Entrevistador:
Arquitecto Juan Molina y Vedia
Lugar y fecha: Buenos
Aires, 12 de julio de 2005
Fecha de ingreso a la FADU: 1972
Fecha de Egreso de la FADU: 1978
Yo alumno - Yo arquitecto
Juan Molina y Vedia (JMV):-Ubicate en la edad en que estabas terminando el secundario y de repente empezaste a hacerte arquitecto.
Pablo
Pschepiurca (PP): Bueno, eso es
demasiado fuerte como para entrar.
Sandra Méndez
Mosquera (SMM):-Bueno,
pero, por ejemplo, ¿cómo se te ocurrió? ¿Vos ya tenías claro…?
PP: Yo me
anoté en la FAU y de ese momento algunas cosas me acuerdo muy claramente. Primero
que siempre tuve la sensación de haber entrado a la Universidad mucho antes
porque hice el secundario en el Nacional Buenos Aires.
JMV:-Hay varios de esos, de los que hemos
entrevistado.
PP:-Hay
varios… Tony Díaz, Raúl Lier, Pancho Liernur, aunque no sé a quienes más
entrevistaron….
JMV:-Sorín era del Buenos Aires, mi mujer Silvia
Batlle también…
PP:- Eso ya
te da una perspectiva distinta porque yo entré en el ‘66 al Buenos Aires y ese
año fue el golpe de Onganía y un mes más tarde la Noche de los Bastones Largos,
entonces apenas con 12 años empezaba a participar de alguna manera en la
política universitaria, en el Centro de Estudiantes, o sea que hay toda una
parte de la vida universitaria que me viene de mucho antes. Y no me refiero
solo a la actividad gremial o la participación política que tenían los
estudiantes en esa época, sino también a una manera de entender el país, la
época y sobre todo a una manera muy racional de pensar y de estudiar.
JMV:-Sí.
PP:-Eso
por un lado. Por otro lado, yo tenía una imagen muy fuerte…, mis viejos eran
contadores, los dos, y mi papá además estudiaba economía. En esa época no
existía la carrera de Ciencias Económicas sino que eran todos contadores que
estudiaban después por la suya. Y en mi casa se vivía un clima bastante
abstracto. Me agobiaba mucho el trabajo de ellos porque yo tenía la sensación
de que eran papeles que a fin de año se tiraban a la basura y todo empezaba de
nuevo. El balance, el balancete …. y yo veía que no quedaba nada concreto. En
realidad comenzó a surgir la necesidad de tratar de buscar alguna cuestión,
alguna disciplina que concretara. Que fijara materialmente alguna cosa, que era
lo que yo veía que faltaba en el laburo de mis viejos. Y hubo otros dos
elementos claves: uno cuando yo era muy chico, mucho antes que esto. En la
primaria, cuando terminé el 5to grado,… iba a una escuela piloto, una gran
escuela…. nos fuimos un mes a La Pampa, a Santa Rosa. Allí hicimos una
excursión al Centro Cívico de La Pampa, que la había hecho Clorindo.
JMV:-Claro.
PP:-Y yo,
que no había visto de esa manera un edificio de arquitectura moderna, recorrí
eso y recuerdo que, en la mitad del aburrimiento tremendo que era Santa Rosa en
ese momento, me impactó muy fuertemente el edificio y lo fotografié con una
Kodak Fiesta. Tengo esas fotos, y una de las tomas es obvia pero es la misma
con la que se conoce universalmente esa obra ….
SMM:-Era raro…
PP:-Raro pero
fantástico; de la nada la rampa, las columnas… y yo tenía 10, 11 años.
JMV:-¿Te quedan esas fotos? Es un material
lindísimo, ¿te das cuenta? La visión de un chico que después va a estudiar
arquitectura.
PP:-Tengo
las fotos pero en ese momento no lo vinculé a ninguna posibilidad concreta sino
a una emoción. Yo supe después, en la adolescencia, que existía Niemeyer, Le
Corbusier, conocía nombres sueltos. Pero
nunca había visto una obra y la de Clorindo me había impactado tan fuertemente!
Me quedó como una cosa aislada. Yo no conocía arquitectos porque a mi casa venían
amigos abogados, psicoanalistas, muchos contadores pero jamás un arquitecto. Y
cuando nos mudamos a un departamento muy lindo en la calle Moldes que habían
hecho unos arquitectos…, era bastante
bueno el edificio.
JMV:-¿Moldes y qué era?
PP:-Moldes
frente a Olaguer. Galán y Titiunik eran los autores. Hicieron muchos por
Belgrano con fachadas austeras y postigones metálicos. Eran unos edificios
bastante “modernos” y reconocibles. En la planta baja había un mural del Grupo
Espartaco. Y mis viejos compraron un dúplex ahí y contrataron a un arquitecto
que resultó ser Enrique Lewkowicz. El padre
de Ignacio, el historiador que falleció ahora en el accidente.
JMV:-Ese fue alumno mío de Historia. Yo tengo el
trabajo de Historia de él conmigo en el ´64.
PP:-Y el
padre también murió muy trágicamente…
JMV:-También.
PP:…porque
tuvo esclerosis múltiple muy joven.
JMV:-Sí.
PP:-Enrique
era un tipo muy, muy vital. Y el típico arquitecto que uno pudiera imaginar.
Así como te diría que Jacques Tati tenía un personaje, con el paraguas, el
sombrero y el piloto. Este tenía la pipa, el saco a cuadros (risas), el
pantalón vaquero, los zapatos para ir a la obra… pero no borceguíes. O sea,
todo ese look de lo que era el
arquitecto de la década del ´60, y conocedor de un mundo que a mí, que era un
adolescente, me subyugaba. Ese también es un personaje bastante clave en mi
elección. Después hice un curso de orientación vocacional pero no me dedicaba a
hablar de estas cosas sino a discutir mucho con una chica que me gustaba y que
quería ser monja (risas).
SMM:-Se ocuparon tanto de ella…
PP:-De ella
y de la teología (risas). De cuestiones más allá de lo terrenal.
SMM:-Justamente no materiales.
