Lugar
y fecha: Buenos Aires,
25 de agosto de 2005
Fecha de ingreso a la FADU: 1965
Fecha
de Egreso de la FADU: 1974
Yo alumno, yo arquitecto
JMV:-Bueno, la idea es, con toda la gente, es partir de un relato que empieza con yo alumno y va pasando a yo arquitecto en el momento que quieran y en la medida en que quieran. Y bueno, ese es el…en el primero, con Testa, Solsona y Álvarez, le agregamos el tema de la cocina de la arquitectura, que después no quisimos insistir con es ...
MB:-¿No
todos querían ponerlo?
JMV:-No, no. …dio bien ahí y todo pero ahora
está más libre. Directamente con el yo alumno se da un mensaje de la opinión
que cada uno tuvo, de cómo llegó a la facultad, cómo fue recibido, cómo se fue formando, qué pasó, de la manera
más apta…tiene que ser fresca porque, en realidad, los destinatarios son otros
alumnos de otras épocas que después van a recordar qué es lo que cuenta toda
esta gente de sus diferentes épocas y va a poder ver las obras que hizo, va a
tener una visión completa.
MB:-Claro.
JMV:-Pero yo alumno es una cosa única. Esa es la
primera pregunta. Así que empezá.
MB:-Te
quería comentar , que me parecía muy interesante esto de rescatar un pedazo de
la historia de la gente de esta facultad desde la versión oral porque muchas
veces uno no recuerda aquella época.
JMV:-Muchos han perdido todo.
MB:-Exacto,
yo por ejemplo…
JMV:-Tienen que juntarlo, tienen que hacerlo, no
sé. Algunos lo consiguen, algunos tienen hijos que han guardado planos.
MB:-Claro.
JMV:-Otros creen que no tienen pero después
encuentran, otros ponen la foto de la libreta de trabajos prácticos.
MB:-Sí,
sí. Esa uno la tiene normalmente. Pero me sirvió como para escarbar, como para
ir al rescate de recuerdos que…
JMV:-Ah, ¿y algunos sabés que hacen? Redibujan
algo que se acuerdan cómo era, que lo perdieron, también.
MB:-Ayer,
por ejemplo, estábamos con Guillermo dibujando la planta…los galpones, los
galpones de Figueroa Alcorta porque salía como recuerdo el tema de la Victoria
alada, ¿te acordás que estaba en el hall de la facultad de Perú? En el hall de
Perú.
JMV:-Perú, sí.
MB:-Que
era un hall pequeñito para un calco de una escultura tan grande y que después
pasó a los galpones. Y discutíamos con Guillermo a ver dónde estaba la
Victoria.
JMV:-La Victoria de Samotracia.
MB:-La
Victoria de Samotracia. Hasta que…después que él me dijo dónde estaba y la
referencia que hizo a la escalera…porque, digamos, yo tenía la imagen de la
estructura de madera de los galpones pero de ninguna manera…
JMV:-Arcos de
madera.
MB:-Claro.
Era una madera laminada.
JMV:-Sí, laminada, colada. Las fotos las tenía
Mederico Faivre.
MB:-¿Las
tiene?
JMV:-Las expuso, están en los paneles que
presentó Tiene unas fotos enormes, sí.
MB:-Qué
bárbaro!
JMV:-Pero creo que es una foto anterior a que él
estudiara arquitectura. La tenía desde antes.
MB:-Claro.
Y ahí pude volver a recordar dónde estaba la escalera, yo en ese edificio iba
al primer piso porque cursaba primer año con Ibarlucía y todo primer año estaba
en el primer piso.
JMV:-¿En qué año?
MB:-En el
´65.
JMV:-Ajá. Torcello entró en el ´66, es decir,
entró…
MB:-Un año
luego.
JMV:-En el año en que…
MB:-Claro,
ya no [entró] a los galpones.
JMV:-En el ´66 sí. Me parece que sí.
MB:- A
ver…sí.
JMV:-Sí, el último.
MB:-El
último, tenés razón, cuando yo hacía…
JMV:-Y también era Ibarlucía. Y era un curso que
él lo recordaba muy bien.
MB:-Claro.
JMV:-Bueno, vos entraste ahí, sí.
MB:-Bueno,
yo te cuento un poco antes. Porque…
JMV:-¿Y terminaste cuándo?
MB:-Y
terminé de cursar en el ´73. Y me recibí en el ´74. Te cuento un poquito antes.
JMV:-Sí.
MB:- El otro
día cuando escuchaba el relato de Gastón y de Alejandro... los dos hablaban del
tema de que la elección de la carrera había tenido que soportar ciertas
presiones familiares, sociales en el sentido de si era o no una carrera
aprovechable desde el punto de vista económico. Bueno, yo como mujer en aquel
momento, en que nadie esperaba que una mujer viviera de la profesión, no tuve
nunca ningún tipo de presión. Elegí completamente en libertad. Elegí porque se
juntaron como varios temas. A mí me gustaba desde siempre dibujar. Me gustaba
mucho dibujar. Y me crucé con alguien, que no lo pude rescatar del recuerdo,
con alguien, un chico, en algún momento, que estaba haciendo el curso de
ingreso. Y bueno, me habló maravillas de ese curso. Me dije entonces, “bueno,
esta es mi carrera”. Antes había intentado entrar…no, no había intentado sino
que había pensado en hacer escenografía. Pero estuve averiguando y solamente se
cursaba en La Plata. A La Plata era complicado ir, en mi casa enseguida me
dijeron “no, descartá eso”. En ese sentido, no tuve libertad para seguir lo que
en ese momento había elegido. Pero hoy me alegro de que haya sido así (risas).
