres meses. Mederico Faivre estaba de ayudante. Tallone estaba de alumno, él se acuerda y de eso queremos juntar datos. Es una experiencia que queda trunca cuando empieza y alguna vez yo quiero desarrollar un poco más porque  era un encuentro Soto, Winograd, García Vázquez y nosotros que habíamos venido de Cuba  y queríamos hacer una cosa de la calidad de Borthagaray pero con una onda distinta, esa es la verdad, porque Soto a su vez estaba con Manolo, en ese momento sale de Manolo y crea una cierta observación de que hay otra variante.

JS – Si, a la noche estaban esos dos talleres y había otros. En esa época había talleres que se decían de izquierda y los otros talleres que eran los de Martín, que era un profesionalista, Casares que era de derecha y estaba a la mañana Baliero, Rivarola y Odilia Suárez, Repossini. Había talleres que no tomaron fuerza, Rossi también tenía taller, no me acuerdo después que más. A la noche básicamente estabas con Soto o con Borthagaray. Con Borthagaray estuve con Varas porque me tocó de ayudante, pero estuve poco tiempo. Porque yo estaba haciendo la conscripción, lo cual había incidido para que fuera a la noche, era complicado, terminábamos a las doce de la noche, me levantaba a las cuatro de la mañana, yo vivía en Floresta y llegar no era tan fácil como ahora, no tenía auto tampoco así que era difícil. Pero me agarró enseguida el corte o sea que del taller de Borthagaray no puedo decir mucho, salvo esos tres meses, medio accidentados y me acuerdo la noche de los bastones largos porque yo estaba haciendo la conscripción y estaba con un coronel nacionalista, la verdad que me llevaba bastante bien porque teníamos charlas de política largas, un viejo ya retirado y me había tocado con él. Había una asamblea en la facultad esa noche y yo estaba ahí. Había un teléfono público al lado de una de esas columnas de madera y lo llamo para ver que hacia, porque yo lo tenia que llamar. Y me dice: “¿Qué estás haciendo en la facultad? Andate a tu casa antes de que tengas un problema.” Y bueno, me fui. Si, me fui porque estaba haciendo la conscripción. Lo único que me faltaba era caer en un problema...

JMV - Yo sí estaba ahí. Daban cachiporrazos. Además venían unos a pegarte y otros con las ametralladoras se paraban arriba de los galpones.

JS - Había sido un año complejo. Cuando entré a la conscripción ya había tenido problemas, llegaron los antecedentes políticos y todo eso, venía medio complicado y el tipo sabía de todo eso porque se lo habían dado, pero era un buen tipo y  dentro de todo  me dijo: “Bueno, mirá, andáte a tu casa que vas a tener un problema ahí”. Así que esa noche me fui y después se cerró la facultad. Igual durante todo ese tiempo y el año anterior habían sido tiempos complejos porque salían los de Derecho venían con las ametralladoras y tiraban contra las chapas, y se escuchaban los ruidos, era un año difícil.

JMV - En medio de todo eso me acuerdo que, una semana antes más o menos,  estaba Tomás Maldonado, que viene de Europa, dando una de esas charlas.

JS - Si, los galpones era un lugar de intercambio mucho mayor, era muy difícil dar clases ¿no?, porque había una rampa que subía al entrepiso que pasaban por arriba de las aulas de teóricas. Las teóricas también, como tenias entrepiso de madera, era un lío, un ruido, era todo unido. Y bueno, después de ahí  ese año no se terminó, no se hizo nada. Fue el año en el que todos ustedes renunciaron  y hubo que hacer una entrega, que se entregaba sin saber a quien. Bueno, algunos se habían quedado, otros no, era un lío tremendo. Muchos estaban a favor, otros no, muchos no entregaron y perdieron el año. Y al año siguiente seguimos uno o dos años más en los galpones y me anoté con Martín que era más o menos lo único posible.

JMV - Fue mi profesor de 3.

JS - Yo en 3 estuve con Martín, me tocó con Urgell, y... bastante bien podría decir.

JMV - Monreal había dos un muchacho y Nora.