PP:-Justamente
no materiales, sí. Pero yo a esa altura ya más o menos, en el último año del Colegio,
lo tenía claro. Por otro lado sabía que no tenía que hacer el ingreso. Y en
realidad tenía la fantasía, digo fantasía porque la empecé pero no pude
terminarla por distintos motivos, de estudiar arquitectura y sociología. Porque
ahí conocí a dos personajes que si bien no eran sociólogos, tenían ese perfil
del arquitecto - sociólogo. Mi viejo me llevó al estudio de Marcos Winograd.
Cuando yo le dije que quería estudiar arquitectura, mi viejo primero… para él
sólo existían filosofía y matemática y todo lo otro estaba en un décimo plano.
Se sorprendió, no le gustó mucho…
JMV:-En Avenida de Mayo y 9 de Julio estaba
Marcos.
PP:-Sobre 9
de Julio.
JMV:-Ahí yo trabajé con él muchísimo. Hicimos un
concurso para Israel, para Ashdod y
ganamos un premio. Estuvimos meses ahí. Y otro para Varna, en Bulgaria,
también.
PP:-Cuando
mi viejo se comió el sapo de que yo iba a estudiar arquitectura dijo “bueno,
tengo un par de conocidos. Uno es Marcos Winograd quiero que lo conozcas”.
Marcos era un tipo, qué sé yo, yo no soy muy simpático… y Marcos por ahí
también era medio como gruñón a veces.
JMV:-Sí, sí.
PP:-Pero
muy cálido en el sentido de que cuando te agarraba, le entusiasmaba un chico
que iba a empezar la carrera … gran tipo.
JMV:-Gran tipo.
PP:-Y de
una cultura…
JMV:-Extraordinaria.
PP:-Extraordinaria.
JMV:-Único, ¿eh? Único.
PP:-Yo vi
esa biblioteca y me quería matar. Esa fue una visita que hice…
JMV:-En el ´67… nos echaron de la facultad en el
´66…
SMM:-¿Esto en el ´70 era? ¿´69?
PP:-Esto
que te estoy contando era en el ´71…
JMV:-Claro. Unos años antes habíamos hecho estos
concursos, después yo me fui a Perú…
PP:-…´70,
´71. Yo los años más o menos los tengo.
JMV:-Winograd era un tipo de una formación única.
Había estudiado con Chombart de Lauwe
sociología urbana en Paris. Sociología Urbana era el nombre, una especie de
sociología territorial. Era muy completo.
PP:-Así
es. Y
el otro personaje, que también conocí a través de unos amigos de mi viejo, era
Din Goldemberg. Marcos y Din tenían muchos puntos de contacto. Din era un tipo
muy interesado por la sociología. Estaba metido en el tema de la vivienda
social en esa época. Con todo lo conflictivo que nos pueda parecer hoy, con la
perspectiva de haber pasado 40 años. Por el momento creo que no se ha hecho
demasiada… justicia, aunque la palabra no es justicia. Creo que todavía no se
evaluó demasiado bien el trabajo de STAFF en la década del ´70. A mí me parece
que era muy interesante a pesar de todas
las críticas que puedan hacerle. Y bueno, la imagen de ellos dos…
JMV:-Estabas bien orientado.
PP:-Entonces
me anoté en Arquitectura y en Sociología. Y empecé a trabajar en el estudio de
Goldemberg. Doblando planos, mientras terminaba el secundario. Así que todavía
no había entrado a la facultad. Cuando empecé la facultad ya estaba trabajando
en el estudio de Din donde conocí un montón de gente fantástica. Ahora me voy
olvidar alguno. Pero, Nora Blum, Tito Pavlovsky…bueno,
estaba Cacho Soler, estaba Minond que dibujaba perspectivas, venían y se iban.
O sea, era todo el momento increíble y complicado de los PEVE.
JMV:-De los concursos.
PP:-De los
concursos y de la realización. De Ciudadela 1, 2, de Soldati.
JMV:-Lugano, ¿no, también?
PP:-Así que
había mucho trabajo, era un Estudio muy grande, también sobre la 9 de Julio. Y
era un lugar interesante para estar y, sobre todo, para empezar a escuchar
cosas.
JMV:-Sí. Ese tema de Goldemberg algún día si
querés podemos conversar porque me
interesa mucho a mí. En qué consiste ese momento en que Goldemberg trabaja,
cómo eran las empresas constructoras, cómo era… todo lo que no era Goldemberg,
¿viste? Con lo que él se veía obligado a trabajar. Él trabajaba en el medio tal
cual era y eso tuvo sus consecuencias porque el medio era muy traicionero. Te
ponían un programa falso, que vos lo hacías…
PP:-Bueno,
pero también Jujo Solsona hizo lo
mismo en la Panamericana, y tantos otros…
JMV:-Por supuesto. Y decía, suponete, 4000m² de centro comercial. Entonces el tipo
agarraba un letraset y ponía
4000m². Y después pasaban los años y no había 4000m², había una panadería de
15m². Entonces eso que era la espina que armaba todo el barrio era un basural o
te asaltaban, ¿viste?
PP:-No,
pero también en Inglaterra fracasaron esas cosas.
JMV:-Por supuesto, habían fracasado 10 años antes
ya.
PP:-Claro.
JMV:-Habían
artículos criticando los grand ensembles de los alrededores de Paris. Inclusive las new towns inglesas estaban ya…
PP:-Yo lo
que más rescato es el esfuerzo de elaboración, la reflexión, el intento de
hacer ciudad, por así decirlo… no las realizaciones concretas.
JMV:-Eran tipos de punta, en ese sentido es
remarcable.
PP:-Y
bueno, ahí terminé en el ´71 el Colegio. Ya estaba trabajando en lo de Din, te
digo, doblando planos. Una historia que terminó mal porque después empecé a
dibujar, lo poco que me habían enseñado los pibes ahí a dibujar, los
arquitectos que trabajaban ahí. En un momento hubo una huelga, bien típico de la
época. Hubo una huelga en el Estudio de Goldemberg que creo que desde el ´73
que no debe haber habido otras huelgas en estudios de arquitectura. Y yo estaba
en una situación muy incómoda porque había entrado por ser amigo de los dueños,
por un lado. Pero, por otro lado, me
sentía solidario con la gente con que trabajaba. Entonces terminé adhiriéndome
a la huelga y me echaron.
