Entrevistador:
Arquitecto Juan Molina y Vedia
Lugar y fecha: Buenos
Aires, 25 de julio de 2006
Fecha de ingreso a la FADU: 1984
Fecha de Egreso de la FADU: 1991
Yo alumno -
Yo arquitecto
Juan Molina y Vedia
(JMV): El arranque es hablar
libremente a partir del yo alumno,
como disparador, contáme cuándo empezaste.
Gabriel
Lanosa (GL): En realidad yo iba a seguir Bellas Artes. Hice la colimba como buen argentino en
prefectura, zafé de las Malvinas de pedo…
JMV: Ah…¿era en ese año?
GL:
En
el ‘82 entré a Prefectura. Me iba a meter en Bellas Artes e inclusive hice un
curso acelerado de carbonilla, que te tomaban y tenías que hacer un dibujo, un
modelo vivo, el ingreso consistía en eso, Historia del Arte y qué se yo, bueno
al final no lo hice. Me metí en el profesorado de Educación Física.
JMV: Era en el Prilidiano Pueyrredón, ¿no? Ahí
era profesora mi tía Julia, de Historia del Arte.
GL: Yo hice
un año de pintura y dibujo en una Escuela de egresados de Bellas Artes que se
llamaba M.E.B.A., no sé si sigue existiendo, estaba en San Telmo, estuvo
bastante bueno. Después la influencia de mi hermana, que ya era arquitecta,
hizo que terminara metiéndome en arquitectura, después de un par de años
boludeando por ahí. Y ese boludeo se manifestó en los primeros dos años. En
realidad el enganche fue cuando descubrí al Corbu, porque antes, era una época
donde casi no se hablaba del Movimiento Moderno, era pleno auge del
Postmodernismo, la verdad era Rossi, Krieger, todo eso, y yo era cadete en un
Estudio de Arquitectura, y una de las tareas que me dieron fue organizarles la
biblioteca. Una biblioteca bastante importante.
JMV: ¿Qué Estudio era?
GL: Sammy
Szusterman, ¿lo conocés?
JMV: No.
GL: Bueno,
una de las tareas fue organizarles la biblioteca, y me leí, no me leí, miré
todos los libros que había. Y entre las cosas que había, que en general eran
todas cosas más bien postmodernas, porque era lo vigente, estaban los Five. Y en cuanto a lo frívolo eran
postmodernos, porque en realidad eran el Movimiento Moderno pero congelado.
Igual me enganchaba esa estética, me parecía mucho más interesante, desde el no
saber nada, mucho más copado eso que todo lo demás. Y me enganché con eso. Pero
empecé la Facultad,
y postmodernismo, o sea que hasta el tercer año, tercer año sería Diseño 2, que
lo descubrí al Corbu, estaba como en una nebulosa. Cuando lo descubrí, que fue
casi un encuentro personal, porque en la Facultad ni se hablaba, o si se hablaba, se
hablaba de los desastres que se habían perpetrado en nombre del Movimiento
Moderno.
JMV: Estabas en una etapa de la crítica que
empezó en el ‘65 en Estados Unidos, acá después.
GL: Claro.
Vos los escuchabas, qué se yo, a Fredy Garay, ponéle, lo destrozaba. Y vos decías, qué cagada.
Bueno y cuando lo descubrí, me mató, y con el antecedente de los Five, porque cuando lo vi al Corbu
reconocí eso que me había interesado, fundamentalmente Meier que es el más
corbusierano. Bueno ahí fue donde me enganché, además porque empecé a darme
cuenta que la vocación que me había enganchado a seguir Bellas Artes estaba
mucho más vinculada a eso, que a lo que estaba vigente como verdad en ese
momento, como supongo que siempre pasa, siempre hay alguna verdad que es la
vigente y sobre eso se trabaja.