JS - Ese si era un taller raro... Y ahí yo ya seguía trabajando, Había empezado a trabajar con Rubén Movia y Diana la mujer. Se aprendía bastante  más afuera que adentro, la verdad, y yo en serio fui muy poco a la facultad, cursaba las materias pero  iba muy poco y le había avisado a Monreal que yo la verdad que estaba muy ocupado afuera y que me interesaba mucho más lo que podía hacer afuera y bueno me fue bien y después me bajaron dos puntos a  fin de año  por inasistencia. Yo había empezado a trabajar con Borthagaray en el Estudio así que esos años  últimos de la facultad fueron más de ir y aprobar y de actividad política que de aprovechar lo que había en la facultad, se había dispersado todo mucho. Historia se daba muy  mal... te ponían un grabador y conectado con un proyector de diapositivas, estaban Gazzaneo  y Scarone. Era sábado a la mañana y te dormías. Después, cuando estaba haciendo la conscripción, me olvidé  de hacer  una materia. En esa época las complementarias eran 1 y 2 que duraban un año. Era Acústica, Luminotecnia y Electricidad, y yo me olvidé de darla y para que no me quedaba colgada el año siguiente la tuve que dar libre en marzo. Como mi viejo se ocupaba de electrónica yo de chiquito conocía bien el tema así que la preparé muy rápido, la di bárbaro y creo que sabía más que los que estaban tomando, así que me saqué un 10, bueno, fue todo un espectáculo el examen porque era muy largo y se sentaron todos a la tarde a escuchar lo que yo estaba diciendo porque sabía bastante más que ellos, especialmente cosas prácticas. Una anécdota muy interesante con Historia es que, porque era sábado a la mañana, se daba en el aula magna. Se apagaban las luces y de repente prendieron la luz y estaban todos durmiendo y el profesor  se fue y no volvió nunca más, renunció. ¡Todo el mundo durmiendo!  Y claro, nueve de la mañana y esas cosas... Egipto, Roma, Grecia,  terriblemente aburrida, o sea que el tipo se ve que algo debe haber escuchado entonces hizo prender la luz  y estaban todos durmiendo.
Después Trabucco 2, estuve con Ansaldo que se murió hace poco,  también, la verdad que se daba mal Historia, no sé pero lo peor era eso del grabador con las diapositivas, era una cosa.... No se podía protestar porque había mucho control en la facultad, había desaparecido el Centro de Estudiantes, la actividad política era clandestina, afuera empezaba la resistencia contra el gobierno y eso se da en el 65, 66 y 67. Ya en el 68 empezamos a armar, a entrar en las primeras cosas del peronismo con Norberto Chávez[9], el Toti Corvaglia, Alberto Bello Y estaban funcionando en la universidad dos agrupaciones, una que se llamaba Fen, que funcionaba a través de Filosofía y muy poquito en Arquitectura,  y otra que era Tupau/Cenap, en la facultad se llamaba Tendencia Universitaria Popular de Arquitectura y Urbanismo y en Derecho era el Cenap, Corriente Estudiantil Nacional y Popular una cosa así. Ahí empezamos a trabajar todo este tema  del peronismo. En la facultad no se hablaba nada, la Arquitectura era una cosa muy general, eran temas poco comprometidos, se hablaba de la vivienda pero no… Además no nos olvidemos que era el año 66 y 67, recién empezaba el tema de la vivienda social en Buenos Aires. Ibamos a algunos lugares donde estaba Winograd, a escuchar algo, él hablaba no de la vivienda social sino de la necesidad social de la vivienda, digamos, tenia sobre ese tema un pensamiento brillante. Se había empezado a trabajar esos  temas, pero en serio. Y empezando a trabajar con todos estos temas comenzamos a escribir un primer trabajo con Norberto Chávez que se llamó Arquitectura y Dependencia, una cosa de  tapa amarilla.

JMV - No han desaparecido esas  cosas, no? Hay que reeditar todo eso.

JS - Yo, casualmente, lo pude rescatar en un volumen que se editó después juntando todo lo que se había producido en esa época. Ese es un trabajo muy interesante donde nosotros empezamos a hablar. Hablamos contra Solsona, contra  Goldemberg, sobre lo que significaba... Cosa totalmente distinta a lo que escribió Segre[10], por ejemplo, era absolutamente encontrado, por supuesto teñido de la época, pero decíamos que esa era la arquitectura de la burguesía, bueno para Segre era al revés, ¿no? Hasta que lo vio construido. Ese creo que fue un trabajo muy interesante y yo ya estaba en el penúltimo año de facultad y se empezó a desarrollar lo que era el Tupau, que empezó a crecer y empezó a crecer el peronismo, empezó a entrar una cosa distinta a la facultad porque hasta ese  momento lo que era el peronismo, la visión que uno tenia del peronismo, era una visión de la CNU, que era el peronismo de derecha de acción nacionalista universitaria. Y empezó a tomar un poco más de cuerpo esa agrupación junto con otras de la facultad, empezamos a viajar al interior, es decir empezamos a relacionarnos un poco con lo que era el movimiento estudiantil nuevo. Eso fue el año 68, en el 69, ya era el último año, fue bastante interesante porque fue el Congreso de la UIA[11] en Buenos Aires. Ya estábamos en Ciudad Universitaria. Entonces ese año no había Centro de estudiantes y había dos corrientes en la facultad, una bastante poderosa que era la de la izquierda, que era el PC y la división PCR y el peronismo que empezaba a crecer. En el PC estaba Daniel Laufer, con otra gente. En el peronismo, bueno yo estaba en el ultimo año y cuando se hizo ese Congreso  en el  San Martín vino gente de Chile, de Córdoba, de San Juan, de Brasil. Estudiantes eran más chilenos y de acá. Hubo una especie de contra Congreso con una manifestación ahí en la puerta, y antes habíamos trabajado bastante en la facultad había asambleas de dos mil personas y como no había centro de estudiantes habíamos dos que éramos delegados, Daniel Laufer y yo. Una distribución entre el peronismo y la izquierda, y se armó un lío muy grande. El presidente de ese Congreso era Ugarte, y estaba desesperado el tipo, habíamos tenido varias reuniones con él afuera y dijo que era la última vez que iba a  invitar estudiantes. Ugarte tenía otro pensamiento y se trasladó a la facultad el encuentro de estudiantes que era paralelo, ahí había venido Goitisolo con Bofill.

JMV – Goitisolo, ¿el arquitecto?

JS – No, el escritor. Era el hermano del arquitecto, no era el famoso sino el otro. Y Bofill recién había empezado  a hacer esas locuras  de Xanudu y esas cosas. Estaba Van Eyck y Bakema que era un petiso gordito. Van Eyck era un holandés típico al que llevábamos en Citroën con Durante siempre y nos habíamos hecho muy amigos de él, un tipo realmente muy interesante, que trajo todas las experiencias que había tenido en África. La verdad es que fue una experiencia muy buena. Él venia muy entusiasmado con el tema africano. Bofill era otro tipo de cosa, otro personaje, siempre mucho mas oligárquico, me hace acordar mucho a Miguel Ángel Roca, era un personaje hasta físicamente del estilo de Roca.  Después estaba un brasilero muy loco, Pereyra Do Santos.