JMV:-El ´68 de París en su versión criolla.
PP:-Con lo
cual mi carrera fue muy breve. Bueno, no tan breve. Trabajé como casi un año,
una cosa por el estilo. Y ahí empecé, entonces, arquitectura y sociología. Y yo
le daba más bola a sociología. Cursé “Introducción a la sociología” con
Portantiero, que fue para mí una materia muy importante, “Introducción a la
filosofía” con Carpio con quien estudiamos Heidegger el cuatrimestre entero. Metodología,
Estadística, Historia…
JMV:- Qué bárbaro.
PP:-Estadística
social… Hice cinco o seis materias y después la facultad se cerró, fue
clausurada, antes del 74. O sea, tengo un vago recuerdo pero Sociología la
cerraron. En un momento, te diría en el ´73, la cerraron.
JMV:-Sí.
PP:-Y yo
ahí… estuvo seis meses cerrada, reestructurándose… no volví nunca más. O sea,
tengo cinco materias dadas y no volví más.
SMM:-¿Seguiste…?
PP:-Seguí Arquitectura.
Y yo caí a Arquitectura, medio sapo de otro pozo porque me la imaginaba muy teóricamente pero nunca había agarrado un lápiz.
Venía del Buenos Aires, tenía una formación que era muy distinta de la de
muchos de mis compañeros que venían de colegios industriales o de colegios
técnicos. En fin, tenían una vocación más vinculada a lo artístico o a lo
técnico. Yo no tenía idea. O sea, me acuerdo como primer cosa, el primer día
que tuve la primera materia que se llamaba Elementos de Diseño I, porque no
hice el ingreso, entonces entré en Elementos de Diseño y nos sentaron frente al
Pabellón I, de Exactas, a dibujar la fachada.
SMM:-Así, como te salga.
PP:-No, no:
así como no te salga! Me fui con el papel en blanco y acá estoy, todavía, con
el papel en blanco (risas). Me costó mucho arrancar, entender de qué se
trataba, entender cómo se representaba. Realmente me resultaba un esfuerzo. No
así todas las otras cuestiones que se sustentaban en la representación, ¿no?. El
primer año no había Diseño, el segundo año, que fue en el ´73, estuve en la
cátedra de Le Pera.
JMV:-¿Estaba Le Pera?
PP:-Sí.
JMV:-Ajá, no sabía eso.
PP:-Yo te
digo, prácticamente no recuerdo docentes. Pero los únicos que recuerdo son: más
que Le Pera, la cátedra de Le Pera, el clima que había en la cátedra de Le Pera,
que después fue Hasse-Safigueroa, cuando se fue Le Pera. O sea, estaba
Safigueroa por un lado, creo que con Le Pera.
JMV:-Ruiz, había otro que se llamaba Ruiz que
estaba con Safigueroa.
PP:-Ruiz
también estaba. Era Ruiz-Safigueroa pero después fue Hasse-Safigueroa.
JMV:-Después fue Hasse, sí.
PP:-Entonces
a Rodolfo lo recuerdo bastante, a Safigueroa mismo, a Le Pera, a Renée
Dunowicz.
JMV:-Reneé Dunowicz la mujer de…
PP:-La
mujer de Rodolfo, pero que era arquitecta por sí misma además.
JMV:-Sí, sí.
PP:-Y que
había trabajado con Wladimiro…
JMV:-Con Wladimiro Acosta, sí.
PP:-O sea,
esa primera etapa de docentes, ´72, ´73, algo me acuerdo. Y después no me
acuerdo más. Yo los tengo absolutamente negados porque yo aprendía de mis compañeros
más avanzados. No sé… no tenía relación con los docentes. Poco después se
fueron todos, terminó, cuando fue la intervención de Ottalagano. Entonces cursé
Diseño I y II entre Le Pera y Hasse-Safigueroa y después el resto fue tratar de
terminar y recién había empezado…!.
JMV:-Ah, y después ya entraste en la época de
Ottalagano.
PP:-Sí, muy
mal, muy mal. Ahí recuerdo algunos profesores que se destacaban por su
conocimiento técnico y por su capacidad pedagógica, que yo traté de recordarlos
y no son muchos, te diría. Por el contrario, dentro de lo que era ese grupo,
ese cuerpo de docentes con el que realmente no me sentía identificado para
nada, estaba Spinadel…
JMV:-De Matemáticas.
PP:-…que me
acuerdo que sabía y era buena docente. Estaba Terzone, en Estructuras, que era
un buen profesor. Estaba la “Queta” Meoli…
SMM
y JMV:-En
legal.
PP:-…que con
ella también se aprendía bastante. Y fundamentalmente, Gazzaneo. Para mí estaba
en las antípodas ideológicas, de todo tipo. Yo ya a esa altura leía bastante
historia y otras cosas. El método me parecía un disparate pero esas clases
magistrales que él daba…el amor que transmitía, por ejemplo, por la
arquitectura inglesa, por el desarrollo de Inglaterra, por ciertos temas que él
tenía predilección…
JMV:-Él hizo un libro buenísimo sobre
arquitectura industrial. Dos tomos, muy buenos.
PP:- “Arquitectura
industrial en la Argentina”.
Yo soñaba con Bath, con Brighton, con lo que él mostraba y después todo el
recorrido de mi primer viaje a Europa tuvo que ver con Historia III de Gazzaneo.
O sea, el objetivo era Coalbrookdale, era ir a ver dónde empezó la cuestión del
hierro, el primer puente de hierro. Todas esas peregrinaciones que me las marcó
mucho Gazzaneo y me parece que en ese momento, después no lo seguí viendo, era
un gran profesor, ¿no? Y sobre los docentes no tengo mucha más para decir
porque después…
JMV:-¿En qué año terminaste vos?
PP:-Yo
terminé en el 78, en el medio perdí un año porque hubo un tema de
correlatividades que me desfasó. Seis años. Entré en `72, terminé en el `78. Pero un año tuve un lío.