Con ese relato de este chico que estaba haciendo el curso de ingreso me metí de
cabeza. Además estaba, era verano de manera que si yo…
JMV:-¿Qué es lo que te atrajo de lo que contó el
chico?
MB:-Me
dijo que se dibujaba mucho, que había una materia que era Introducción Cultural
en la cual se hablaba sobre autores, se veía cine. A mí me pareció muy
fascinante. Era un lugar no para estudiar sino para
ir a disfrutar. Era eso lo que, en realidad, me atrajo desde un comienzo. Y
efectivamente fue así. Yo recuerdo ese curso más como una apertura cultural que
como formación académica.
JMV:-¿Sabés qué contó Torcello, que yo no sabía
y otros no contaron? Que cuando terminaron ese curso les dijeron a ellos que
resolvieran si tenían que entrar o no, que no era eliminatorio y que él tuvo
conversaciones con sus compañeros en que discutían si tenían que entrar o no
ellos mismos.
MB:-Yo no
recuerdo.
JMV:-Bueno, a él le queda el recuerdo de la
autocalificación.
MB:-A lo
mejor puede ser que al año siguiente…
JMV:-Hay que escarbarlo eso porque la idea de
que la autocrítica forme parte de la entrada a mí me parece muy avanzada.
MB:-Sí.
JMV:-Avanzadísima.
MB:-Sí, es
cierto.
JMV:-“Y yo decidí que podía entrar” dijo
(risas).
MB:-Que
estaba preparado para entrar?
JMV:-Pero dijo que lo conversaron entre todos.
MB:-Yo lo
que recuerdo es que tenías que aprobar tres materias: Matemáticas, Introducción Cultural y Dibujo.
¿Cómo se llamaba? Dibujo, representación.
JMV:-Sí, yo di Historia en alguno de esos
cursos.
MB:-Ah, y
Matemáticas[1].
JMV:-Fui docente de los cursos de ingreso, yo.
MB:-En
Historia.
JMV:-´64, ´65. Había gente de Ibarlucía y otra
gente, no sé, de otro grupo. Estaba Juan Pablo Bonta y otros más.
MB:-Claro.
Yo me acuerdo de las clases de Bonta…
JMV:-Yo me acuerdo que tuve un grupo a mi cargo.
MB:-…con
música clásica y las clases de Historia del Arte.
JMV:-Algunos daban música yo hablé de Descartes.
El “Discurso del método” de Descartes y la época de Descartes en la
arquitectura.
MB:-Yo
creo que esas clases formaban parte de la materia Introducción Cultural.
JMV:-Sí, claro, debe ser así.
MB:-Yo lo
que recuerdo de ese curso es estar muy contenta. Es decir, muy contenta de
haber llegado a la facultad porque mi familia es una familia humilde. Mi papá
era carpintero. Es decir, nadie soñaba con alguien en la universidad. Es una
cosa fantástica, posible gracias a la enseñanza pública, gracias a que existe
la Universidad de Buenos Aires: que podamos…que yo pude ser arquitecta. Seguramente no hubiera podido
en ningún otro país. La Universidad me brinda la posibilidad de serlo. Yo tuve
que trabajar toda la carrera. Digamos, con más años dedicados a la carrera pude
terminar la carrera. Así que lo que a mí me fascinó de todo ese curso de
ingreso fue, primero, tener que venir a Buenos Aires. Yo era del conurbano. y llegar a la gran ciudad era encontrarse con un
mundo más interesante. Descubrí a Arlt,
Borges, literatura que en casa no tenía,
ya te digo éramos una familia humilde de manera que en casa había pocos libros.
Casi todos tenían que ver con el PC, porque mi papá era del Partido Comunista.
Entonces tenía, por ejemplo, los libros de Álvaro Yunque……
JMV:-Yunque.
MB:-Álvaro
Yunque, que leí desde chica. Después los libros de Jorge Amado que leí de
adolescente. Y después había libros, me acuerdo, de historias rusas. Y bueno
cuando yo empiezo el curso de ingreso empiezo a conocer otras cosas que me
abren un mundo fascinante. Leer a Cortázar, sobre todo a Roberto Arlt era un
autor que me llegaba en ese momento, que me llegaba muy profundo. Y después
fueron las clases de dibujo, y las películas en el cine Unión, no sé si vos te
acordás.
JMV:-En la calle Independencia. Unión
Ferroviaria.
MB:-Claro,
en la calle Independencia.
JMV:-Es un edificio que hizo mi viejo. Con
Franzetti y Justo.
JMV:-Tiene una enorme puerta.
MB:-Sí.
JMV:-Es una obra de Mario, de mi
viejo. Que se preocupaba en ese detalle.
MB:-¿Es
una obra de tu viejo?
JMV:-Sí.
MB:-Es muy
linda.
JMV:-El cine, todo el edificio.
MB:-Pero
la fachada es lindísima.
JMV:-Es de él, sí.
MB:-Mirá
vos!
JMV:-Es de don Mario.
MB:-Todavía
está intacta.
JMV:-Sí, tiene una puerta que a él le gustaba
muchísimo…
MB:-Sí,
porque hace poco pasamos y…
JMV:-…y cuando estaba en México nos mandaba a
que la fotografiáramos. Es una época de los años 30 que hace eso, hace el hogar
obrero de Álvarez Thomas y Elcano y hace una obra en la calle Loria. Buenísimas
las tres.