JMV - Yo esto lo conozco todo de cuentos, porque  yo estaba encerrado en la Plata con Lito Rosenfeld haciendo un hotel internacional en Florida y Tucumán. Estuve un año encerrado con el dueño del Clarín como  hotelero, un tipo de La  Plata  que era del Banco Cooperativo que ponía la guita y era el hotel Martín Fierro, por supuesto compitió con el Sheraton y el Hilton y ganó el Sheraton, porque había una exención de impuestos y querían aprovechar pero daba  para uno bueno y entonces ese Congreso me lo perdí todo y me lo contaron después.

JS - Después en la facultad estaba Segre,  y se había complicado mucho la historia con la policía y había mucha represión. Se pudo hacer en la facultad pero a Segre hubo que sacarlo del país, nos reuníamos en la casa de Marcos  Winograd que vivía ahí por la calle Santa Fe, no me acuerdo, para ver como hacíamos para sacarlo a Segre antes de que lo metieran preso. Pero se hizo y fue una experiencia interesante. Yo después como alumno ya había terminado, porque los Congresos estudiantiles permitían que las facultades mandaran trabajos de alumnos.

JMV – Si, claro, Alejandro López lo ganó ese año. Está en el Archivo ese trabajo completo, con una caja de madera, esta todo, en algún momento lo podemos exponer para ver. Era sobre vivienda y había una villa, todo ese trabajo lo donó al Archivo.

JS - Yo me acuerdo porque lo hice, pero lo tenías que hacer solo en un primer cuatrimestre. Yo el mío lo perdí, pero a él le fue bien, yo me saqué ocho, no me acuerdo quien era segundo y él lo ganó, que lo había hecho con Juan Carlos López, con Winograd, fue una experiencia... habían traído unos contenedores, los condensadores sociales de los rusos. Yo había trabajado en otra línea, era una línea más inglesa con cosas que habían salido en el Design[12]. Nosotros teníamos una contradicción entre el Design y Alvar Aalto. El proyecto fue sobre la Richieri en un triángulo, ahora hay un conjunto de la CMV, que no tiene nada que ver con lo que era.

JMV - Y Alejandro López, en el 67, hizo un año anterior con nosotros, el Concurso de Israel y el Concurso de Bulgaria, eran Juan Carlos López, Alejandro López y como noventa tipos.

JS – Bueno, yo lo hice solo, la verdad que no me ayudó nadie. Sí, Carlos Viarenghi con las perspectivas. Habíamos alquilado, con Claudio Mónaco, y con Julio Bernadú un departamento en Viamonte y San Martín y ahí trabajábamos. Todavía estaba Filosofía funcionando en Viamonte, estaban los bares, estaba el Di Tella, bueno el Di Tella ya había terminado pero era la zona, estaba Barobar, y ese bar que iba todo el mundo, donde ahora está la Pacífico, donde es el Centro Borges, a un costadito había un bar donde iban mucho, también estaba Concentra en Viamonte, en la entrada de la Galería Pacífico y nosotros habíamos alquilado enfrente.

JMV - Tengo unas fotos de la gorda de Concentra que me las dio la hija de Horacio y se las tengo que devolver. Ese es otro capítulo.

JS - Hice ese Concurso, pero lamentablemente no me quedó nada, pero fue una experiencia interesante, que lo ganó Alejandro López, y la verdad que protestamos, tanto el que salió segundo, que no me acuerdo como se llamaba y yo, porque nosotros habíamos hecho un proyecto más relacionado con la realidad Argentina, y dijeron que, bueno, los proyectos estaban bien, pero que como era un Concurso internacional  tenía que ser más experimental, y que sé yo, era distinta la mano en esa época. Bueno, ese fue el Congreso, algo  interesante, pero además dejó un saldo organizativo estudiantil muy importante, un crecimiento del peronismo muy grande, que además en ese momento  recién empezabamos y para mí además fue un saldo muy interesante porque se escribió bastante y conocimos bastante gente, y yo ahí terminé la facultad. Debería haberla terminado a mitad de año, pero seguí cursando una materia que se llamaba Estructuras IV, que se cursaba junto con Diseño V.

JMV - Yo hice las dos, ¿sabés con quién las hice? Con Testa el proyecto y con Danon la estructura de la misma cosa.