SMM:-Pero no son seis años. Son siete los que hiciste entonces.
PP:-´ Son
siete, tenés razón. Porque hubo un año que no pude cursar diseño, porque se me
trabó una materia que yo no sabía que era correlativa cuando cambió un plan de
estudios y me abrocharon. Me acuerdo que
me agarró una bronca bárbara. Pero bueno, ahí también conocí al grupo con el
que después seguí en la facultad, que era Pablo Carpman, yo ya venía con María
trabajando y después en el último año se sumó Maine, María Inés Pereyra.
JMV:-h, María Inés Pereyra, sí.
PP:-Y, así
que por un lado fue una macana por otro lado fue una suerte porque yo estaba
medio solo en la facultad, O sea, mis compañeros de la primera etapa, hasta que
se produjo este pasaje, los que más recuerdo son Enrique García Espil, Pablo
Beitía, que ya de chico pintaba como bueno, y después algunos amigos míos…. Y,
en cambio, en esa segunda etapa yo estaba más volcado a la relación con Pablo Carpman,
con María, con Gerardo Gobbi y después con Maine cuando apareció, que fue en
Diseño V.
JMV:-Escuchame Sandra, Beitía, ¿lo tenemos en las
listas?
PP:-A Beitía
lo tenés que entrevistar.
JMV:-¿Porque sabés lo que pasa? Que la facultad
tiene listas de los que recibieron diplomas donde no estaba por ejemplo Baudizzone,
faltaba Tito Varas. Hay amigos que los descubrimos porque son evidentemente conocidos.
Pero la Facultad
no nos dio listas correctas y creo que Beitía no está en las listas.
PP:-Bueno, entre
los docentes voy a nombrar a Juan Molina y Vedia con quien cursé Historia en el
`73.
¿O vos decís en el `74? No, Historia en el `73.
JMV:-A nosotros nos… en el `73, sí. En el `74
tomé Diseño e Historia.
PP:-Pero eso
también, me parece que eso es para otro cassette, porque en realidad no cursé
con Juan. Escuché algunas teóricas. Mi ayudante era Hugo Salama… e hice un
laburo sobre el Nacional Buenos Aires. O sea, la robé esa materia.
JMV:-Teníamos el estudio con Hugo Salama.
PP:-Claro,
pero yo mucho no recuerdo. Después, para mí la facultad está más marcada por
una serie de hechos que tienen más que ver con lo que sucedió en la década del
`70 que con otra cosa. El primero que recuerdo es un compañero mío, Silvio
Bergman, que fue al baño sin llevar los documentos cuando estábamos en segundo
año y desapareció. Sencillamente desapareció. Por suerte lo blanquearon luego
pero tuvo que emigrar y dejamos de vernos.
JMV:-Hay un cuento de alguien al que lo fajaron
en el baño. Creo que era el Mono Cajide. Estaba haciendo un examen de nueve
horas que le hacían hacer a todas las técnicas y en un momento fue al baño, lo
agarraron dos tipos y le pegaron, le dieron una paliza. Y él volvió después de
la paliza y siguió haciendo el examen hasta terminarlo.
PP:- No,
este no volvió, porque se lo llevaron. Hubo una época en la que no se podía
salir del taller sin documentos y sin la
autorización del docente. Y la puerta permanecía cerrada. Los pasillos vacíos.
JMV:-Qué barbaridad.
PP:-Se lo
llevaron a la comisaría que estaba en el sótano de Exactas. Y después se lo
llevaron a la 33. Y estuvimos varias horas sin saber nada, nos quedamos varios
entre los cuales, me acuerdo, Enrique estaba. García Espil. Y estaba otro pibe
… Esteban Fernández y algún otro que ahora no me acuerdo, con los que tuvimos
el coraje o la inconsciencia de ir a hablar con Corbacho y Roggiani que eran
los que en realidad lo habían detenido. Y bueno, la cuestión es que los padres
de Silvio por algún contacto en la colectividad judía, lograron ubicarlo y
sacarlo y de ahí directamente se fue a Israel y volvió después de recibido. Pero
te quiero decir que casos como ese, mucho más conocidos después, la
desaparición de Pablo Galarcep, de Hernán Nuguer, la muerte de Ramón de
Cesaris, inclusive hechos más públicos como esa asamblea famosa de la FUBA que
hubo Derecho, la plaza de Perón del `74 y finalmente la intervención, quizás
son los hechos que recuerdo más de mi vida universitaria. Mucho más que los
profesores de esa época.
JMV:-Claro.
PP:-Lo que
sí te puedo decir que recuerdo es que en el último año nos eligieron para…o nos
eligieron o hubo una especie de competencia previa, no me acuerdo muy bien,
para participar en el concurso de la Unión Internacional de Estudiantes.
Entonces en lugar de hacer el trabajo típico que hacían todos en Diseño V,
nuestro grupo hacía, se suponía que con la ayuda y el asesoramiento de la
Facultad, el trabajo para presentar en la Unión Internacional de Estudiantes,
que iba a ser en México. Y lo hicimos con muchísimo esfuerzo y con muchísimo
entusiasmo. El tema era un centro
administrativo y el municipio, la municipalidad de Luján, una cosa así. Pero
era en Luján, habíamos hecho un relevamiento interesante, fuimos varias veces.
En ese momento estábamos muy copados con toda la arquitectura de Hertzberger[1].
Las bandejas se usaban!, no sé si te acordás.
JMV:-Sí, cómo no.
PP:-Nuestro
consenso pasaba por Hertzberger como solución para espacios administrativos, de
oficinas, etcétera. Entonces eran todas bandejas flotantes en el medio de un
contenedor. Esa era la propuesta. Y lo dibujamos, y lo presentamos en fecha. Y
lo entregamos en la Facultad,
y para la fecha… no había Internet, no había nada. Para la fecha del resultado,
empezamos a ir a averiguar a la
Facultad, y fuimos una vez,
fuimos a la semana siguiente, fuimos cada quince días, fuimos cada mes y
nunca tuvimos una noticia. Nunca tuvimos una noticia.
SMM:-¿Pero lo presentaron ellos?