JMV: Había algunos que discutíamos con ese tema,
con Mariano Arana que estaba en el Uruguay, y nosotros, bastante escribimos
alertando y diciendo qué pensábamos de eso. Pero si, desde el ‘65, desde Aprendiendo
de Las Vegas, y todo esto, se venía
gestando una crítica al Movimiento Moderno, que no es la Fredy Garay solamente,
concurren un montón de cosas ahí. Y entonces en tercer año pescaste eso, y ¿dónde
estabas cursando?
GL: En
Moscato.
JMV: Ah… en la vuelta.
GL: Claro, yo
entré en el ‘84. Si, porque yo hice el curso ese que no fue ni examen de
ingreso, ni el CBC. Que fue una especie de curso de verano de dos meses, en el
que hacías un laburo, y con ese laburo seguías o no. El hecho es que siguió
todo el mundo, y bueno entramos. Introducción a la Arquitectura la hice
con Baudizzone a la mañana.
JMV: Claro, ya habíamos vuelto. Yo tomé Diseño 5
el primer año. Y después al segundo año hubo Concursos, nos presentamos como cuatrocientos.
GL: Claro,
Moscato entró con Sorondo, hicieron una Cátedra conjunta. Y bueno, después
cursé todo con él. Que en realidad lo interesante que tenía, era que permitía,
a pesar de que lo vigente era el postmodernismo y todo eso, si yo estaba
interesado en Le Corbusier, podía trabajar sobre eso y no había mayores
inconvenientes. De hecho me iba bien igual a pesar de eso.
JMV: Es bastante centrada en Le Corbusier tu
influencia, y lo que me podés contar es si eso evolucionó, o qué otras
influencias.
GL: Si, en
realidad en un principio podría decir que era bastante frívolo el asunto. No
entendía bien por qué me interesaba tanto eso. Y después laburándolo más, y con
la docencia y qué se yo.
JMV: ¿Cómo empezaste la docencia, enseguida?
GL: Si, en
realidad antes de terminar.
JMV: Sabés que ese es un factor común en la
mayoría de los que he entrevistado, hacen al mismo tiempo todo, construyen,
proyectan, siguen acá, y es una cosa muy
particular de esta Facultad, no es común en otras, que los tipos que estén enseñando, estén tan ligados a la práctica.
GL: Sí, no sé
si tendrá que ver con que está sostenida por la voluntad y las ganas de
aprender de la mayoría, porque si no fuera así, no vendría nadie acá. Pero de
hecho yo soy adjunto de Moscato ahora en Diseño 2, y cuatro de los docentes que
están conmigo son alumnos, no están recibidos.
JMV. Bueno, yo te digo que hice lo mismo, porque
fui Ayudante Ad Honorem de Constructivas cuando estaba en segundo año, después
de hacer primer año, al año siguiente empecé a ser Ayudante de Constructivas,
tenía un grupo, daba clases todo, sin cobrar un mango, y que sin que figure ni
siquiera en los antecedentes, se perdió todo eso. Si, hay algo raro, en esta
Facultad hay algo raro.
GL: Sí, de
hecho si no existiera ese grupo de gente, las Cátedras no se podrían terminar
de conformar. Una Cátedra como la de Moscato con un montón de alumnos, si no
tuviera esa cantidad de gente que está trabajando, no podría.
JMV: Sí, y hay gente que trabaja ocho, diez años
y recién tiene un nombramiento miserable, viste.
GL: Ah,
bueno, sí, yo laburo de Adjunto y tengo cargo de Ayudante de segunda, eso es
así.
JMV: Si, hay tipos que son Titulares y cobran
como Ayudantes. En cualquier otra Universidad serían Titulares y acá son
Ayudantes.
GL: Y la
mayoría son Ad Honorem. Pero en realidad lo interesante de ese grupo de gente
es que tienen un entusiasmo bastante más importante, porque en otros momentos
armamos grupos, no con la voluntad ya definida que sean gente ya recibida, sino
que se dio de esa manera, los grupos eran de gente recibida y no funcionaban
tan bien porque no sé si será que se supone que si te recibiste ya sabés todo,
entonces capaz hay un poco menos de ganas de aprender, lo cual es bastante
absurdo.