MB:-¿En la
calle Loria y qué? ¿De viviendas?
JMV:-Loria a media cuadra de Hipólito Yrigoyen.
Un edificio de unos ocho pisos que está perfecto, ahí se lo puede ver. En una
manzana donde hay una obra de Bustillo y donde estaba la revista Trama, en la
esquina estaba la revista Trama.
MB:-Bueno, recuerdo ir a ver buen cine y los comentarios
luego en las clases. Eran todas materias que a mí me gustaban. Me gustaba mucho.
Matemáticas, me interesaba mucho Dibujo. Todo esto para mí me introdujo en un
mundo interesante. Así que yo estaba fascinada con el curso de ingreso. Estaba
fascinada. Y bueno, con ese entusiasmo entré así, boom, a la Facultad. El primer año de la Facultad fue maravilloso. Estábamos
en un lugar fantástico que eran los galpones. Un lugar que parecía pensado para
estudiantes de arquitectura: todos los talleres abiertos participando de un
mismo espacio muy ruidoso y de una actividad contagiosa.
JMV:-Sí.
MB:-Y lo
que también recuerdo del curso del ingreso…claro, yo, desde el primer año, tuve
que elegir turno noche porque trabajaba. Y me llamaba muchísimo la atención de
ese turno era que no había mujeres. Me encontré…por ejemplo, con que en las
clases de taller de matemática, era la única mujer. Y en resto de las materias éramos
contaditas en la facultad porque la matrícula femenina estaba toda la mañana.
Así que eso era una ventaja para las valientes que nos animábamos a la noche
(risas). En ese primer año yo cursaba arquitectura en el taller de Ibarlucía y
me acuerdo de que me fue muy bien pero no me daba cuenta de por qué me había
ido muy bien. Cuando me decían “mirá, está muy bien tu trabajo, esto está muy
bien”…yo había llegado a hacer un trabajo muy bueno pero en realidad no me daba
cuenta de por qué estaba muy bueno. Lo mismo me paso al año siguiente en
Arquitectura…bueno Arquitectura I se interrumpió con… “Arquitectura” no se
llamaba, “Diseño Arquitectónico”.
JMV:-No me acuerdo cómo se llamaba.
MB:-“Diseño
Arquitectónico” se llamaba, sí.
JMV:-Había talleres, yo estaba en dos talleres.
MB:-“Introducción
a la Arquitectura” este primero con Ibarlucía.
JMV:-Claro y después Arquitectura uno, dos…
MB:-Era
“Diseño Arquitectónico I”, yo me anoté en el taller de Borthagaray.
JMV:-Claro, yo estaba en el de Rivarola y a la
noche estaba con Nardi Aizenberg. Estaba en un taller a la mañana y en otro a
la noche. A la mañana estábamos con Tony Diaz, Goldemberg, éramos del equipo de
Rivarola. Y Borthagaray estaba abajo y nosotros en el primer piso.
MB:-Ahora
también, recuerdo que…yo no sé en qué, si era en Visión…salíamos a dibujar a
Recoleta, el parque…me acuerdo de estar dibujando al aire libre. Sería los
sábados porque yo iba a la noche y lo recuerdo de día.. Todo lo que estaba
relacionado con el dibujo lo recuerdo de una manera muy placentera. Me acuerdo
haber gozado mucho,…en realidad gocé de toda la facultad , nunca me pesó la
carrera. Nunca deseé terminarla, eso que se extendió unos cuantos años. Pero
para mí fue siempre muy placentera, aún en las materias que menos me gustaban.
No sé por qué pero encontraba una manera de darle la vuelta como para que me
interesaran. Bueno, con el taller de Borthagaray… al poco tiempo, a los pocos
meses, se produjo la Noche de los Bastones Largos.
JMV:-A mitad de año más o menos. Renunciamos.
MB:-Exacto.
Esa noche la recuerdo como…me parece que en mí se produjo una situación de
quiebre. Yo militaba, no en la Facultad, no militaba como estudiante sino que
militaba en el Partido Comunista y ya había participado de unas cuantas
manifestaciones-por distintos motivos, ya no recuerdo, que me hacían sentir que
había un gran riesgo en la militancia, que no era un juego de adolescentes. Las
corridas, los gases, el miedo. Es decir, me costaba cada vez más salir a
manifestaciones porque me sentía en peligro. Y esa noche en la Facultad sentí
lo mismo que en las manifestaciones: que la militancia imponía un riesgo y que
yo tenía que repensar si quería correrlo o no. Recuerdo esa noche como decir
“bueno, pucha, qué pasó”. Hasta ahora era
la calle pero ahora llegó a la Facultad, ese lugar protegido, que
sentíamos como protegido ya no lo está más.
JMV:-No.... había caballos…
MB:-Claro,
fue una cosa así, violenta, muy violenta.
JMV:-Cachiporras.
MB:-Así que
bueno, te digo que fue esa noche una noche que recuerdo especialmente como eso,
como te dije, como de quiebre entre pensar la militancia de una manera como
romántica, más relacionada con “¿qué voy a hacer?”, “¿cómo yo participo y ayudo para que el mundo cambie?” Una visión
completamente romántica. Hasta decir “¿qué es lo que arriesgo para que esto
suceda, lo que creo que va a suceder?” Incluso también uno empezaba a sentir la
imposición del Partido, “hay que poner el cuerpo porque hay que ir a ponerlo”.