PP:-Dos años
después, cuando yo tuve un problema para retirar el título, fui a la oficina de
títulos y tapando un agujero en una de las ventanas norte del cuarto piso del
edificio de Catalano estaban los paneles que habíamos hecho y que nunca fueron
enviados a México.
SMM:-No
te puedo creer…
PP:-Me
parece que eso representa bastante bien el ambiente y la calidad académica de
ese momento…
SMM:-En el `78.
PP:-…en el
`78.
JMV:-Qué barbaridad.
PP:-Se
estaba jugando el mundial. Ubicate, era la Argentina del `78.
SMM:-Sí, yo estaba estudiando también.
PP:-Y
representa bastante bien el interés académico y el desquicio que era la Facultad en ese momento,
la desidia. O sea, desde ubicar un libro en la biblioteca, que era…al margen
del esfuerzo de la gente que trabajaba en la biblioteca, imposible. Hasta hacer
este tipo de trabajos era una tarea titánica y todo pasaba por otro lado. Yo me
acuerdo que teníamos un…
SMM:-Es que lo que menos podíamos estar allí y
aprender cosas en otras lados...
PP:-Bueno,
por eso. Nosotros teníamos con…me acuerdo…no sé si a Ernesto Moncada lo ubican.
JMV:-… yo me acuerdo del nombre. Moncada.
PP:-Con
Ernesto Moncada y con alguna gente más habíamos armado un grupo para estudiar a
Rossi en el `77.
JMV:-Vino por acá Rossi.
PP:-Rossi
vino después, pero ya en el ´78…
JMV:-A La Escuelita vino.
PP:-…ya
Tony hablaba y otra gente hablaba también sobre Rossi, pero bueno nosotros
tratamos de arreglarnos solos…
JMV:-¿En La Escuelita no estuviste?
PP:-Sí.
JMV:-Ah.
PP:-Pero
este grupo no era el de La
Escuelita, era un grupo que habíamos armado nosotros porque
no entendíamos de qué se trataba y algo nos atraía.
JMV:-Sí.
PP:-Y
leímos La arquitectura de la ciudad y
lo que nos caía a la mano. Y así íbamos haciendo lo que podíamos. Enseguida
apareció la posibilidad entrar en La Escuelita, en la que nosotros
participamos… con María. Fue simultáneo a nuestro último año en la Facultad en
el año `78, éramos muy pocos los estudiantes allí, más bien eran jóvenes
arquitectos. Entonces, bueno, ahí sí se nos abrió un mundo distinto porque
imaginate las clases de Viñoly, las charlas de Viñoly, de Tony. Estaba…
JMV:-Katzenstein estaba.
PP:-Estaba
Ernesto, pero estaba en la parte de Historia.
JMV:-Y de repente Testa también estuvo por ahí.
PP:-Testa
de vez en cuando iba. Jujo iba siempre. Y bueno, era un refresco, era otra
cosa. Nosotros cursamos en el `78. Ahí vino Rossi a finales de año o a
principios del año siguiente. Y Tony Diaz tuvo la súper amabilidad…Tony y los
otros…de presentarnos a Aldo porque nosotros teníamos la idea de irnos de acá.
No a vivir pero si a salir un poco del aire este, agobiante. Entonces nos
presentó a Aldo Rossi diciendo que en cuanto nos recibiéramos íbamos a viajar a
Europa y que queríamos ver si podíamos trabajar con él, o hacer algo con él. Él
habrá, bueno, registrado o no la presentación, no tengo idea. La cuestión es
que fuimos. Fuimos. Terminamos la Facultad y viajamos María Hojman, Pablo Carpman
y yo. Hicimos una recorrida previa por varios lugares pero caímos finalmente en
Milán, Vía Madalena 1, donde era el Estudio de Rossi, golpeamos la puerta una
mañana y estaba él solo.
SMM:-Qué bueno.
PP:-Al
principio miró sin entender, pero nos hizo pasar. Y charlamos y él nos hacía cantar tango, preguntaba si se podía
hacer una casita en Buenos Aires, porque no tenía laburo. Era una conversación
medio complicada entre nuestras expectativas y sus intereses. Pero destrabó la
conversación el hecho casual de que en el medio vino el cartero y trajo entre
otras cosas un rollo que eran las bases del contra - concurso para Les Halles.
Y él se había comprometido con Aymonino, así dijo, en tener una participación,
porque había toda una cuestión política que avalar, aunque a él le disgustaba
mucho todo el tema del concurso ese y la política francesa, y Francia en
general. No quería hacerlo, pero estaba medio comprometido y obligado a
participar porque había dicho que sí. Y ahí fue que le dijimos, “bueno, si
usted no quiere hacerlo, lo hacemos nosotros, lo hacemos juntos”. Y nos
llevamos el rollo ese para estudiarlo y efectivamente trabajamos varios meses
en eso.
JMV:-¿Lo presentaron?
PP:-Y lo presentamos
con la firma de Aldo Rossi que…
JMV:-Bárbaro, qué bueno.
PP:-No, no
tan bueno, fue bizarro porque era un proyecto que trataba de ser como de Rossi.
JMV:-Ahhh.
PP:-Y estaba
firmado por Rossi. Aldo Rossi.
JMV:-Vos tenías que cantar a la Rossi.
PP:-Era como
hacer un proyecto al estilo de.
SMM:-Un ejercicio.
PP:-Viéndolo
a Rossi tres veces en el medio, porque ya viajaba, era conocido. En el medio
fuimos a la inauguración del Teatrino, el Teatro del Mundo, frente a la aduana
de Venecia con él, que iba en la lancha de la Revista Vogue y ese día nos
contactamos con una serie de cosas snob
y sofisticadas, que a nosotros nos divertía y gustaban…pero hicimos el proyecto
y Aldo el último día lo firmó y fuimos juntos al correo y lo mandó. Y tal fue la confusión que en el jurado hubo
gente que lo votó para premiarlo porque le parecía que era de Rossi. Se corrió
la bola de que era de Rossi. Así que en la votación final tuvo varios votos.