JMV: Es un error grueso.
GL: Capaz que
una persona que no se recibió está más predispuesta.
JMV: Y, yo creo que el momento en que uno es más
joven, y acaba de haber aprendido algo tiene la máxima capacidad para
transmitirle a otro eso porque se acuerda, tiene muy reciente lo que aprendió.
Yo soy partidario de que haya cada vez más concursos y que no hay que esperar,
porque la capacidad pedagógica no va pareja con el perfeccionamiento
profesional, a veces son contradictorias. Hay gente que te puede enseñar mucho
pero no siendo docente. Clorindo Testa, por ejemplo, tuvo un Taller, yo fui
alumno de Clorindo en mi último año, me recibí con él. Pero era evidente que a
él no le interesaba, creo que tuvo un Taller un año más, y después tiene una
manera de trabajar y decir cosas, que yo sigo siendo amigo, voy aprendo miles
de cosas, de otra manera. En cambio ese trabajo de Taller a algunas personas sí
les entusiasma y lo necesitan. Hay algunos docentes que se van de acá del
Taller y vuelven a los cinco, seis años porque extrañan, consideran que es un
entrenamiento que conviene tenerlo, y de hecho lo es.
GL: Sí, para
mi es así. En realidad a mi no me pasa que pueda entenderlo como un
entrenamiento para lo que voy a hacer, sino que es simultáneo. O sea lo que
hago está totalmente relacionado con lo de la Facultad, eso está bueno
para mi, haber logrado ese paralelismo. Y de hecho yo vengo a la Facultad para eso, por un
aprendizaje personal no para enseñar, sino más bien para…
JMV: En pedagogía está bastante más extendido de
lo que los arquitectos creemos, y bueno,
esa idea del aprendizaje constante está en una charla de Le Corbusier, que fue
el 17 de octubre de 1929.
GL. Qué
fecha…
JMV: Si, qué fecha, es un discurso de Le
Corbusier a los estudiantes, que dice una cantidad de cosas y dice, “el diploma
es una botella a la que se le pone un tapón, no dejen que le pongan el tapón,
sáquenle el tapón porque para aprender hay toda la vida”. Ese el mensaje de
Corbu en el ‘29, el famoso 17 de octubre, yo no me olvido porque es una
casualidad.
GL: Claro!
Hay muchas que festejar. Si, la verdad que si no me lo tomara de esa manera no
podría venir.
JMV. Y hay un filósofo que dice que la clave de la Filosofía es que ignore
algo. La Filosofía
es una actividad que nace de la ignorancia. Cuando el tipo cree que ya sabe
todo, cerró las cosas y no piensa más. Sí, ese es un tema que pedagógicamente
divide las maneras de enseñar de diferentes personas, se dividen más por eso,
de por si les gusta Wright o Le Corbusier.
GL: En
realidad lo que decía antes, de la conformación de los grupos tiene que ver con
esto. En general los tipos que ya se recibieron tienden a dar rienda suelta a
su narcisismo, entonces hay todo tipo de problemas, desde el suponer que
enseñás, eso te pone en una situación de maltrato a los alumnos. El “yo sé, vos
no sabés”, que además muy fácilmente podés lograr ese poder, porque por nada te
parás frente a veinte tipos y todos te escuchan y te respetan, y por ahí sos un
perejil de cuarta, venís acá, te parás y todos te respetan. Entonces creo que
ese no es el principal problema de esta Facultad, pero es muy difícil conformar
grupos de laburo en las Cátedras, este factor es muy pesado.