Ese tipo de cosas. Después de eso, el segundo año, tercer año sería de la
Facultad, lo tengo absolutamente borrado. Con decirte que ni recuerdo qué
proyectos hice. No sé por qué quedó muy borrado. Me anoté creo que…ya
Borthagaray no estaba, o sea que me anoté en Martín.
JMV:-Eduardo Martín.
MB:-Eduardo
Martín, sí. Y no recuerdo absolutamente…mirá que estuve estos días
tratando...porque viste que cuando uno llama a la memoria…
JMV:-Pero no.
MB:-Pero
nada, quedó así. Quedó…el recuerdo de la llegada a Ciudad Universitaria y la
sorpresa de entrar por la ventana y la situación de este edificio. A mí también
me pareció, en aquel momento, bastante fascinante. Aunque no se veía, teníamos
una sola planta me parece.
JMV:-Sí, me parece que sí.
MB:-Inmenso,
tan grande, esta cosa del rebote del sonido, el patio, ese gran agujero en el
medio, todas esas cosas. Me pareció como un edificio muy imponente y de alguna
manera atractivo, a mí me pareció atractivo. Y la escalera me parecía muy
graciosa, me parecía sumamente graciosa.
JMV:-¿La de madera?
MB:-Claro,
acceder a semejante edificio por una ventana. Y ese año estuve anímicamente
mal, pasé por una situación personal
complicada y dejé. Por supuesto me iba mal también en Diseño, que era la
materia por la que yo venía a esta Facultad. Entonces dejé, abandoné a mitad de
año y al año siguiente, cuando quise retomar, ya no podía elegir el taller
porque perdías la continuidad y ya perdías la posibilidad de elección. De
manera que ibas a una computadora que te mandaba a un taller. Y la computadora me mandó, boom,
boom, boom, a Casares. Y yo estaba rabiosa de haber caído en Casares porque
sabía que era un taller elitista y uno con su corazoncito proletario y qué sé
yo. Estaba muy furiosa de caer en Casares. Pero bueno, tampoco tenía
posibilidades de hacer ninguna otra cosa. Era Casares o Casares. De manera que
empecé en Casares [con] bastante disgusto y al principio no daba pie con bola,
se ve que el hecho de haber dejado ese año y lo pasado el año anterior…estaba
muy desubicada. Me acuerdo que trabajaba muchísimo en maqueta. Que yo no sé si
era que trabajaba yo o que se acostumbraba a trabajar en maqueta. Me parece que
yo elegía esa manera de trabajar porque tenía una cosa que a mí me conectaba
con lo material de una obra, que era que yo estudiaba mucho tiempo en el taller
de carpintería de mi papá y también le diseñaba muebles. Desde que entré al
curso de ingreso papá me pedía…-porque
no hacía muebles standard sino que tenía clientes que le pedían el amoblamiento
completo de un dormitorio o un comedor- que le hiciera perspectivas de los
ambiente con sus muebles….hacía eso. Y lo que era muy interesante es que estaba,
a través de papá, muy conectada con las cuestiones de cómo se construía el
mueble. Entonces de alguna manera…no sé a qué vino esto, por qué pasé a este
tema de la construcción. ¿Qué te estaba contando?
JMV:-Que hacías maquetas.
MB:-Ahí
está. Entonces me parece, que en aquel momento no nos exigían maqueta pero yo
la hacía porque no me alcanzaba con los planos para entender mi proyecto . Recuerdo
ese primer cuatrimestre de diseño arquitectónico III, con Casares, haber
trabajado por lo menos con tres o cuatro maquetas y que eran permanentemente
rechazadas por mi ayudante. Y yo sin enterarme muy bien de cuál era la causa.
Es decir, entendía que estaba mal pero muy bien no sabía cuál era el motivo por
el cual no conformaba a mi ayudante. Por supuesto, vos sabrás y todos te lo
habrán contado, que uno copiaba arquitectura desesperadamente. La consigna era
crear en estado virgen, pero…era imposible. Y entonces uno iba a copiar
arquitectura donde fuera. Papá me había regalado una colección: “Los nuevos
caminos de la arquitectura”, y también
me había comprado el libro de Bullrich, “Arquitectura contemporánea argentina”.
A la biblioteca no tenía oportunidad de venir porque yo trabajaba hasta las
siete de la tarde…yo llegaba a la Facultad a las ocho, a la hora de comienzo de
la clase. Es decir, no podía pasar antes por la Biblioteca. También consultaba
el suplemento…de La Nación me parece que era, ¿no? El primer suplemento de
arquitectura.
JMV:-Puede ser. Sí, sí.
MB:-Bueno, el suplemento de arquitectura de La Nación
que coleccionábamos En cuanto aparecía el tema era un repasar las hojas de
todos estos machetes, digamos. Hoy lo llamamos…
JMV:-Referentes.
MB:- Referentes, sí. Hoy sería una magnífica
manera de trabajar con referentes y en aquel momento era un pecado, era un
pecado que uno debía ocultar. Mirá, tanto debía ocultar que recuerdo haber
encontrado en un diario, que tiene que haber sido La Nación…encuentro una obra,
un proyecto ganador en un concurso, que era un edificio, creo que una
municipalidad, no sé si es un proyecto que está hecho o no, pero que tenía…era
un edificio en bandejas dando a un patio central. Como si fuera esta Facultad
pero de alguna manera las bandejas iban inclinándose para que la visión fuera
más del todo. Entonces veo eso y digo “esto es mi proyecto”. Yo creo que
también teníamos que proyectar una municipalidad, no me acuerdo bien.