Inclusive el director del Architectural Design y gente bastante…con “ojo
crítico”. Así que esa fue una historia bastante interesante que para mí tiene
que ver con la formación de la Facultad porque La Escuelita y el viaje a Italia
y Rossi fueron mucho más formativos que toda la carrera…
JMV:-Que todo lo demás.
PP:-Cuando
nosotros volvimos, a mediados del `79, volvimos a La Escuelita. Hicimos medio
año en el `79 y el año `80, y los estertores del `81, y en esa etapa conocí a
Ernesto, y a Pancho, y a Eduardo Leston, y a Dhal Rocha, que estaban en la
parte de Historia con los trabajos de reelaboración de las plantas de Le
Corbusier y otros ejercicios muy interesantes para la ápoca. Y a partir de esa
experiencia me encaminé mucho más para ese lado, que fue una cosa que me atrapó
y que me permitió también, para cerrar medio psicológicamente la cosa, volver a
presentarle a mi viejo el tema de arquitectura pero ya con un contenido más
histórico, filosófico, más vinculado a las ciencias sociales, que era el
objetivo primero que yo había tenido y que no había desarrollado. Y de ahí la
concatenación de las cosas, porque Pancho trajo a Tafuri…
JMV:-Sí, estaba en el CAYC.
PP:-¿Tafuri?
En el CAYC, sí. Porque ya no estábamos más en Bolívar.
JMV:-En lo de Glusberg, ahí, sí.
PP:-Pero
bueno, fuera donde fuera para mí se abrió otro campo, el de la investigación
histórica, a partir del que hice alguna parte de docencia y de investigación,
que después se fue aflojando porque aumentó mucho el trabajo profesional e hice
una elección en un momento, ¿no?
SMM:-Igual fueron años esos también.
PP:-Fueron
muchos años, sí. Fueron varios años. Tuvimos una cátedra muy linda, una materia
electiva…además de la materia electiva sobre América Latina donde estaba toda
la gente que hoy hace Historia: Anahí Ballent, Adrián Gorelik, Nanette Cabarrou, Graciela
Silvestri, Fernando Aliata, otra gente de La Plata... Tuvimos una materia
electiva muy linda donde estábamos Pancho Liernur, Ernesto Katzenstein y yo, y
a veces Eduardo Leston. Y fueron dos años en los que ya Ernesto estaba bastante
enfermo. Y eso no fue al principio, o sea que fueron muchos años. Yo el único
año en que di Diseño lo hice con Jorge Feferbaum en Diseño V pero ni me acuerdo
cuál era el titular de la cátedra. A mí me interesaba trabajar con Jorge y
estaba y fue un año particularmente interesante. Pero ahí me di cuenta que yo
no tenía ninguna formación docente, no podía transmitir nada. Ni siquiera
transmitir lo que apenas sabía. Pero, en
cambio, en la parte de Historia y de Investigación tenía un camino más claro,
más entusiasta…
JMV:-Fernando Aliata está en La Plata ahora, tiene un taller
de Historia.
PP:-Fernando
está en La Plata.
JMV:-Sí, sí.
SMM:-¿Todos ellos eran los que estaban, después del
CAYC y todo eso, en la Sociedad Central?
PP:-Claro,
en la Sociedad Central hicimos el CESCA, que era el “Centro de Estudios de la
Sociedad Central de Arquitectos”, allí instalamos el programa de Construcción
del Habitar. Y bueno, hicimos cosas muy interesantes. Por ejemplo, la revista
“Materiales”, a pulmón, con Adrián Gorelik trabajando mucho en ella y la
dirección de Pancho que no estaba en la Argentina, que sacó cinco o seis
números. Era una revista donde escribió Beatriz Sarlo, Oscar Terán… donde escribió un montón de gente. Hay un
número que es excepcional y es una entrevista colectiva a la Escuela de Venecia
al IUAV, que es de una vigencia increíble…
SMM:-Uh, buenísima. Además esa gente
venía a ver las clases y estaban invitados. Era interesante.
PP:-Era
demasiado interesante! Me absorbía, pero mientras tanto trabajaba en el
estudio… Y pasando a las obras, la
primera que yo recuerdo era excesiva para la edad que teníamos… esto era
trabajando con Jorge Hojman, con quien estuve muchos años. Hicimos unos
trabajos donde yo estaba medio perdido. Ese primer trabajo fue una torre de
veintidós pisos y se me complicaba. Se nos complicaba a todos, desde el
hormigón hasta que terminamos...Y aún sigue allí.. Pero el primer trabajo que
ubico más o menos como en relación a la formación, y en el que siento que pude
concretar y plasmar una obra es el de la calle Iberá esquina Vuelta de
Obligado, un lote muy particular..
JMV:-Donde hay que dar una “s” porque se corta la
calle.
PP:-Sí, sí. Esa. Esa
es la obra que tiene que ver con la época de Rossi, obviamente…Es de 1982.
JMV:-Claro, sí, clarísimo.
PP:-…es una obra en
la que pudimos hablar de cierta concepción de la ciudad, de la prolijidad en el
trazado, del respeto la manzana, de trabajar con volúmenes más puros, sin tener
ninguna saliente superior, de ver cómo llegaba la calle Vuelta de Obligado a
ese agujero gris, de hacer una reflexión sobre la ochava, sobre la carpintería
vertical, sobre el remate en loggia, sobre los balcones, sobre el color….
Bueno, esa fue quizás la primera obra - obra. Y después la serie de concursos
que hicimos básicamente con Sandro Borghini, Maine Pereyra y Edgardo Minond. No
me acuerdo mucho cuáles son. Bueno, Puerto Madero…bueno, los grandes concursos
urbanísticos que hubo Carlos Paz, San Luis..
JMV:-Sí, Sandro me dio unas perspectivas del
concurso de Puerto Madero, unos dibujos maravillosos.
PP:-Bueno,
mirá, ¿ves estas fotos?
JMV:-Esas, esas me las dio.
PP:-Todas
estas fotos de acá, que son más que nada de la joda nocturna y los paneles
terminados y qué sé yo…. Ese clima de concurso.
JMV:-Ese tipo de fotos, Antonini, todos los que
han hecho…
PP:-Este es
el concurso de Les Halles, ¿ves? Aldo Rossi, como se podían confundir?.