JMV: Es difícil mantener el equilibrio en
Arquitectura porque no es dos más dos es cuatro, la arquitectura es muy
opinable, hay muchas maneras de verla, y entonces si hay inseguridad en
alguien, más fanático se hace y no quiere que le muevan nada porque es
inseguro. Cuando un tipo es muy tímido, y antes era mucho más común eso, te
diría que hace treinta años los docentes de una Cátedra se ponían de acuerdo en
qué partidos iban a aceptar, y entonces iban como un ejército, había que meter
a todos en eso y seguir. Las reuniones
de Cátedra eran increíblemente así, eran para no disentir. Y bueno, nosotros
desde hace veinte años, o yo desde que estaba en el Chaco con Rodolfo
Livingston, me acostumbré a disentir y a que una discusión de arquitectura no
fuera tomada como una cuestión personal, es decir, que a uno le parezca una
cosa y a otro otra no es para una agresión personal. Y uno lo dice para empezar
un diálogo, no para terminarlo. Entonces la costumbre es que yo llego a una
mesa y miro algo, y si me parece opino, y a veces estoy de acuerdo y a veces
no, y entonces conversamos. Y bueno el lugar de la polémica en la arquitectura
cuesta mucho por el narcisismo y por la competencia cuando cada uno le quiere
ganar al otro. Casi todos creen que lo que ellos hacen es lo mejor. Yo que soy
Jurado lo sé. Todos creen que el primer premio eran ellos, vos quedás bien con
uno y mal con todos los demás, no podés coincidir con todos.
GL: Lo que
medianamente logramos en el curso que estoy, es tratar de plantear unos
parámetros bastantes precisos sobre los cuales laburar.
JMV: Sí, yo vi, porque veo las entregas que hacen
y cómo trabajan. Hay otros Talleres que tienen un descontrol y vale todo, que
no sirve para nada porque con el vale todo te perdés, se pierde todo y no tenés
rumbo. Ahora dentro del rumbo que fijás, hay una variación, no todos son
iguales.
GL: No,
seguro. En realidad lo que nosotros fijamos casi como una verdad, aclarando que
es para el momento en que uno está trabajando, es que el proyecto tiene que
tener algo a lo que le llamamos Estrategia
Formal, no Partido, porque la
palabra está tan llena de connotaciones que preferimos cambiarla. Entonces Estrategia
Formal que implica tener una serie de ideas respecto de cuál es el problema
al que te enfrentás, y en función de eso configurar algo que uno pueda explicar
como una abstracción. Que es ahí donde deja de ser frívolo el Movimiento
Moderno para mí, donde deja de ser frívolo el Corbu. Porque uno ve la obra del
Movimiento Moderno, en la Obra
del Movimiento Moderno esto existe con toda claridad.
JMV: Y Corbu es un gran escritor, los libros de
él son extraordinarios, “Cuando las Catedrales eran blancas”, “Los tres
establecimientos humanos”, es decir que el tipo a la mañana hacía escultura y
pintura durante veinte años sin decirle a nadie, y a la tarde se iba al Estudio
a trabajar en arquitectura. Y vivió toda su vida así. Yo no lo sabía eso,
cuando estudié, pero Le Corbusier hacía eso, treinta años después me enteré
viendo un libro de Batlle Planas sobre los pintores, y entre los pintores
estaba Le Corbusier, entonces lo descubrí. Y ahí cuentan toda su rutina. Y te
muestran el tipo a la mañana en la rue Nungesseres en un edificio frente al parque Los
Príncipes, que tiene unos ladrillos de vidrio, en un dúplex arriba, la mañana
de Le Corbusier era ahí, entonces se ponía en una terraza con unas plantas, y
ahí pintaba y subía por una escalera caracol y hacía cerámica y escultura y
pintura. Ah, y a la mañana salía y corría una vuelta al parque de Los
Príncipes, se daba una ducha, y después hacía escultura y pintura. Y después
almorzaba y se iba a la Rue
de Sevres que era un Estudio sin ventanas, una
especie de largo corredor con todos los tableros puestos en fila, y totalmente
cerrado. Pasaba la mañana de una manera, y la tarde de otra. Es increíble esa
definición de la vida de Corbu y junta un tema del cual muchos dan noticia, vos
también, que la escultura, la pintura en cierto modo están ahí al lado de la
ingeniería, de saber de materiales, de exactitud.