JS - Yo no me acuerdo quién era que la daba, pero como el proyecto era calcular una torre y yo seguí, a mitad de año terminé de cursar Diseño, porque con el Concurso la terminaba, esa era una de las ventajas que tenía hacer ese Concurso, pero yo seguí cursando Estructuras, Estabilidad, y cuando fui a presentar el trabajo de fin de año me dijeron para que venía, le digo -¿Cómo para que vengo? A entregar.- Si usted terminó en Julio...- Es decir había cursado cuatro meses y había hecho un trabajo de cálculos impresionante. Bueno, así terminé y después me quedaron tres materias, mientras seguía trabajando con Borthagaray. En realidad yo aprendí muchísimo con Manolo, no tanto como profesor, porque lo tuve poco, pero en el Estudio te enseñaba. Era un personaje muy particular, porque él venía al Estudio seis y media de la mañana...Yo había entrado a trabajar con él porque había hecho el Concurso de la UIA y él necesitaba alguien  para hacer una torre que está ahora ahí en la esquina de Galileo y Copérnico, y entonces preguntó quien sabía de carpintería metálica, y le dijeron que yo. Yo no tenía la más mínima idea de lo que era un marco en esa época, imaginate, pero de caradura fui y trabajé con él, hice toda la documentación de la torre, toda la mañana con él. Él tenía dos tableros enfrentados, entonces trabajaba de un lado, y dibujaba, casi no me veía, era un tipo bárbaro, había estudiado con Mies, había trabajado y sabía de carpintería muchísimo, un tipo que te dibujaba en escala sin necesidad de escalímetro y te enseñaba.  La verdad es que era un tipo fantástico. Yo me llevé muy bien con él, un tipo muy difícil, que se peleaba con todo el mundo. Pero conmigo la verdad que no, tuve mucha suerte y trabajaba ahí todo el día, a la mañana trabajaba con él y a la tarde hacía la documentación, la iba pasando en limpio. Estaba Pancho Liernur, en ésa época que recién empezaba a meterse con la Historia, me acuerdo  porque le presté El materialismo Histórico de  Gramsci, y no me lo devolvió nunca y como veinte años después me tuve que comprar otro, porque no quería seguir reclamando durante veinte años, recién empezaba en esa época. Era un Estudio donde se aprendía mucho y yo mientras tanto, que estaba trabajando con él, empecé a preparar las materias que me faltaban. Imposible preparar Legal, una materia aburridísima, pero en un momento dado mi viejo me dijo: - Me parece que ya es hora que des los exámenes- Yo había terminado en julio del 69 y era marzo y no había dado nada, entonces ahí sí di Legal, di Estructuras III que terminé de dar el final, que la preparé junto con Horacio Rappaport. Él no desapareció, a él lo metieron preso y después lo mataron en La Plata, hicieron figurar como una fuga, fue muy famoso, lo mataron junto con otros, los sacaron de la cárcel y los mataron. Y después di Historia III, fue todo un  tema porque tenía que dar Historia II también, entonces di Historia II en julio y Historia III, como era la última materia que me quedaba, podía pedir mesa, entonces pedí mesa especial en septiembre, tenía que venir Gazzaneo, con Scarone; voy a darla  y no viene Gazzaneo. Estaba Felito Iglesias, Martíni, Asencio, en otro piso haciendo no sé que, como ya estaba yo ahí los llamaron. Yo cuando los vi aparecer dije -Acá soné-, ellos hacían eje en Arquitectura Argentina y Gazzaneo hacía eje en otra cosa, por supuesto yo había preparado la materia para Gazzaneo y la bolilla 1 y 2 que era Arquitectura Colonial y Latinoamericana, sabía bastante pero poco. Sabía que no la tomaban y había preparado un tema especial, ésa era la época de la Semiología, había preparado un tema de eso junto con una crítica a Segre, entonces me dicen: -Sacá bolilla igual porque tenemos que ponerla en el acta. Saco bolilla -bolilla 1 y 2-, dije bueno. Me dicen: -A ver... ¿De qué vas a hablar?-  No me preguntaron nada de las otras cosas, pero Felito me dijo -Bueno, esta bien -  me puso un 9, me felicitó porque era la última materia y me dijo- Ahora podés ir a hacer la revolución afuera de la facultad-. Fue muy impactante para mi, porque hablaba mucho de Cuba en ese momento, la cosa es que él lo escuchó con mucha atención, porque era un tipo que te escuchaba, pero evidentemente no compartía para nada lo que yo decía. Pero era un tipo abierto, ¿no?, te dejaba y lo sigue siendo. Pero, mirá vos, me fui muy impactado cuando me dijo eso. Bueno, así terminé, y cuando juré estaba Tiscornia de Interventor y Ansaldo de Secretario, que yo lo había tenido en Historia II, y ese día yo me había peleado con Buschiazo que era ayudante, y era adjunto de Martín y también en Historia I, por la manera en que te tomaban, no, yo me peleaba todo el tiempo con los de Historia. Te hacían estudiar cien ejemplos de memoria en Historia I, entonces cuando me tocó, que me tocó una de la Acrópolis, la empecé a dibujar y, bueno, la hice, después me tomó Teatro de Marcelo, nunca me voy a olvidar, que no lo sabía muy bien y me quería hacer dibujar una cosa y yo me terminé enojando y le dije que esa no era la manera de estudiar Historia porque yo eso lo podía sacar del libro y no necesitaba saberlo de memoria y me  dijo: -Bueno, usted piensa una cosa y yo pienso otra- Pero yo era muy buen alumno en el taller, el tipo me tenía mucho respeto, zafamos bastante bien, pero siempre peleándome, ¿no? Era una época en la cual te peleabas mucho con los docentes porque, bueno, nosotros estábamos muy lanzados a la contra, pensábamos una cosa totalmente distinta y era muy tradicional la enseñanza era muy vieja, después del 66 quedó atrasado. Quedó la gente sumamente atrasada, seguían enseñando Historia de esa manera, al estilo Trabucco, había que estudiar todo de memoria, técnicas no eran mejor que ahora pero tampoco habían evolucionado. Era una enseñanza que se había quedado, que si querías hacer algo, lo tenías que hacer afuera, era la única ventaja que podías trabajar, y veías que había trabajo y los Estudios te daban  trabajo y te enseñaban aparte, pero la facultad era bastante deficiente. Terminé en el 70, me presenté a concurso de ayudante con Kiguel y lo gané, y bueno, ahí estuve de ayudante en el 71 con Kiguel y Saucedo, estuve con Luis Grossman y de alumnos estaban, eran todos compañeros míos anteriores, Alberto Petrina, Penedo, Pablo  Sztulwark, Minond, Klicovski, esos eran los alumnos, estaban todos un año mas atrás que yo y bueno fue una experiencia interesante, más que nada por la relación con ellos. Luis Grossman  te dejaba trabajar, tenía esa ventaja.