Entonces hago una maqueta y cuando se la
muestro al ayudante me dice…”esto era lo que estaba esperando”. “Esto era lo
que estaba esperando”. En ese momento yo creo que... en ese momento yo descubro
la arquitectura. Me parece que en ese momento me doy cuenta de que es algo más
que darle forma a funciones, empaquetar funciones, que es lo que yo recuerdo
haber hecho en otras oportunidades. Por ejemplo en una escuelita que hice…mirá
ahora me acordé…una escuelita que hice en Arquitectura II, ese año que tenía
borrado. Nos habían pedido una escuela. Hice todas
aulas redondas y un zoom redondo. Era, de alguna manera, poner en forma
funciones. Acá, por primera vez me parece…por ahí ahora desde acá lo
redondeo…me parece que entendí que ese proyecto no era una suma de habitáculos
sino que era fundamentalmente ese gran patio y esas bandejas a las que iban a
dar distintas funciones. Es decir, que el proyecto era una espacialidad.
JMV:-Sí.
MB:-Ahí me
fue muy bien con ese proyecto y ese año…después, al año siguiente, hicimos una
especie de instalaciones administrativas para el mercado central. Y la cátedra
organizó un concurso del que participaban todos los alumnos de la noche y de la
mañana. Me fue muy bien y gané una suscripción a tres revistas extranjeras, así
que estaba muy contenta. Con este premio al año siguiente ya tenía tres colecciones
anuales de revistas más que se sumaban a
mi pequeña biblioteca. Desde ahí para mí la arquitectura, fue siempre la
materia sobre la que yo ponía toda, casi toda mi energía. Esperaba el tema, con
mucha ansiedad porque tenía muchas ganas de ejercitar. Muchas, muchas ganas de
proyectar. Y te digo que me pasa hasta hoy. Me pasa que me entusiasmo mucho,
que cuando tengo un tema me siento cargada de un entusiasmo que es muy lindo,
que lo disfruto mucho. Por eso te digo, que disfruté mucho de mi carrera porque
si las otras materias no me interesaban tanto, esa materia, que era
arquitectura, valía por todas. Después yo creo que… que la Facultad, el país,
se fue complicando. Empezaron las tomas de la Facultad la represión cada vez
mas fuerte…creo que en el año ´71 se cortaron las clases.
JMV:-Algunos cuentan eso.
MB:-Sí, a
mitad de año nuevamente.
JMV:-Al congreso del ´69 lo cuentan muchos.
MB:-Claro,
el congreso del ´69 fue también como otra oleada de energía estupenda.
JMV:-Se hizo un contra-congreso.
MB:-Se hizo
un contra-congreso acá, exacto. …porque como era pago, aca podían participar todo
el estudiantado que no pudiera pagar. Y era día y noche, yo no sé cuántos días
y cuántas noches funcionó el congreso.
JMV:-Y, alrededor de una semana.
MB:-Claro. Y
también fue una cosa maravillosa, ver tipos que mezclaban profesión con
política con una postura ante la vida. Era muy interesante, personalidades muy
fascinantes, algunas que uno no llegaba a entender porque desde la
Argentina…eran tipos…yo los veía como demasiado libertarios o demasiado
desprejuiciados. Uno, todavía acá, estaba atado a una serie de prejuicios que
esta gente parecía haber superado.
MB:-…si
estamos hablando del ´71 y yo me recibo en el ´73.
JMV:-Ahí hay un grupo estudiantil muy neto.
MB:-Muy
neto.
JMV:-Donde están Chávez y Jaime Sorín también.
MB:-Yo
empiezo a participar de la Juventud Peronista.
JMV:-¿Y el PC cómo…?
MB:-Y el PC
quedó abandonado.
JMV:-¿Antes?
MB:-Sí, sí,
sí. Bastante antes. Yo lo debo haber abandonado… en el segundo año de la Facultad. Se me hacían
muy gravosas…la obligatoriedad de concurrir a las manifestaciones. Yo decía que
a mí me costaba mucho, que yo debería poder trabajar de otra manera, estar en
otro lugar y si no lo abandoné antes fue por que…yo sabía que para mi papá era
muy sentido.... no sé si sabrás pero en el PC alguien te hacía el carnet. Es
decir, algún afiliado anterior te hacía tu carnet. Era como tu presentador.
JMV:-Ah, no sabía, no.
MB:-Bueno,
indudablemente mi presentador había sido papá. Entonces era toda una ceremonia
¿viste? Tenías que ir a desafiliarte del partido. Es también una cosa que
recuerdo como una gran tristeza, ¿no? A mí me costó mucho decir que no era más
comunista. Decírmelo a mí no, porque hacía tiempo que me lo había dicho. Pero
decírselo a mi papá y decírselo al partido también. Entonces, no sé, creo que
me habrá costado un año, el trámite de terminar de decirle a los demás lo que
ya tenía dicho para mí. Bueno, ahí empecé a…militar en el peronismo que fue también
otro disgusto para mi papá, ¿no? Entender que yo podía militar en el peronismo.
JMV:-Sí. Es exactamente el camino de Sorín ese.
MB:-Claro.
Pero lo entendió. Lo entendió porque papá era, ante todo, una persona que
luchaba por un mundo mejor. …y lo entendió porque, claro, en ese momento había
una izquierda peronista muy importante. Por eso también lo entendió, porque yo
no estaba militando en la derecha peronista sino que estaba militando en la
izquierda.
JMV:-Y bueno, estabas en el ´71.