SMM:-Sí.
JMV:-Bien, bien.
PP:-Y acá
está la presentación, ¿ves? Que dice Aldo Rossi con las letras grandes (risas),
con Pablo Carpman, María Hojman, Pablo Pschepiurca, Milano 13 de noviembre de
1979 y su firma.
JMV:-Mirá vos.
SMM:-Qué historia.
JMV:-Es interesante.
PP:-Qué
historia, salió publicada. Es muy interesante y divertida. Otra anécdota de la
Facultad que es asimilable a la del concurso de estudiantes que dos años
después me encontré con los cartones tapando la ventana es que nosotros en un
momento queríamos hacer deporte y no existía porque … ahí me di cuenta que la
Facultad de Arquitectura era un desquicio, no sólo la Universidad de Buenos
Aires. Dentro de la Universidad de Buenos Aires Arquitectura era especialmente
desquiciada. Nosotros armamos un equipo de vóley que se llamaba “Iam”, un
nombre críptico que era como un código entre nosotros y nos presentamos en el
interuniversitario, solamente porque era el único equipo que había en
Arquitectura, no tuvimos que ganarle a nadie (risas). Fuimos directamente a jugar contra las otras
facultades. Y perdíamos 15-0, 15-0, nos daban una paliza todos y cada uno:
Derecho, Medicina, Económicas. Eran equipos que estaban organizados, tenían…
SMM:-Camisetas…
PP:-Camisetas
de la facultad, entrenaban… Yo me daba cuenta, en ese momento que existía una
Universidad que, a pesar de todo existía una Universidad…porque ahí conocí la
pileta de la Facultad de Derecho y algunas instalaciones deportivas que tiene
en Ingeniería. Me di cuenta que había otras facultades en las que, dentro de
todo, existía cierto marco donde desarrollar actividades. Y es que en
Arquitectura realmente…
SMM:-Nada.
JMV:-Nosotros en los años del ´51 al ´55
entrenábamos, teníamos el equipo de fútbol y éramos de los mejores equipos. Le
ganábamos a todos porque habían entrado los Maestros Mayores de Obra sin examen
de ingreso que en el ´51…entonces llegaron un montón de jugadores de fútbol de
golpe a una Facultad que nunca había tenido eso. Pero tenía una camiseta azul,
un entrenador, había que ir a entrenarse. Jugábamos todos los años, todos los
años que estuve.
PP:-Lo
nuestro era patético. Pero divertido.
JMV:-Hay otra época en que la gente te contaba
que iban al Di Tella, suponete. En los ´60 iban por la calle Florida, estaba el
Di Tella… tenían un circuito de recorrido de la ciudad de donde tomaban fuerza.
PP:-Bueno,
yo te quiero contar un par de cosas… en primer lugar, que estaban los
concursos.
SMM:-Formativos totalmente.
PP:-Totalmente.
Por un lado eso. Vos dijiste Di Tella y me hizo acordar que una experiencia
también que tuve en los primeros años de la Facultad y que fue muy interesante
para mí, relacionada también a esta cuestión de la Sociología, que después
también se vinculó con La Escuelita y luego con la Historia, …que es que después
de lo Goldemberg, cuando me echó por mi actividad proto sindical…yo lo pongo en
él pero en realidad fueron Olga y Teresa las que me echaron, fui a trabajar al
Instituto Di Tella, al Di Tella en la calle Virrey del Pino donde se hacían
trabajos de investigación. Había un montón de gente, qué sé yo, Gallo, Halperín
Donghi, Estaba súper interesante el clima. Y yo era un estudiantín, pero pispeaba y como a la hora de comer todo
el mundo se junta, ahí conocí gente que después seguí viendo. A Nora
Clichevsky, que era arquitecta y trabajaba en el Di Tella. Y trabajé unos meses
con un arquitecto también que hacía investigación, que era Oscar Yusnovsky.
JMV:-Cacho Yujnovsky era un teórico del
urbanismo…
PP:-Bueno,
él estaba escribiendo un libro sobre política de vivienda, que publicó varios
años después, en la época de Perón. Y entonces yo caí ahí, con la idea de la
investigación y él me mandó a la hemeroteca del Concejo Deliberante a ver La
Nación y La Prensa del ´45 al ´55, a ver los avisos clasificados de alquileres,
a relevar en el mercado de alquileres los precios en relación al metro
cuadrado. O sea que me llené de polvo… hice ciento cincuenta mil planillas que
no sabía para qué eran hasta que vi el libro publicado. Pero lo conocí a Cacho
que tenía una sensibilidad y una inteligencia muy particulares…
JMV:-Yo hace años que no lo veo, no sé dónde…
PP:-Después
fue funcionario con Alfonsín, fue Secretario de Vivienda. Era un tipo muy
interesante. Así que lo del Instituto Di Tella también para mí fue una
formación mucho más extra facultad que dentro de la facultad. Y luego los
cursos, las cosas que yo podía ir haciendo. Y después, bueno, el cine y todo lo
que me iba alimentando, la literatura, qué sé yo. Y así fue más o menos.
SMM:- En cuanto
las herramientas…Fuerte la
Rotring, no?
PP:-Ah, yo
siempre con la Rotring. Igual había que hacer así porque… Bueno todos sabemos
de que hablo.
JMV:-Sí había que moverla, ¿no?
PP:-Se
empastaba.
JMV:-También fue interesante ver las
transformaciones del oficio en las exposiciones que organizamos. Con la
computadora ni te digo. Entonces ahí hay un tema flotando que es, ¿quién ocupa
el lugar que antes tenía el dibujo? Es
una pregunta. No tiene respuesta. Pero no te creas que es tan sencillo saber
eso, con la computadora y los pibes que dibujan layers en 3D.
PP:-Bueno,
pero hay dibujo. Es otro tema no?
JMV:-Es otro tema. El mono Cajide tiene un tipo
que trabaja con este aparato pero que además sabía dibujar de la otra manera.
Entonces cuando él maneja este aparato se nota que sabía lo otro. Entonces uno
no sabe qué mezcla hay que hacer en la cocina de eso para que resulte, para que
la máquina no te aplaste todo, ¿no?