JMV - ¿Es el de La Nación o es el hermano?

JS - Es el de La Nación. El hermano era Julio Grossman, que también estaba y  murió después. Y en ese taller también estaba Roberto Frangella, Casiraghi, Casina, Lebrero. Tenía un plantel de gente joven que era bueno. En el 72 se arma el gran despiole, se pararon las clases, ya a principios del 72 se armó el lío por el cual Saucedo se abrió de Kiguel, lo obligamos un poco, y puso un taller que era Diseño V donde estábamos todos, porque Kiguel me echó, cuando empezó el año. Se armó un lío fenomenal adentro del taller, entonces me dijo que me fuera, se abrió Saucedo también que puso un taller él. Y ese año ahí fuimos a parar todos, Roberto Frangella, Lebrero, Mirta Panissa, Norberto D'Andrea, todos estábamos en ese taller. Ese taller duro seis meses porque después se pararon las clases, pero ahí los estudiantes tenían mucha participación. Los estudiantes pararon las clases, se empezó a discutir todo, se empezó a discutir como debía ser la enseñanza, nosotros ya seguíamos escribiendo, igual yo tenía bastante militancia afuera de la facultad, ya era el año 72, Lanusse , ya se había empezado a trabajar bastante afuera, ya habíamos empezado a trabajar en villas, yo estaba en la villa de Dorrego, después estuve en otras villas en el Gran Buenos Aires, teníamos una militancia compartida, entre la facultad y mucho trabajo afuera, pero adentro de la facultad había mucho revuelo, estaba también Moscato y Schere, que se habían abierto de Elis. Ellos habían terminado antes que yo.

JMV - Eso lo contaron, está contado por Moscato y Schere en las grabaciones anteriores. Porque se superponen las cosas. Esta clasificación de cuando se diplomó alguien da una cierta flexibilidad porque algunos como vos que empezaron antes, pudo haber otros que empezaron después y se van hilando las cosas.

JS - Y ahí en el 72 fue un año complicado. En el 73 echaron a todos, bueno, ahí se armaron unos talleres que se llamaron Unidades  Pedagógicas.

JMV - Ahí me vinieron a llamar a mí y yo dije que no, -No quiero entrar por la ventana, quiero entrar por la puerta-, pero a lo mejor yo tendría que haber ido allá.

JS - Armamos una Unidad con Frangella y Beatriz Escudero.

JMV - Yo tenía un equipo de ocho a los que les daba clase en un lugar por ahí, habían alquilado un lugar y yo les daba clase. Estaban desesperados porque en la facultad no aprendían nada.

JS - Nosotros hicimos esa Unidad que se llamaba 9N de la noche y creo que estaba Hugo Salama de alumno. Era bueno el nivel y el taller fue bastante interesante. En el 72 o en el 73 se habían hecho una jornadas, ya Tupau había crecido bastante, y yo tengo lo que se había escrito. Yo ya no escribía tanto ahí porque estaba más afuera de la facultad que adentro. Estaba en la JP, se habían producido muchos cambios, yo venía a la facultad, daba clase, pero tenía mucha más actividad afuera. Lo más extraño de todo eso fue que vivíamos del sueldo de la facultad. Parece raro pero yo me compré el primer departamento pagando cuotas con el sueldo de la facultad. Cuando estaba en el último año de la carrera, gané una pasantía en la CMV e hice todo el conjunto Pampa, el que está enfrente del Golf, que era donde había estado la villa. Yo trabajaba con la empresa y después me presenté  a un concurso, también, para una especialización en escuelas. Ganamos Silvia de Schiller y yo, estuvimos dos años en el Ministerio con Pando, que era el director de Arquitectura de la Educación, fue una experiencia muy interesante. Y bueno en el 73 fue la experiencia del taller 9N que sería interesante poder recuperar algo. En una de esas Beatriz tenga algo escrito, o Frangella, yo no tengo nada porque alguna de las cosas se perdieron, digamos en la mudanza. Habría que fotocopiarlo y guardarlo.

JMV - Claro, lo digitalizás y queda. Entonces yo veo, aunque parezca mentira, que voy consiguiendo un material que estaría disperso y lo dejo más bien para que quede, para que alguien lo pueda estudiar, porque es una lástima que se pierda. Todavía estamos a tiempo de recuperarlo.

JS – Si, se hicieron esas que se llamaron las JAN, Jornadas de Arquitectura Nacional, y se publicaron un montón de cosas para esas jornadas, en el 73. Las clases se pararon bastante, se discutieron los planes de estudios, entre el 72/73, hubo un movimiento estudiantil muy..., digamos se movió muchísimo, vos lo debés saber. También hay  que pensar que afuera pasaron otras cosas, no?. Estaba terminando la dictadura en el 73 y ya estaba viniendo Cámpora. Y Bueno ahí estaba Rodolfo Durante, Alcira, la mujer, Pulice.

JMV - Y a mi vinieron a verme Durante y el Pato Balestieri. Aparecieron un día en el estudio para decirme si aceptaba tomar el Departamento de Ciencias Humanas o el que fuera y entonces ahí .....

JS – Claro, ellos empezaron en el 73, fines del 73 y en el 74 se hizo el taller.

JMV - En el 74 fui nada más que al taller y después me dieron todas las Historias.

JS - En el 74 lo pusieron a Ibarlucía como Decano.