MB:-
Con
las luchas dentro de la Facultad. De esos momentos lo que más me ha quedado
grabado son las tomas de la Facultad, que yo creo que fueron dos. O no sé si
las agrupo, si fue una. Pero yo las recuerdo como una cosa terriblemente
angustiante. Recuerdo estar encerrada en la biblioteca, que estaba en el
segundo piso, del lado del río.
JMV:-Ah, sí.
MB:-. …ya
estábamos de novios con Guillermo me parece…y me acuerdo que escapando yo entré
a la biblioteca y Guillermo, después me enteré, se metió en el bar. escapando
de la policía
JMV:-Vos me contaste que se disfrazó para salir.
MB:-Claro,
él salió con la gente del bar, como si fuera gente del bar, con un gorrito
JMV:-Esto es como una pecera.
MB:-Me
acuerdo la desesperación de patear las ventanitas de abajo y sacar la cabeza para
respirar. Y los pañuelos tapando la nariz y la boca…hasta que al final salimos
con muchísimo miedo. Nos iban dando patadas y empujones y uno nunca sabía…y uno
escuchaba gritos y tropezones y nunca sabías bien, en realidad, cómo terminaba
esa noche. Y eso …fue también muy angustiante. Y yo creo que fueron dos tomas
así, muy grosas. Que también nos marcaban con un miedo. Como decir, “bueno, la
militancia es algo complejo”. Era algo a lo que uno se debía pero que también,
desde adentro de uno, sentía como un rechazo porque era poner en riesgo cosas…
uno no sabía cuántas cosas estaba poniendo en riesgo en realidad. … se había
gestado la conformación de los equipos político-técnicos, habíamos empezado a
trabajar en un barrio por Moreno con gente de un barrio pobre; ibas metiéndote
en la militancia más radicalizada , cada vez más comprometido. Yo creo que, de
alguna manera, nos salvamos de no ser uno de los desaparecidos porque nos
fuimos al viaje de egresados. Que fue también una cosa muy particular porque
Guillermo nos anotó, a mí…jamás se me hubiera ocurrido anotarme en COVA.
JMV.-El viaje de egresados.
MB:-
Si, nunca había imaginado que yo podía
hacer un viaje, no teníamos recursos nunca me había imaginado que iba a hacer
un viaje a Europa,
JMV:-Sí.
MB:-Y
teníamos
que vender una serie de rifas, que era de lo más engorroso, año a año.
JMV:-Sí, yo me acuerdo, durante años se hizo eso.
MB:-Y lo
fuimos cumpliendo de manera que nosotros en el ´73 estábamos en condiciones de
viajar. Y, bueno, era la oportunidad. Ahí sí dije “uy, Mariví puede ir a
Europa”. Y para mí fue una cosa impresionante…decir “voy a ir a ver las obras
de Le Corbusier”, “voy a ir a ver…”. Era para mí una cosa tan importante que no
había militancia que me la impidiera. A la vuelta podía seguir con mi
compromiso
JMV:-Sí.
MB:-Porque a
muchos de nuestros compañeros de militancia, no les parecía nada bien. Era una
actitud…no de un militante más bien de un garca
irse en un viaje de egresados a disfrutar de arquitectura a Europa. Es decir,
había que poner el lomo acá y estar. Era visto como una frivolidad esto de
viajar. Y así me lo hicieron sentir más de uno. Pero, yo dije “mirá, esto será
una frivolidad, pero yo me voy”. Y nos fuimos. Y yo creo que eso fue lo que, de
alguna manera, nos salvó de un compromiso cada vez mayor porque íbamos dando
pasos cada vez más comprometidos en el tema de la militancia. De los compañeros, con la que estábamos vinculados en el barrio,
desapareció el matrimonio con el cual nosotros estábamos trabajando. Fueron dos
desaparecidos. Y dentro del barrio muchísima gente más.
JMV:-¿En qué año te fuiste?
MB:-
Me
fui en abril del ´73. Nos enteramos de la muerte de Perón en Basilea. Y nos
enteramos también de la muerte del cura…
JMV:-Mugica.
MB:-Mugica, nosotros
estábamos en Roma. O sea que las noticias eran muy angustiantes la cosa estaba
cada vez más enferma. Y cuando nosotros llegamos…ya había muerto Perón, ya
habían echado de la plaza a Montoneros, ya habían pasado a la clandestinidad.
Es decir, ya estaba claro que había que salir de escena. Entonces ya…nosotros
perdimos contacto con esa gente, con los equipos político-técnicos, con todo.
Ahí perdimos contacto con la militancia del PJ. Volviendo al viaje fue,
indudablemente, inolvidable. Yo creo que fue…también el hecho de poder mirar,
tocar, meterte dentro de esas obras que habían sido estudiadas era una cosa…yo
me acuerdo la emoción de estar dentro de la Ville Savoie Era una cosa
fascinante.
JMV:-Estaba reparada la Ville Savoie.
MB:-Sí.
JMV:-Porque yo la vi totalmente destruida…
MB:-No,
estaba en perfectas condiciones.
JMV:-En el año ´63.
MB:-Yo me
acuerdo caminarla de acá para allá muy emocionada.
JMV:-Y André Malraux fue ministro de cultura y,
entre otras cosas, la hizo restaurar. Entonces vos la viste bien.
MB:-Yo la
vi bien.
JMV:-Yo tengo fotos de cómo estaba cuando yo la
vi. Era una ruina.
MB:-Claro.
JMV:-Era una ruina.