GL: Sí, en
realidad a mi la vinculación más fuerte es que desde que apareció el Movimiento
Moderno vos ves algo y hacés una interpretación abstracta de lo que ves. Antes
no era así. Antes veías algo y trasladabas al lienzo, en el caso de que
pintaras, una fotografía o una interpretación mucho más directa de lo que
estabas viendo. A partir de esa ruptura creo que cambió todo. Y en Arquitectura
pasa lo mismo, vos tenés una serie de problemas a los que te enfrentás cuando
tenés que hacer algo, un proyecto, y esa interpretación necesariamente es una
abstracción, porque nuestro pensamiento impone que así sea.
JMV: Sí, el problema no viene con una forma, la
forma hay que hacerla, es un trabajo.
GL: Esto de
lo que estamos hablando no es algo que se hable en esta Facultad. Esto que
decís vos de las Cátedras que permiten cualquier cosa, te diría que no sé si la
mayoría, pero yo veo Cátedras como la de González, ponele…
JMV: No, pero él permite la misma cosa, no
cualquier cosa.
GL: Sí, lo
cualquiera es lo que vale.
JMV: Aparentemente es cualquier cosa pero en
realidad, es la arquitectura cavernícola, ¿viste? Es una manera muy rara de
entender la vida, ¿no? Los tipos que
cursan ahí, uno los conoce, porque como vienen a ver y se cruzan. Entonces yo
con uno de ellos conversaba, y le decía, “pero mirá acá tenés setenta ventanas
y no hay ninguna igual a otra”, “vos sabés quién hace una ventana, cómo se
hace, vos te das cuenta que no sos vos el que hace eso, que hay un carpintero
que tiene que hacerlo”, “¿no te parece que hay algo que tenés que pensar?”
GL: Y, ¿cuál
es la respuesta?
JMV: No, no hay respuesta ninguna. Con González
no hay posibilidad de comprensión, está en una posición cavernícola, como de
catolicismo medieval pero antes de la edad media… (risas)…¿no?, claro el hombre
en la gruta que se hace su propio lugar. Es muy raro ese personaje. Y otra
manera del “vale todo” es copiarse de la arquitectura de Croquis.
GL: Ah,
bueno, eso es lo más difundido.
JMV: De copiarse de cualquier manera, hacer
plazas como si estuvieras en Finlandia. Estar fuera de la geografía, de la
naturaleza, del clima, de las costumbres, de todo y estar embelezado con traer
el neoplasticismo holandés y ponerlo acá. Es decir una relación muy distante
con la realidad que nos rodea. Un no caminar las calles, un no mirar. Porque
eso no depende de nosotros, se nos escapa, la revista Croquis es más fuerte que
nosotros.
GL: Sí, igual
ahora está tan cara que no va a tener tanta…
JMV: Eso es una cosa muy interesante, entonces
podemos editar libros acá, a lo mejor. Y bueno, ahora empezamos a hacer todos
estos libros, Álvarez, Testa, Solsona, Berdichevsky, Cherny, Moscato y Schere
también ya las hice, las entrevistas con ellos ya están. Y empezar a tener una
incidencia de soluciones locales a productos locales, y a mostrarlos. Con el
tiempo otra generación podrá tomar, entusiasmarse por tipos que también son de
acá. No sé, yo ahora quiero estudiar a Wladimiro Acosta a fondo. El año que
viene voy a hacer una materia optativa que la estamos inventando, vamos a
reconstruir una línea, Wladimiro Acosta-Vivanco, y de ahí para adelante, para
la actualidad.
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