JMV - Chávez, Tempone y yo, éramos los otros Secretarios y eso ya está en los 16 tomos de los trabajos, yo no sé lo que va a pasar si los abrís, los ordenás y empezás a ...

JS - Y eso fue en el Pabellón III, con maderas, con andamios. Yo terminé en el Pabellón II y creo que después hubo un año más y en el 73 fue en el Pabellón III con la escalera de madera grande que se entraba directamente al primer piso y ya en el 74 cuando empiezan las clases Ibarlucía hablando desde los balcones. Las teóricas eran gigantescas y ahí se armó el TANAPO, que eran cinco talleres.

JMV - El que la contó hasta ahora, fue el único, fue Solsona en su apurada memoria, que yo no tenía visión de un cantidad de cosas y le dije que me gustaría contarle como lo vi yo que era otra manera distinta.

JS - Esto es todo el 73, que fue la producción teórica. En realidad ellos empezaron el curso de preparatorio en el 67, por eso se llama la librería CP67, y ahí entraban algunos. Norberto Chávez entró en el 64 conmigo, escribimos esta primera parte  y después en el 73 ellos empezaron a escribir  (te lo repito ahora porque no quedó nada claro) con toda esta mezcla entre la Semiologia, Janello, Guerri, bueno toda esa mano y toda una teoría sobre el estudiante del pueblo y lo social en la arquitectura, que yo ya no compartía demasiado tampoco porque era más profesionalista en ese sentido, yo seguía pensando que había que enseñar a proyectar, digamos, es decir una cosa era la facultad de Sociología y otra era la facultad de Arquitectura, no? Después en el 74 se arma el TANAPO, entonces, bueno eso lo sabés vos, con Solsona y se arman 5 talleres. Se armaron siempre con el criterio de poner una persona con experiencia profesional, uno conocido y uno que venía de la política. A la mañana estaba Tony Díaz con Carlos Pisoni,  y Beatriz Escudero con Carlos Bruno, a la noche estaba  Moscato y Schere, Sánchez Gómez, Berdichevsky, Kohan y yo. Nosotros en el taller la verdad que hicimos una muy buena pareja con Javier porque además los ayudantes había muchos que tenían experiencia, había mucha gente que había traído él del estudio, Herrero, estaba Stivel y la mujer Rosa Mangone , y estaba Cecilia Lascano y Tato Romero que habían venido de la JUP. Yo no estaba militando en la facultad pero si estaba en la JP afuera y entonces me dijeron vení por lo menos a la noche a hacer el contrapeso de eso. Pero más que contrapeso me parece que hicimos un buen complemento porque yo seguía trabajando de mi profesión, la verdad que fue un muy buen taller y fue una muy buena experiencia, creo que mezclamos bien las dos cosas, de hecho con Javier tenemos muy buena relación hasta el día de hoy. Y ahí estábamos en una línea muy distinta que Moscato/Schere porque ellos estaban en esa época que se pensaba en una arquitectura de la pobreza y todas esas cosas, un poco era más una línea que habían llevado ellos, pero me parece muy rígida acerca de como había que construir con chapa de fibrocemento y el tema de las circulaciones con los espacios servidos, que era un poco la arquitectura de ellos. Y con Javier teníamos otra idea, entonces éramos bastante más abiertos, permitíamos una cosa distinta.

JMV - Ahora creo que Schere a esa mezcla le da una cualidad especial, porque tiene una cosa que no se mide en teoría, o sea las medidas de las cosas, se nota que metió la mano en algo, aunque sea una cosa simple. Porque tiene sentido de la proporción, del color, cosa que no se enseña, eso un tipo lo tiene o no lo tiene.

JS - Nosotros buscábamos temas donde se pudieran desarrollar las dos cosas, digamos, que tuvieran que ver con la realidad pero que sirvieran para hablar de arquitectura.

JMV - En una clase de Sánchez Gómez, en que el citó a Stirling lo silbaron, yo estaba escuchándola y decidí renunciar. Pero no pude renunciar porque nos echaron antes, pero había una tensión muy grande entre gente que creía que estaban ensordecidos con el discurso político y cuando uno citaba a Stirling estaba haciendo una cosa que no tenía que estar. Peor yo me acuerdo  que me silbaron como en el Luna Park, casi, y dije: no, esto no puede ser, no va.

JS -  Para ser nacional y popular tenías que construir en ladrillos y techo de fibrocemento, y si no hacías eso eras un extranjerizante. Bueno, nosotros la verdad que no lo hicimos así y me parece que dio un muy buen resultado. Hicimos un tema  interesante que fue un galpón de tranvías que había sobre Pavón  transformarlo en la municipalidad de Lanús. Agregándole partes, el tema de reciclado y demás. Se elegían temas que permitieran también hablar de arquitectura. Pero me parece que de la época esa está distorsionada la crítica, se tomaron a las personas más publicitadas, digamos, los resultados últimos de esa época, como ser el Ramón Carrillo, que creo que refleja el pensamiento de esa época.

JMV - Después tenés el Ramón Carrillo que es una línea y Villa Soldati que es otra línea y son dos que se escapan por las dos puntas de la verdad.

JS - Así fue la experiencia, vos ya sabés como terminó. Y ya después vino toda la debacle, yo desde el 75 hasta el 83 de la facultad no sé nada. Creo que fue una facultad  horrible, no solo por la desaparición de tanta gente sino por quienes tomaron la manija y lo que hicieron con la enseñanza, no? Por un lado la continuación de esta línea semiótica que no llevaba a ningún lado y por otro lado el tema de las técnicas que tomaron la manija de la facultad, primero con Landaburu, después con Corbacho , después con todos los demás y la transformaron en la facultad de nada, creo que nadie aprendió nada ni técnica ni la otra, de hecho yo me acuerdo cuando a principios de los 80  empezó a haber una especie de reactivación constructiva en los estudios y vos te habías recibido en la década de entre el 75 y el 80 y no te tomaba nadie. Fue un vacío.