MB:-Sí, sí.
La caminamos. No estaba bien el parque. Pero
la casa estaba muy bien mantenida.
JMV:-La habían reconstruido.
MB:-Sí. Lo
que no se podía visitar era la casa de los cuidadores pero estábamos solos
cuando la recorrimos, la casa. Así que la gozamos para nosotros solos y me
acuerdo que me acosté en la poltrona del baño (risas).
JMV:-Sí.
MB:-Habré
hecho todas las ceremonias que se hacen en la casa. Fue muy fascinante para mí .También
disfruté muchísimo todo Roma, del barroco de Roma. Porque además teníamos muy
fresca toda la historia de…era una materia que a mí también me gustaba
muchísimo con lo cual yo tenía muy frescas todas esas obras. Entonces íbamos a ver también la… ¿Cómo
se llamaba? Cuatro fuentes. San Carlino
de…
JMV:-San Carlino alle Quattro Fontane.
MB:-De las
Quattro Fontane.
JMV:-En la esquina….
MB:-
Llegar ahí. ... ese lugar era maravilloso, un lugar del que yo había leído
tanto y estar era muy emocionante. El claustro de San Carlino lo recuerdo
también como una cosa que me impresionó mucho. Y, después, la otra cosa que
para mí fue un descubrimiento…que, claro, yo no conocía arquitectura espontánea
de Argentina. Después fui al Norte y conocí cosas que me gustaron mucho. Pero
la arquitectura espontánea de España, de los pueblos blancos españoles, fue
también una cosa maravillosa. La arquitectura espontánea también en Italia. Me
acuerdo lo interesante que era Sasso, un pueblo cavado en la montaña, que
estaba deshabitado, completamente abandonado.
JMV:-¿Los Trulli viste?
MB:-No, los
Trulli no los vi. Pero otros compañeros sí…porque viajamos, trescientos por COVA. De manera que nos íbamos encontrando
en distintos puntos y nos pasábamos los datos. Nos encontramos un grupo en
Atenas Y por supuesto, estar en la Acrópolis era como tocar el cielo. Disfrutar
de su historia, de la arquitectura espontanea de sus playas. Todo el viaje fue
una experiencia inolvidable…no sé, la Torre Eiffel. Me puse debajo y vi lo que
era la pata de la Torre Eiffel, una de
las cuatro patas. Era una cosa enorme, de una escala nunca imaginada desde los
libros de estudio. Bueno, ese viaje era un descubrir y descubrir y emocionarte.
Otro lugar también lindísimo, el pabellón…
JMV:-¿Suizo?
MB:-Claro,
el pabellón suizo, sí, sí.
JMV:-Estaba el de Brasil que era mucho más
pesado.
MB:-Sí, era
mucho más pesado. Pero que estaba bueno también, estaba muy lindo.
JMV:-Estaba bueno, de Lucio Costa.
MB:-
Nosotros
estuvimos seis meses en Europa. Estuvimos cirujeando
porque vivíamos con nada, con un huevo duro al día y una sopa. Nos habíamos
llevado desde Buenos Aires en el avión, embalados, cajones con comida. Fijate
que loco. Porque, bueno, porque todo era carísimo. Entonces, como nosotros
queríamos hacer un viaje muy largo…
JMV:-Había que tener, claro.
MB:-Fuimos
con provisiones que nos fueron durando. Y, además, habíamos comprado con otro
matrimonio una combi, entonces dormíamos en la combi, dormíamos sobre un suelo
de lata. Dormimos un mes así, hasta que compramos unos colchoncitos.
JMV:-Sí, en los viajes de estudio aparecen todas
esas cosas. Hasta uno que es Maceratesi que se ganaba la vida de noche tocando.
Era pianista y tocaba el piano con un guitarrista italiano y con esa plata iba
yendo de pueblo en pueblo.
MB:-Si
JMV:-Y hasta salió en los diarios. “Músico
argentino”, salió un relato de eso. O yo que dormía en los bancos de Beira Mar, en Rio. Estábamos con Felito
Iglesia y Fracchia y siempre uno se quedaba de guardia y los otros dormían,
toda la noche. Hasta que los estudiantes nos dieron alojamiento en una escuela
de vacaciones, en los banquitos de la escuela. Pero también, comíamos una sola
vez por día.
MB:-Claro.
Por supuesto no se…
JMV:-Leche con banana, botella de leche y una
banana de esas, chiquititas.
MB:-Claro.
O por ejemplo, me acuerdo haber pasado toda Francia con pan, una baguette, y
paté. No comíamos otra cosa. Y en Galicia nos quedamos sin dinero. Entonces yo
tenía, después, que viajar a Oviedo porque ahí tenía familia mi papá. Teníamos
mucha familia en Oviedo y ahí íbamos a estar mantenidos. Pero calculamos mal y
nos quedamos sin dinero. Y teníamos que pasar un montón de días. Teníamos la
llegada prevista para tal fecha. No podíamos llegar antes a ese lugar. Entonces
salimos a la ruta y, como viajábamos siempre a dedo, le comentamos al tipo que
nos levantó, un muchacho joven, lo que nos estaba pasando. “Ah, no se
preocupen” nos dice. “Nosotros estamos instalados con mi familia en una carpa
en la playa. Tú Guillermo puedes venir conmigo a vender. Yo vendo bolsas de
nylon en los mercados”. En los mercados de pescado, de Galicia. “Y mi mujer
está con mis cuatro niños en la carpa. Así que tú Mariví te puedes quedar a
cuidar los niños con mi mujer” (risas). Hicimos eso, como por quince o veinte
días.