PP:-No,
pero hay chicos que nacieron con esto y que igual son súper dibujantes y buenos
arquitectos.
JMV:-Sí, es un cuento impredecible. Estamos
lanzados hacia un futuro impredecible. Pero bueno, cuando apareció La Escuelita esto...antes,
en los años de Onganía, Ibarlucía había hecho un lugar en la calle Chile
también, con Marcos Winograd. Se hicieron, tanto en la época de Onganía como de
Videla, unos centros que intentaban rearmar algo con la gente que había
renunciado. Algunos renunciaron y se quedaron y otros se fueron.
PP:-La
verdad que lo de La Escuelita nosotros lo esperábamos ansiosos, creo que era
lunes y jueves. Esperábamos eso con ansiedad porque era como un remanso total,
escuchar a Viñoly hablar de arquitectura. O de música o de lo que hablara. Pero
era un clima donde la gente más o menos se entendía y, aunque no pensáramos
parecido teníamos un sustrato común que yo no encontraba en la Facultad. Yo en la Facultad estaba
absolutamente perdido.
JMV:-Muy distinto, sí. Era como una cárcel, una
gran cárcel, sí.
SMM:-Además era el hormigón crudo solo.
PP:-Sí,
bueno, el último año ni te digo. El último año estábamos muy junados., había
que entrar juntos, salir juntos, no quedarse hasta la última hora, que no
fueran los últimos autos.
SMM:-Y te palpaban para entrar…
PP:-Chequeábamos
por teléfono cuando llegábamos a casa cada uno. Yo no era un militante activo.
Pero hablé varias veces. O sea, te tenían marcado. De hecho no nos pasó nada. O
sea, la gente que se jugó…ya te digo, para mí Hernán Nuguer y Pablo Galarcep,
que eran Presidente y Secretario del Centro de Estudiantes en ese momento, son
dos personas que quedaron bastante en el olvido.
Pablo Galarcep, que
era compañero mío, era presidente del Centro de Estudiantes y Hernán Nuguer que
un año más grande, era discapacitado porque se había caído en una obra, se
había roto la columna al caer en un sótano o de un primer piso, no me acuerdo
bien. Andaba con muletas y lo secuestraron con muletas. A ambos los
secuestraron y los mataron. El hermano de Hernán Nuguer era presidente de la FUBA y Pablo Galarcep era un
pibe que nació a la política universitaria, así, por propia convicción y por
reacción frente a lo que pasaba. Y lo mataron a los diecinueve, veinte años.
Son dos chicos muy olvidados. Yo tengo una foto de ellos en mi casa. Hubo un
recuerdo, hay un grupo de gente que siempre se junta como para recordarlos.
JMV:-Sabés que en el Archivo tengo el telón con
los nombres de todos los desaparecidos de arquitectura.
PP:-Ahí
están ellos…
JMV:-Que va a tener que ser vuelto a colocar
porque lo sacaron porque arreglaron una gotera y me lo dejaron en el Archivo. Y
estoy en contacto con tipos del Centro de Estudiantes actual que quieren tomar
todo ese tema. Y ahora cuando expongamos los ´70…
PP:-Viene
justo, claro.
JMV:-…un espacio tiene que darse a eso. Y yo les
agregué…ahí hubo un acto, fueron las Madres, todo, cuando sacamos ese telón
para guardarlo. Y yo les agregué los docentes desaparecidos porque ellos no
sabían que estaba Tempone, Arpi Yeramián, Santiago Ghigliano, que trabajaba en
Summa. Y también eran docentes de arquitectura tipos de sociología y de
economía.
PP:-Claro,
que venían a dar su materia.
JMV:-Que también son desaparecidos, como Carli
Trosberg y Roberto Carri, que la hija de él está
haciendo cine. Hizo “Los rubios”.
PP:-Sí,
sí. Albertina. Que acaba de estrenar otra película. La de los gemelos, sí.
“Géminis”.
JMV:-Claro. Y Roberto Carri estaba en primer año,
daba sociología. Estaba Pablo Gerchunoff, que era un economista, en la cátedra
de Historia, que después estuvo con Canitrot, con unos radicales.
PP:- …en el
equipo de Sourrouille.
JMV:-Entonces me parece que es bueno ir haciendo
aparecer eso de una manera natural y no exagerada. Que aparezca eso y que la
gente se vaya enterando. Creo que es más fácil que los tipos jóvenes, ahora,
vayan descubriendo lo que pasó de a poco que si vos hacés demasiado…si recortás
a los desaparecidos de los que no son desaparecidos.
PP:-Ponerlos
en la trama de todos los días, ¿no? De los talleres… Eran pibes que iban a la Facultad, hacían su
laburo. Y yo me acuerdo mucho, me impactó también porque era compañero mío, de
Ramón Cesaris, que también había ido al Buenos Aires, que tenía 18 años y que
lo mataron, bueno, ya lo nombré, lo mataron en William Morris, le metieron… le
tiraron con un gas lacrimógeno a quemarropa. Nosotros nos enteramos al día
siguiente, fue un impacto tremendo. Pensá que era diciembre de 1972! Y al día
siguiente Lanusse salió a decir “Nosotros las armas no las tenemos de adorno…”
Un asesinato horroroso que me impactó particularmente. Hay un monumento….
JMV:-…en una esquina hay un monumento, sí. A él y
otro.
PP:-Creo
que fue el último muerto estudiantil de la represión antes de las elecciones, y
era de la JP, y era un chico ¿no?
JMV:-Sí, de Cesaris. Sí señor. Yo vi el monolito,
hay algo ahí. Cuando hice un trabajo en Hurlingham lo vi, sí. Y bueno, eso va a
aparecer. En septiembre, en la exposición, va a aparecer ese tema.
Qué
bien che, qué bueno, buenísimo. Muy interesante.
[1] Herman Hertzberger nació en 1932 en Ámsterdam y estudió
en la Universidad
de Delft, donde luego regresó como profesor. Obras destacadas Escuela
Montessori, Delft (1970), Edificio de oficinas de Centraal Beheer, Apeldoorn
(1972), Chassé Theater, Breda (1995)
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