JMV -  Eso yo lo tengo más o menos planteado porque los recibidos en los 70 son 8.000, y yo leí esos 8000 nombres varias veces  marcando los que son conocidos y es impresionante la dificultad sobre todo entre el 75 y el 80, se nota totalmente es un dato casi estadístico. Pobre gente la que estuvo que estar ahí. Y una cosa que pasa en los relatos tuyos, estos, comparados con los de otras épocas, es que vos has podido relatar una serie de experiencias tuyas en arquitectura con mínimas referencias a maestros internacionales, como que ahí figura Alvar Aalto o Mies porque Borthagaray estuvo con ellos , ya vienen a través de otra cosa.

JS - Y bueno, Mies no existía en esa época, pero en el mundo también fue revalorizado en los últimos años a partir de una cierta revalorización de la arquitectura comercial y después se dieron cuenta que aparte de comercial tenia otra cosa.

JMV - Si, fue revalorizado a partir de los 80 en Europa y de los 90 acá.

JS - Porque además nosotros teníamos toda esa contraposición entre Le Corbusier y Wright pero ya se había introducido Alvar Aalto. En realidad había dos personajes importantes, Alvar Aalto y James Stirling. A mí me decían Jimmy, por mi nombre que es como se llamaba Stirling. Era lo que nosotros leíamos en esa época y mirábamos.  Para mi por lo menos era un personaje muy importante, cuando hizo Harvard y todas esas obras. Yo me acuerdo que nosotros tomábamos mucho a Stirling y a Alvar Aalto. Él fue lo más... aquí lo introduce Borthagaray. Pero nosotros no discutíamos demasiado sobre él, ya había pasado la época de Le Corbusier,  Wright.

JMV - Si, hay un cambio ahí en los relatos...

JS - Lo que leíamos mucho era el Design, que era de donde venia la influencia.

JMV- Y los tipos de otra onda leían el Architectural  Review… eran menos y más conservadores, aunque leyendo ahora esas dos revistas vos no sabés si no estábamos equivocados  acerca de cómo no leíamos el Review… y leíamos el Design, no?

JS - Esto queda para discutirlo. Bueno, obviamente, toda esa época fue la época brillante de Summa. Pero ya habían empezado a construir Borthagaray, Solsona, de Acosta no se sabía nada, se había borrado, pero Borthagaray y Solsona tenían mucha influencia en la facultad, a través de lo que hacían. Las escuelas de Soto y Rivarola, era una época en la que ya empezamos a mirar un poco lo que se hacia acá.

JMV - Si, todavía diez años después, empezamos nosotros a revalorar la arquitectura de los años 30. Pero era como un paso para empezar a mirar lo que pasaba acá. De repente terminar viendo a Bereterbide a Vautier, tipos de otras líneas, encuentran a Salmona, por ejemplo, cada uno busca sus parientes.

JS – Claro, porque acá ya había pasado lo de las casas blancas, por ejemplo, eso fue en el 64 -65, también se veía eso, estaba Fátima, Nuestra Arquitectura. Es decir, teníamos otros referentes acá que no había en la década anterior, Nuestra Arquitectura era muy mala.

JMV - Pero además como los tipos de la década del 30 no fueron tomados en la del 50 no existía eso. El grupo de Amancio y todos ellos, nunca estaba Amancio en la facultad, ni Vladimiro tampoco.

JS – Aparte, habían empezado a escribir. Tenías referentes nacionales que si uno quería los podía tomar. Y no había una discusión terrible sobre lo de afuera. Alvar Aalto era interesante, lo tomábamos bastante. Había referentes de afuera pero eran estos, la arquitectura inglesa ya se empezaba a ver, pero tampoco había demasiada discusión sobre esas cosas.

JMV - Y lo que pasaba en Londres en esa época, lo que llegaba era una cosa anterior, eran los Smithson.

JS – Claro, los Smithson y Archigram...

JMV - Y los caños por afuera con colores y…

JS – Si, se veía, bueno, era el Design... era lo que se miraba.

JMV - Y se habían acabado los congresos del CIAM. Y, claro, lo que pasó en la UIA es un reemplazo mundial a nivel burocrático, pero acá en Buenos Aires también llega, bueno, es un hito acá en el 69.

JS – Nosotros leíamos y mirábamos mucho las revistas. Digamos, no era un enfrentamiento terrible, como había antes, o eras de uno o eras de otro, era más mezclado todo, era lo que ibas tomando. Por eso, por ahí, no aparecen tanto las referencias.

JMV - En México estaba el taller de autogobierno que era una variante del taller total de Córdoba, cosas que acá no pasaron pero pasaron  en Córdoba. Y en el taller de autogobierno, que estaba mi viejo, una vez que yo fui a México, él decía que tenían fundamentaciones distintas los talleres de autogobierno de los otros, pero que los proyectos eran iguales, es decir que una incógnita que también tenían acá algunos, por ejemplo Graciela Silvestre, cuando era joven, hace mucho, con Marcos Winograd y todo pero como era ese paso de la explicación Marxista de la historia y que se yo cuando se transformaba en un edificio, era un misterio el momento de la caja negra. No se hablaba de eso. Ni Wladimiro hablaba de su formación artística, era un duro, y en la entrevista de los que trabajaron con él está muy lindo contado eso, unas escenas de discusiones de Katzenstein con Wladimiro frente a los alumnos del tema del gusto y de la estética y Wladimiro negándose y Katzenstein pinchándolo...

JS - Bueno Erbin tenía mucha influencia...

JMV - Completamente.

JS – Completamente. Yo trabajé en el concurso en La Plata, fue en el parque que no me acuerdo como se llamaba, que tenia un edificio  con un techo de vidrio así en rombo. Ellos tenían mucha influencia.

JMV - Después a Erbin le gustó juntarse con Traine, que era un tipo distinto, viste que venía de y era de Mario Soto, de la escuela de Tucumán. Pero eso denota  que Erbin buscaba una cosa contrapesando eso otro que tenia él, es un caso raro Erbin.

JS - Pero evidentemente en la facultad nuestra, como nos agarró después del 66,  toda discusión teórica quedó muy de lado, algunos teníamos alguna intención más... íbamos a las revistas y mirábamos, pero los talleres era terribles, eran manejados por gente que era analfabeta, tipos como Repossini, no se puede, viste, eso. El mismo Rossi, ¿quién más? Stagnaro... eran talleres donde nada, no pasaba nada. Nosotros teníamos un poquito más de inquietud nos juntábamos, los que trabajábamos afuera. Por ejemplo: cuando se ganó el concurso de La Plata, como no nos pagaban para ayudar nos regalaron unas suscripciones a Hogar y Arquitectura, entonces entrabas por ahí viste, porque en los estudios vos ibas y te ponían las revistas, el Design, entonces te suscribías porque se podía, además corregías afuera, yo corregía mucho afuera, porque adentro la verdad que no había quedado nada, era un vaciamiento, fue después del 66, un vaciamiento intelectual enorme, yo creo que la facultad tuvo dos golpes muy fuertes, en el 66 porque no quedó nada de pensamiento arquitectónico interesante, que uno se la tenía que rebuscar afuera porque lo que traías era lo que se podía y después del 74 con la desaparición de la generación del 70, claro son dos golpes muy fuertes.

JMV - Y ahora se siente eso. Reconstruir es una tarea ciclónica.

JS – Si, lo que más se nota es la falta de protagonismo estudiantil.

JMV - Pero inclusive hay otra  cosa más que es que falta el estado previo a que puedan tener protagonismo, como que no está el clima para que se produzca el protagonismo, porque el protagonismo es la consecuencia de algo que se ha ido formando como vos contaste ahora, que se fue formando por resistencia, por no aceptar lo que estaba pasando, empezar a discutirlo, buscar enganches con otros lugares.

JS - La falta de espíritu crítico también, y el trabajo en equipo. Yo lo que más rescato de esa época es que trabajábamos todos juntos en el taller, mirábamos lo que hacía uno, mirábamos lo que hacía otro y además  ayudábamos a los otros y las entregas se hacían, alquilábamos o nos metíamos en un solo lugar. Ahora no miran lo que hace el otro, y además no hay  espíritu crítico, es decir, no saben como mirar. En ese sentido creo que fue mucho más solidaria la cosa. Porque veías aun a tipos que no conocías, compañeros tuyos, te acercabas y las mesas funcionaban aunque los docentes no servían para nada había un trabajo entre todos nosotros que hizo que muchos aprendieran, nos enseñábamos entre nosotros.

JMV - A mi me parece que es eso, que el tema del pensamiento es útil cuando es el pensamiento cruzado, cuando uno piensa una cosa pero no cree que está pensando en la solución mundial, o sea que todos tienen que aceptar eso, sino que el pensamiento se cruza con otros pensamientos y funciona si es una tribu que está pensando y hay distintos pensamientos y que todos aceptan  partes de los otros, y eso cuando te lo van contando  todos te hablan que fueron, que alquilaron una cosa con Mario Soto, en un sótano y que entonces venia, un cierto clima como en los cafés, que entran todos ahí en una barra y hablan, eso forma un clima  y no un tipo que llega con un rollo a esperar que le digan una cosa y se va y la hace y vuelve , no, eso no.

JS - No, eso no había, se trabajaba mucho en grupo. No solo en grupo para hacer el producto sino que éramos bastante colectivos para trabajar, corregir. De hecho cuando vos terminabas la carrera ya eras ayudante, habías ayudado a todos tus compañeros y sabias cuales eran los temas, además los Estudios  también, pero eran mas empresa los Estudios, quizás había más explotación porque no te pagaban.

JMV - No, trabajabas gratis.

JS -  Si, trabajabas gratis, Álvarez ni hablemos, no le pagaba a nadie.

JMV - Cuando hice  el concurso de Israel yo no llevé ni para pagar el calco y cuando ganamos el premio no cobré nada, era para pagar la maqueta, los papeles...a De Salvo, que era el que hacía todo.

JS - Aparte había mucha relación. Yo aprendí muchísimo con Tony, con Erbin, con Borthagaray, trabajando en los Estudios, con Movia, pero además porque uno estaba ahí.

JMV - Si, el pensamiento es cruzado. Si no se cruza no sirve. Si es un pensamiento aislado no sirve.



[1] Colegio Nacional Buenos Aires
[2] Gastón Breyer
[3] Ibarlucía
[4] Tony Díaz
[5] Rivarola
[6] Livingston
[7] Ferrari Hardoy
[8] Borthagaray
[9] Norberto Chávez
[10] Segre
[11] Congreso de la UIA
[12] Revista Architectural Design

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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