JMV:-Y, decime, de la época esa de la Facultad
¿qué influencias de revistas o de personajes, aparte de Corbu , que me dijiste,
y de Roma…¿Vos cuál te acordás? ¿En qué talleres terminaste los últimos años?
MB:-En Casares.
JMV:-Ah, siempre ahí.
MB:-,
seguí todo el tiempo en Casares.
JMV:-¿Y te daba clases Casares?
MB:-Yo jamás lo vi a
Casares. No, miento. Una vez dio una teórica a la noche. Y después estaba Rousiñol. Era el adjunto.
JMV:-Rousiñol
MB:-Que
venía muy de tanto en tanto, al que todo el mundo temía.
JMV:-¿Sí?
MB:-Sí,
sí. Cuando aparecía todos estábamos muy inquietos, incluso los docentes. Por suerte lo hacía de tanto en tanto.
MB:-Sí. Era el encargado
del turno noche. Venía cuando se armaba algún tipo de exposición, cuando el
docente elegía los trabajos más interesantes para que los viera el adjunto.
Probablemente me debe haber hecho alguna crítica porque yo estaba entre los
trabajos destacados. Pero la verdad que no recuerdo.
No recuerdo como nada destacado. Ningún docente destacado.
JMV:-¿Vos hiciste algunos concursos con algún
equipo, trabajos fuera? Es decir, formación de arquitectura en esos años fuera
de la Facultad.
MB:-No.
Trabajaba en una empresa constructora. Pero te quería contar algo antes. Como
figura admirable dentro de los docentes de la Facultad, rescato la de Gazzaneo.
JMV:-Sí.
MB:-Me
acuerdo de sus clases de historia, eran para mí también muy esperadas.
JMV:-Hay varios que piensan eso.
MB:- A lo
mejor hoy yo no diría lo mismo.
JMV:-Sí, sí.
MB:-Pero
en ese momento conseguía despertar todo mi interés. Sus clases eran muy
ordenadas, uno podía seguirlas, con mucha coherencia.
JMV:-Sí.
MB:- Y, a la vez,
también eran muy amenas. Lo recuerdo
MB:-Recuerdo también
entre los arquitectos admirados, a Testa y mirá que casualidad la empresa donde
yo trabajaba licitó la Biblioteca Nacional.
JMV:-¿Ah, sí?
MB:-Sí. Y yo hice los cómputos.
JMV:- ¿Vos estuviste? ¿Sí?
MB:-Sí,
hice los cómputos de la Biblioteca Nacional.
JMV:-Qué bárbaro.
MB:-Y
bueno, unos planos gigantes, se desdoblaban.
JMV:-Hiciste los cómputos.
MB:-Sí, hice los
cómputos de hormigón. Yo en esa empresa trabajé con la obra de Lugano. Lugano
I, II. Haciendo los planos de Lugano I, II, dibujando los planos de…no redibujando
porque esta era una empresa constructora, los planos eran parte de la
licitación. Pero no recuerdo por qué yo redibujaba planos. No sé por qué la
empresa redibujaba. También hacía muchísimos cómputos porque, claro, licitaban
todo el tiempo.
JMV:-Claro.
MB:- Trabajaba con un arquitecto y un ingeniero que se
llamaba Finkelstein.
JMV:-Ah, vos te recibiste en el ´73.
MB:-Dejé
de cursar en el ´73 y me recibí en el ´74 después que volvimos.
JMV:-Ah, hiciste ese viaje y después debías
algunas materias.
MB:-Claro.
Debía Historia. Y nos recibimos con Historia
con Guillermo. Yo tenía la posibilidad de quedarme a trabajar en la empresa
constructora. Una vez recibida, por supuesto me aumentarían el sueldo por el
título. Pero en ese momento Guillermo me propone que tiremos…que tire la toalla
en la empresa y pongamos un estudio.
JMV:-Claro.
MB:-En mi
casa se vuelven locos porque, claro, era dejar una cosa segura por la nada.
JMV:-La aventura.
MB:-Por la
aventura. Y ahí nos largamos a poner un estudio. Y mira vos!, nuestro primer
trabajo fue una instalación de mobiliario en una financiera. Nosotros diseñamos
los muebles y los construye mi papá. Ese fue uno de nuestros primeros trabajos.
JMV:-Y en los muebles de la casa de Mar Azul se ve
ese origen de dibujadora de muebles.
MB:-Claro. Y
estos muebles eran muy interesantes, eran unos muebles para una financiera.
Mostradores, escritorios, era un equipamiento importante, estábamos muy
contentos con el trabajo. Utilizamos linolium para los mostradores, que era un
material nuevo en ese entonces. Asi que fue un trabajo de diseño y también de
investigación. …
JMV:-Claro, el linóleo.
MB:-…el
linóleo. ha sido una constante en mi vida profesional. Nunca he tenido un
trabajo igual otro. Siempre he salpicado de un tema a otro, todo el tiempo casi
todo el tiempo. Y eso también, para mí ,es muy interesante.
JMV:-Bueno, eso lo tenés que mostrar en los
paneles. …lo que yo pensaba es que, de las desgrabaciones, se puede extraer un
material muy interesante para la exposición, algunos párrafos que podemos
incluir, ¿entendés?
MB:-Sí, yo
estuve haciendo un escrito. Porque la primer parte va a ser recuerdos escritos.
JMV:-Bueno, entonces ahora paramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario